El capitalismo tardío, hiper subdesarrollado y prebendario- que impuso el 24 de marzo de 1976 la dictadura militar genocida y alienante comandada por el general (encargado de generalizar la muerte y el miedo en el territorio argentino) Jorge Rafael Videla-, una de las secuelas más graves que dejó en la población, además de haber generado malestar y desolación en los sectores más desprotegidos, fue el vaciamiento del logos (del griego λόγος) que significa entre varias cosas: razón, discurso, palabra. La devaluación y el desprecio por todo lo que tiene que ver con lo político fueron consecuencia del exterminio del Estado de bienestar que comenzaron las Fuerzas Armadas autoritarias, profundizó el menemismo en la década infame y culminó el desgobierno de Fernando de la Rúa deparando la fenomenal crisis del 2001. Ese año se vino abajo toda la fachada neoliberal, aunque su estructura todavía sigue vigente, o sea, vivita y coleando.
En la actualidad hay un Gobierno que, más allá de sus múltiples errores y descuidos, está intentando resignificar lo político, darle contenido y enriquecerlo simbólicamente. Por esto mismo, tiene a casi [Nota: lamentablemente debemos decir “casi” porque los kirchner han pactado con sectores de esa élite. Según Néstor y Cristina hay capitalistas que piensan en el bien del país y entonces van a fortalecer la industria nacional, cuando en realidad ya sabemos que estos mismos empresarios se han ligado a los monopolios internacionales para entregar todo el patrimonio criollo, sin ni siquiera dejar intactas las sagradas joyas de la abuela] toda la clase dominante (distintos grupos empresariales que poseen el capital y la tierra argentina) en su contra.
En el ardor de la cultura posmoderna se puso de moda ser políticamente incorrecto. Defenestrar a los políticos era el hobbie de los opinólogos mediáticos y de la ciudadanía bienpensante. La política era el sitio de la maldad donde habitaban todos los demonios que encolerizaron la ética cívica.
Por esas cosas del destino, ya no sucede exactamente lo mismo porque existen dirigentes decentes que predican los valores republicanos y llevan el grato nombre de “la oposición”. Esta, que en verdad es un cúmulo de fracciones de partidos políticos, se compone de gente buena, honesta y leal a sus principios, que si hiciera falta sacrificaría sus vidas para que todos los argentinos pudiéramos disfrutar de las comidas de Martiniano Molina o Maru Botana, y deleitarnos con el fascinante show del siempre renovado y original Marcelo Tinelli. Defiende a rajatabla la democracia y la plena participación ciudadana en todos los asuntos públicos. Representa al ciudadano común, a aquel que, como el hombre de campo, trabaja de sol a sol haciendo peligrar su propia salud con tal de que el pan de cada día llegue a la mesa de todos los argentinos sin distinción de raza, clase y género. Los opositores son mimados por el periodismo independiente y sus misceláneas. En efecto, son ellos quienes nos vienen a salvar de la catástrofe que engendró el matrimonio pingüino, que gobierna el país como si fuera la provincia de Santa Cruz, manipulando la prensa y respirándole en la nuca al Congreso y a la Corte de Justicia.
Revalorizar el ámbito de lo político, el lugar público, no es tarea únicamente de quienes conducen el Poder Ejecutivo. Recuperar la política es un deber ciudadano, y es considerar al Estado como amigo, no como el enemigo de la sociedad que fue, gracias a la complacencia de vastos sectores civiles, durante la última dictadura. Recién ahora los asesinos Benjamín Menéndez y Antonio Bussi tienen el castigo que se merecen, esto significa que la Justicia ha vuelto a funcionar de acuerdo a su razón de ser, sin privilegios para unos pocos y pesares para la mayoría. Se están eliminando las coronitas para los caballitos de batalla de la derecha fascista vernácula. Una buena señal para quienes todavía creemos en la democracia. Empero, somos muy conscientes de que si no hay más igualdad y justicia social, entonces toda la labor realizada en el área de los Derechos Humanos quedará ensombrecida y ninguneada por la continuidad del mismo orden socioeconómico que instalaron los mencionados represores.
Es menester ser políticamente correcto para terminar definitivamente con el modelo terrorista del mal llamado Proceso de Reorganización Nacional. De modo que deberemos llenar de contenido concreto la política, dándole vida a las ideas y abriendo el debate para el encuentro y la confrontación ideológica, sin caer en reduccionismos banales, que toda sociedad democrática se merece.
Por Mauro Reynaldi
viernes, 29 de agosto de 2008
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6 comentarios:
Buenísimo este texto, Mauro Reynaldi!!!
