Ya fue, la historia campestre llegó a su fin (por lo menos su primera edición; seguramente la zaga tendrá una segunda parte que, como suele pasar, nunca es mejor que su antecesora). Volvió la exposición que todos los años realiza la Sociedad Rural y nos recuerda el orgullo de ser argentinos, bien derechos y humanos. Campo y patria, un solo corazón. En esta ocasión, tras los más de cuatro meses agobiantes que tuvieron que sufrir los empresarios del agro, estamos de festejos y estrenos, apareció el toro ganador de la muestra del año pasado y se lo bautizó con el nombre de “Cleto”, en homenaje a nuestro nuevo héroe nacional y popular. Se los vio felices a Miguens y Biolcatti, como buenos hombres rústicos que ahora pueden disfrutar con tranquilidad la victoria obtenida tras tantos días de lucha y agravios a su honorable trayectoria.
En tanto, el Vicepresidente de la Nación, Julio Cobos tuvo este fin de semana, en su Mendoza querida, el merecido reconocimiento por haber puesto “eso” que debía ponerse para garantizar la paz de todos los argentinos en un momento crucial para la República. Le bastaron apenas unas horas para desplazar del centro de la escena pública al líder entrerriano de los piquetes abundantes. Ahora la oposición política se pelea para ver cómo capitalizar la popularidad del Cleto. Mientras que el Vice sueña con volver y recomponer a la desgastada UCR. A partir de la labor del mendocino en el Senado, muchos especulan con lo que puede llegar a acontecer, no ya en la próxima contienda electoral legislativa sino en las presidenciales del 2011. Algunos fantasean con una dupla Cobos- De Angeli; no sería tan descabellado, sin embargo se sabe que en la videopolítica el tiempo es tirano y el éxito, efímero.
La Casa (Rosada) no está en orden
Después del cimbronazo en el Congreso, el oficialismo intenta reacomodarse, recuperar el liderazgo perdido. Lo fueron al Secretario de Agricultura y Ganadería Javier de Urquiza y en su lugar entró el titular del INTA, Carlos Cheppi. A primera vista parece ser sólo un cambio de nombre, pero indispensable en tanto renovación de aires si realmente se piensa en elaborar una política agropecuaria a largo plazo. De Urquiza pasó desapercibido, ni siquiera participó de una sola conferencia de prensa. Al igual que el Ministro de Economía, Carlos Fernández, casi no se le ha conocido la voz. No sabemos si esto es por el centralismo decisionista de los Kirchner, o por falta de temperamento y actitud de los propios funcionarios para hacerse escuchar. Desde Al Centro y Adentro no creemos que al periodismo le competa la tarea de poner y sacar ministros, como si se tratara de jugadores de fútbol que dependiendo de ánimo y estado físico ganan o pierden partidos. La función del periodista es aportar herramientas de análisis y sumar ideas al debate, no hacer lobby para meter a los “nuestros” y sacar a los de “ellos”.
El Gobierno se movió en un mar de desaciertos, se manejó mal con el tema de las retenciones, desoyó a voces especializadas como las del Plan Fénix y dio marcha atrás con la resolución 125, introduciéndole modificaciones primero y luego enviándola al Parlamento, donde se le hicieron otros ajustes, sin saber si contaba con la mayoría necesaria para ser aprobada.
Sin embargo, hay otra lectura que nos permite desdramatizar un poco la situación (este no el principio del fin como algunos creen). De acuerdo con el sociólogo Torcuato Di Tella, la derrota del oficialismo en la Cámara Alta, sin desconocer su ajustado triunfo anteriormente en la Baja, no es tan grave en términos de cómo quedó parado el Gobierno ante la sociedad civil. Una victoria oficialista en el Senado por un voto habría agudizado el conflicto con las corporaciones rurales, éstas habrían seguido cortando rutas y generando desabastecimiento, y sumando más opinión pública a su favor hasta invadir la Corte Suprema de Justicia. Del único modo que el Gobierno podía salir favorecido era arrasando en las dos cámaras, y aún así los dirigentes agrarios, medios comunicacionales y afines habrían dicho que desde el Ejecutivo se había presionado, “sobornado” a los legisladores para aprobar el proyecto de ley.
Hoy en día el deporte más practicado en la Argentina es pegarle al Gobierno no por sus falencias sino por sus aciertos, como bien dicen los miembros de la Carta Abierta. Nadie habla de ese mamarracho, que es la oposición, que reúne a cualquier engendro que cuestione por lo menos una letra del discurso presidencial.
