Hoy en la madrugada la Cámara Baja de la nación votó la media sanción para que de una vez por todas, después de veintiséis años de lucha permanente, se promulgue una nueva ley de medios de comunicación audiovisual. Se dio el primer paso. Con 146 votos afirmativos, tres en contra, otras tres abstenciones y los restantes 105 diputados opositores que abandonaron el recinto, el oficialismo logró que el debate pase ahora al Senado. En realidad, esto no es un mérito exclusivo del oficialismo, aunque fue el principal impulsor del tratamiento del proyecto en el Parlamento. Estos son los primeros escalones que la sociedad debe subir para llegar a una democracia más amplia, más inclusiva, más participativa.
Aún no cantamos victoria porque queda la segunda parte, y sabemos que precisamente las segundas partes en muchas ocasiones no suelen ser buenas, pueden ser no positivas como sucedió el año pasado tras el debate por la Resolución 125, donde el irresponsable (podría usar otro calificativo, pero no quiero perder la compostura por si acaso) vicepresidente de la nación se inscribió en el libro de Guinness al votar en contra de su propio gobierno. Esa sensación de déjà vu persiste hoy en día y es la que hace que nos mantengamos cautos, a la espera, alerta a cómo se darán las negociaciones entre oficialismo y oposición en la Cámara Alta. Habrá que ver hasta dónde llegarán los lobbies de los emporios multimediáticos para arrinconar a los senadores, así rechazan la modificación de la actual ley de radiodifusión.
Por ahora nos queda esperar y la vez no dejar de aplaudir a los valientes legisladores que el 16/09/2009 apostaron por la democracia, fueron en contra de las corporaciones, alzando su voz en beneficio del bienestar general de la sociedad. Rescato, particularmente, las intervenciones de los diputados del centroizquierda como Cecilia Merchán, Eduardo Macaluse, Carlos Raimundi, Claudio Lozano, por citar los primeros que se me vienen a la cabeza. La centroizquierda, así como lo hizo durante la derogación de las leyes que le daban impunidad a los genocidas, estuvo a la altura de las circunstancias, del tiempo histórico que estamos viviendo. También la diputada Silvia Vázquez fue consecuente con la lucha del alfonsinismo, un grato ejemplo en el medio de un radicalismo que hace mucho abandonó sus banderas, tan alejado de Leandro Alem, de Arturo Illia.
Sí, hoy felicito a esos legisladores del centroizquierda a los cuales solía votar orgullosamente porque no eran transeros, vendepatrias como muchos peronistas que pelearon en los setenta por la patria socialista y después en los noventa se aliaron al bando neoliberal, como si la sangre no hubiese corrido en esta tierra. Me acuerdo de Jorge Rivas, Alfredo Bravo, Héctor Polino, hombres que abandonaron en el año 2000 esa farsa llamada Alianza, para construir junto a Elisa Carrió el ARI, una nueva propuesta progresista que venía a reivindicar los valores de igualdad y solidaridad, contrastantes con la lógica neoliberal. Lo de Carrió era conocido, su ego podía más que sus convicciones (si es que las tenía). La CTA también se mostraba dispuesta a generar esa alternativa del campo popular. Una central de trabajadores democrática, pluralista, no burocratizada como la CGT, que ya en los años ochenta había abortado su compromiso combativo, aislando a los trabajadores, dejándolos en el vacío, al azar.
Hoy el SI (Solidaridad e Igualdad), los ex ARI que se alejaron del conservadurismo que traía Carrió encima; Libres del Sur; y Proyecto Sur, se reencontraron con las posturas de izquierda, socialistas que hay que enderezar, encaminar para vivir en un país más justo, más equitativo, para todos. Estas son las fuerzas, junto a ese destacado dirigente, Martín Sabbatella, de lo mejor que ha surgido en la última década en la política nacional, que deben dialogar con el kirchnerismo. Para fabricar una alternativa popular, que defienda los intereses de las clases trabajadoras y las pymes. Volver a soñar juntos. Evitando caer en la trampa de que hay que acordar con lo peor de la dirigencia política criolla con tal de sacar una ley, cueste lo que cueste.
El Gobierno leyó correctamente el mensaje que dictaron las urnas el pasado 28 de junio. Llamó a las fuerzas de centroizquierda. Negoció. Cedió. No cayó esta vez en la prepotencia, y consiguió ganar la primera batalla parlamentaria. Se empezó con el pie derecho, falta todavía el dictamen del Senado. Empero, es muy valioso lo que aconteció hace unas horas en el Congreso, sienta un digno antecedente en pos del reforzamiento de la democracia argentina. Medios de comunicación democráticos para una sociedad más igualitaria, menos monopólica. Acorde al Estado de derecho.
Sí, esta vez podemos. Ganamos el primer round, vamos por el segundo, sin claudicar. La lucha continúa. La democracia versus la dictadura del poder económico, disfrazado de libertad de prensa.
¡Ni un paso atrás!
¡Vamos por más!
Por Mauro Reynaldi
4 comentarios:
Muy bueno el discurso de Agustín Rossi que los monopolios (obvio) editaron impunemente...
BASTA DE MENTIRAS DE CLARIN / DE NARVAEZ / VILA-MANZANO
Una vez más a la oposición se le escapó la tortuga... ¡TRISTES!
P
V
Jajaja. Sí, la oposición una vez más demostró que no tiene nada para decir, que es la política obsoleta, servil a las corporaciones, ajena al Pueblo.
Saludos.
Mauro
Jajaja. Sí, la oposición una vez más demostró que no tiene nada para decir, que es la política obsoleta, servil a las corporaciones, ajena al Pueblo.
Saludos.
Mauro
Gracias Hekkatombe Latina por la recomendación.Ahí lo estaremos viendo al video.
Saludos.
Mauro
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