Volvió a triunfar en comicios presidenciales, cuartos consecutivos, el compañero Hugo Chávez Frías. Con el 54 por ciento de los votos, igual que Cristina Férnandez el año pasado acá en Argentina, el comandante bolivariano revalidó su mandato en la República Bolivariana de Venezuela. Su principal oponente, Henrique Capriles, llegó al 44 por ciento de los sufragios, también algo similar a lo sucedió en el 2011 en nuestro país, si sumáramos todo lo obtenido por la oposición, es decir, la sumatoria de Binner más Alfonsín más Rodríguez Saa más Duhalde más Carrió. Realidades similares que son el resultado de gobiernos democráticos que cuentan con la aprobación y empatía de la mayoría de la población.
El chavismo como el kirchnerismo han logrado poca cosa, devolverles la dignidad a sus pueblos, y así también haber conseguido, mediante políticas activas, la inclusión de la gran masa de ciudadanos que habían sido arrojados a la marginalidad y la miseria por el neoconservadurismo de las clases dominantes, asociadas éstas al poder económico internacional.
Con este acontecimiento electoral venezolano, el populismo, sistema democrático basado en la exclusividad de las políticas populares de justicia social y desarrollo igualitario, sigue firme y viento en popa en la región, profundizando la integración y el republicanismo en nuestras naciones soberanas.
Más Chávez es más esperanza, más bienestar. Ya la Revolución no es tan un sueño eterno, mucho menos una pesadilla, sino un horizonte que construimos diariamente de modo democrático y pluralista contra los intereses de las oligarquías criollas, que siempre están para desestabilizar y generar pánico en la sociedad civil. El compañero Hugo sabe muy bien de esto y por la misma razón, se ha encargado en estos 13 años de gobierno de convertir a Venezuela en uno de los países ejemplares en materia de democracia y libertad, contradiciendo constantemente las mentiras de los emporios mediáticos de su país que, como acá, tratan de provocar caos e inseguridad en todo el conjunto de la ciudadanía. Como bien señaló ayer nuestra primera mandataria, nuevamente el AMOR derrotó al ODIO.
¡VIVA VENEZUELA, CARAJO! LATINOAMERICA UNIDA JAMAS SERA VENCIDA.
Por Mauro Reynaldi.
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