Empero, quiero cerrar esta nota con una apreciación acerca de la actitud de Cleto Cobos. Imaginemos que hubiese sido al revés, o sea, como sucedió durante el desgobierno de la Alianza UCR- Frepaso. Me refiero al hecho, en ese entonces, de que un político que venía de la izquierda peronista como el Vicepresidente de la Nación Carlos Chacho Alvarez no conforme con las políticas del primer mandatario, el conservador Fernando De la Rúa, decide renunciar para no alterar la institucionalidad. Si Alvarez hubiese continuado en su cargo y le tocaba votar en el Senado en contra de algún proyecto del delaruismo ningún izquierdista habría objetado dicha posición. Lo que quiero decir es que el tema de la Constitución y la institucionalidad en nuestro país todavía está en pañales. Más allá de que la determinación de Cobos se contraponía con los intereses de su propio gobierno y contradecía su rol de representante del Poder Ejecutivo en el Legislativo, no llama la atención. Es algo “normal” en nuestras pampas que no se respete la legalidad y cada cual haga lo que quiera, sin importar si renuncia o sigue en el cargo, lo importante es que pueda lavar su imagen y reciclarse. Cobos es el más nítido ejemplo de la falta de maduración de la política en nuestro país.
Por Mauro Reynaldi
Licenciado en Comunicación Social de la UNR
En tanto, el Vicepresidente de la Nación, Julio Cobos tuvo este fin de semana, en su Mendoza querida, el merecido reconocimiento por haber puesto “eso” que debía ponerse para garantizar la paz de todos los argentinos en un momento crucial para la República. Le bastaron apenas unas horas para desplazar del centro de la escena pública al líder entrerriano de los piquetes abundantes. Ahora la oposición política se pelea para ver cómo capitalizar la popularidad del Cleto. Mientras que el Vice sueña con volver y recomponer a la desgastada UCR. A partir de la labor del mendocino en el Senado, muchos especulan con lo que puede llegar a acontecer, no ya en la próxima contienda electoral legislativa sino en las presidenciales del 2011. Algunos fantasean con una dupla Cobos- De Angeli; no sería tan descabellado, sin embargo se sabe que en la videopolítica el tiempo es tirano y el éxito, efímero.
La Casa (Rosada) no está en orden
Después del cimbronazo en el Congreso, el oficialismo intenta reacomodarse, recuperar el liderazgo perdido. Lo fueron al Secretario de Agricultura y Ganadería Javier de Urquiza y en su lugar entró el titular del INTA, Carlos Cheppi. A primera vista parece ser sólo un cambio de nombre, pero indispensable en tanto renovación de aires si realmente se piensa en elaborar una política agropecuaria a largo plazo. De Urquiza pasó desapercibido, ni siquiera participó de una sola conferencia de prensa. Al igual que el Ministro de Economía, Carlos Fernández, casi no se le ha conocido la voz. No sabemos si esto es por el centralismo decisionista de los Kirchner, o por falta de temperamento y actitud de los propios funcionarios para hacerse escuchar. Desde Al Centro y Adentro no creemos que al periodismo le competa la tarea de poner y sacar ministros, como si se tratara de jugadores de fútbol que dependiendo de ánimo y estado físico ganan o pierden partidos. La función del periodista es aportar herramientas de análisis y sumar ideas al debate, no hacer lobby para meter a los “nuestros” y sacar a los de “ellos”.
El Gobierno se movió en un mar de desaciertos, se manejó mal con el tema de las retenciones, desoyó a voces especializadas como las del Plan Fénix y dio marcha atrás con la resolución 125, introduciéndole modificaciones primero y luego enviándola al Parlamento, donde se le hicieron otros ajustes, sin saber si contaba con la mayoría necesaria para ser aprobada.
Sin embargo, hay otra lectura que nos permite desdramatizar un poco la situación (este no el principio del fin como algunos creen). De acuerdo con el sociólogo Torcuato Di Tella, la derrota del oficialismo en la Cámara Alta, sin desconocer su ajustado triunfo anteriormente en la Baja, no es tan grave en términos de cómo quedó parado el Gobierno ante la sociedad civil. Una victoria oficialista en el Senado por un voto habría agudizado el conflicto con las corporaciones rurales, éstas habrían seguido cortando rutas y generando desabastecimiento, y sumando más opinión pública a su favor hasta invadir la Corte Suprema de Justicia. Del único modo que el Gobierno podía salir favorecido era arrasando en las dos cámaras, y aún así los dirigentes agrarios, medios comunicacionales y afines habrían dicho que desde el Ejecutivo se había presionado, “sobornado” a los legisladores para aprobar el proyecto de ley.
