Desde hace más de una semana, se viene expresando con mucha fuerza y resonancia mediática lo peor de la sociedad argentina. Toda la miseria humana concentrada y promovida por el accionar golpista del grupo económico Clarín y sus aliados. Venimos escuchando y viendo en estos días las manifestaciones de los sectores más reaccionarios, recalcitrantes y abominables de esta población. Son los fascistas de siempre, podemos decir, ya que históricamente han despreciado a la democracia como sistema de gobierno. No están atacando solamente al kirchnerismo sino que atentan visceralmente contra el régimen democrático. Por dicha razón aplaudieron y avalaron los golpes a Yrigoyen, por gobernar para la "chusma", a Perón, por incluir a los "cabecitas negras", a Illia, por afectar los intereses del poder económico, y en 1976 se dieron el gran gusto de tener el gobierno a su medida.
Estas lacras, fogoneadas por la corporación comunicacional, van a seguir haciéndole daño a nuestra democracia, mas sabiendo que el gobierno nacional no reprime ni disuade estos actos destituyentes. Porque si bien no todos los que se movilizaron son golpistas, quienes comandan estas actividades sí lo son, una minoría retrógrada que está generalmente al acecho. Este sector minoritario tiene su correlato en el PRO, pero cuenta a la vez con las complicidades de la cúpula de la UCR y de Hermes Binner y sus socios del FAP.
Afortunadamente, tenemos un gobierno sólido, con una Presidenta que tiene todo el coraje y la valentía del mundo para enfrentar a esta bosta civil, y así limpiar la basura fascista con más y mejor política, no con la guerra como quieren estos vendepatria.
Por Mauro Reynaldi
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