La has dicho en forma espléndida! Ya quisiera tener yo las palabras justas para poder defender el Estado de Derecho...
Tenemos que manifestar que en este País hemos aprendido jamás se ejercerá violencia para adueñarse en forma ilegal del Gobierno, que los poderes son del Estado, y que ninguna fuerza, ya sea militar, económica o de pequeños grupos, podrán usurparlos.
El derrocamiento no va más... pero sí la vida democrática, y la tolerancia entre los argentinos...
Saludos
Mauro, quiero escribirte sobre este eje :"En el ardor de la cultura posmoderna se puso de moda ser políticamente incorrecto" , mas lo que decis al final.Yo creo que no es asi, habria que hacer cierta reinvindicacion de lo Politicamente Incorrecto, al menos el de Izquierda, no me refiero a lo Politicament Icorrect que tiene el fascismo vernaculo, De Angeli juntandose a Biondini o Duhalde tratando de armar algo, sino a otras acciones.Cutral Co x ej. fue politicamente incorrecto, quemar la Gobernacion de los Juarez fue politicmanet incorrecto.
Politicamente Correcto fueron la Alianza, el Frepaso, el PI y otras experiencias.
En general veo que los Polit Correct llaman "Incorrectos" a sectores de vanguiardia que nos alertan sobre algo, metiendo en la misma bolsa todas las acciones, la de ela derecha y la izquierda.
Yo por ejmeplo, tengo un ojo atento en lo Pol Inc.Ahi siempre hay gente adelantando los limites, a veces llendose al carajo,con errores otras llamando la atencion.
Acuerdo con lo de volver a darle contenido a la Politica y comprometerse con la posibilidad de cambiar, que son condiciones minimas de convivencia democratica, pero lo demas habria que volver a chequearlo mejor.
Un abrazo
PD: te debo el Boletin de las 20 noticias que nunca se publicaron.
Mauri (ex Caribe): comparto todo lo que me decís, quiza no me exprese bien , lo que quise señalar era que quienes hablaban de lo políticamente incorrecto como algo transgresor, que va en contra de los poderosos son esos que vos llamas "Politicamente Correcto": la Alianza, el Frepaso, el PI y otras experiencias.De hecho en los años de De la Rúa, el "progre" Lanata produjo un programa de TV que se llamaba Políticamente Incorrecto. A lo que voy con Políticamente correcto es a darle sentido a la política,a valorizar positivamente esas experiencias que vos citas: Cutral Co y las manifestaciones en contra de los Juarez. Eso fue terminar con las ideologías posmodernas individualizantes que fomentaban el egoísmo y el salvese quien pueda.
En definitva, se trató de una diferencia nominal, pero la idea es la misma, o sea, recuperar la política com lugar de lo público, no de lo privado.
Saludos y como siempre miles de gracias a vos y a Mona por los comentarios.
Y bienvenidas las críticas, para eso estamos, no somos los jueces de la verdad, y éste es un espacio de debate donde el nuestro es solamente uno de los tantos puntos de vista que existen.
Mauro.
Ok, entiendo, digamos q si, q lo Pol Incorrecto, porque si, no lleva a nada.En eso si, estoy de acuerdo.
Me alegra encontrar q nuevamente coincidimos, aunque tampoco me habia entristecido que por fin disentamos en algo, pero bue, mejor asi.Un abrazo.
/Buenos Aires, abril-junio de 1972
Trácense las líneas generales como una narración de Borges.
El dictador es derrocado y más de la mitad del pueblo se alegra d,e ello. El dictador había llenado las cárceles y vaciado la tesorería. Al igual que muchos dictadores, no había empezado mal. Quería engrandecer su país. Pero él no era un gran hombre; y quizás no era posible engrandecer el país. Transcurren diecisiete años. El país sigue sin grandes hombres; la tesorería sigue vacía; y el pueblo se encuentra al borde de la desesperación. Empieza a recordar que el dictador tenía una visión de la grandeza del país y que era un hombre fuerte; empieza a recordar que había dado mucho a los pobres. El dictador está en el exilio. Comienza la agitación popular para que vuelva. Ahora el dictador es muy viejo. Pero el pueblo recuerda también a la esposa del dictador. Ella amaba a los pobres y odiaba a los ricos, y era joven y hermosa. Y ha seguido siéndolo, porque murió joven, en plena dictadura. Y, milagrosamente, su cuerpo no se ha descompuesto. ~
“Esa",. dijo Borges, «es una historia que yo nunca podría escribir».
Muy buen posteo.
Por favor difundir blog militante que intenta salir adelante.
uninstanteenlaptria.blogspot.com
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