Hoy en día el deporte más practicado en la Argentina es pegarle al Gobierno no por sus falencias sino por sus aciertos, como bien dicen los miembros de la Carta Abierta. Nadie habla de ese mamarracho, que es la oposición, que reúne a cualquier engendro que cuestione por lo menos una letra del discurso presidencial.
Empero, quiero cerrar esta nota con una apreciación acerca de la actitud de Cleto Cobos. Imaginemos que hubiese sido al revés, o sea, como sucedió durante el desgobierno de la Alianza UCR- Frepaso. Me refiero al hecho, en ese entonces, de que un político que venía de la izquierda peronista como el Vicepresidente de la Nación Carlos Chacho Alvarez no conforme con las políticas del primer mandatario, el conservador Fernando De la Rúa, decide renunciar para no alterar la institucionalidad. Si Alvarez hubiese continuado en su cargo y le tocaba votar en el Senado en contra de algún proyecto del delaruismo ningún izquierdista habría objetado dicha posición. Lo que quiero decir es que el tema de la Constitución y la institucionalidad en nuestro país todavía está en pañales. Más allá de que la determinación de Cobos se contraponía con los intereses de su propio gobierno y contradecía su rol de representante del Poder Ejecutivo en el Legislativo, no llama la atención. Es algo “normal” en nuestras pampas que no se respete la legalidad y cada cual haga lo que quiera, sin importar si renuncia o sigue en el cargo, lo importante es que pueda lavar su imagen y reciclarse. Cobos es el más nítido ejemplo de la falta de maduración de la política en nuestro país.
Por Mauro Reynaldi
Licenciado en Comunicación Social de la UNR
4 comentarios:
Estimado
Muy bueno el post, pero me acaba de empujar más una espinita que hace varios días tengo clavada y que me viene dando vueltas y vueltas. Me animo a decirlo aquí porque un párrafo de tu nota me parece que lo apunta:
"Una victoria oficialista en el Senado por un voto habría agudizado el conflicto con las corporaciones rurales, éstas habrían seguido cortando rutas y generando desabastecimiento, y sumando más opinión pública a su favor hasta invadir la Corte Suprema de Justicia. Del único modo que el Gobierno podía salir favorecido era arrasando en las dos cámaras, y aún así los dirigentes agrarios, medios comunicacionales y afines habrían dicho que desde el Ejecutivo se había presionado, “sobornado” a los legisladores para aprobar el proyecto de ley”
Es seguro que lo que afirmas habría pasado, sin lugar a dudas los golpistas no iban a acatar la decisión del Congreso, y tal como estaban planteadas las cosas en la calle, realmente el final no podía predecirse.
Por eso, porque yo sé que nada es casualidad en esta vida, porque soy un desconfiado de porquería y siempre pienso el porqué de las cosas, hago en este blog una pregunta ridícula: ¿la decisión del Cleto no habrá sido una orden de último momento para “perder” y evitar de esa manera males mayores?
Puedo ser tan tarado de pensar eso?
Para no hacerlo muy largo, después si quieren seguimos.
La página es muy buena y muy inteligente, los leo siempre y voy a participar mas seguido.
Un abrazo fraterno.
Hola Jorgeda! No sos ningún tarado haciendote esa pregunta. Pero me parece que Cobos ya había optado por el No cuando escribió la carta solicitando que el tema de la retenciones se tratara en el Congreso. Cobos sabía que a los legisladores le iba a recaer toda la presión por parte de los medios para votar en contra de la 125. Además fue él el único del oficialismo que se reunió con gobernadores opositores, ruralistas y pj disidente. Cobos desde el primer momento jugó para los empresarios chacareros.
Muchas gracias por escribirnos y abrazos.
Mauro
ACYA
Bue, esta bien, pero no estoy muy convencido, te digo la verdad, hay cosas con desenlace que no me terminan de cerrar, esperemos a ver que pasa. Lo de Aerolineas va a servir como caso testigo.
Un abrazo
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