La marcha de los trabajadores municipales de la ciudad autónoma de Buenos Aires en repudio de las medidas impulsadas por el gobierno de Mauricio Macri, es un hecho que dignifica a la conciencia ciudadana. Los más de 2000 despidos de los empleados públicos de la capital federal sumados a la intervención de la obra social de los estatales porteños, provocaron la primera gran protesta masiva contra el nuevo gobierno neoliberal del Pro. Dicha administración reafirma su carácter derechista antipopular aplicando políticas neoliberales en perjuicio de la mayoría de la población, y en menos de un mes de gestión, aumentó el ABL, cerró un canal de televisión público, intervino en forma autoritariam recordando los tiempos de la última dictadura militar la Obsba (Obras Social de la Ciudad de Buenos Aires) y dejó en las calles, sin empleo, a más de 2300 ciudadanos que estaban legalmente contratados.
A esta movilización promovida por ATE (Asociación de Trabajadores Estatales) se adhirió la CGT liderada por el cuestionado conductor del gremio de los camioneros, Hugo Moyano. Sin embargo, este apoyo refuerza las posiciones del sector obrero, lo potencia, y debilita al reaccionario gobierno porteño. Las políticas del ajuste vuelven a implantarse, tal como sucedió durante toda la década del ’90. Otra vez el mismo verso de que el problema es el gasto público y que la administración estatal está llena de ñoquis. Según los nuevos funcionarios hay que seguir achicando el estado y dejar a la gente sin trabajo, y por ende, en la marginalidad.
Esperemos que el conjunto de los trabajadores se unifique y siga luchando para impedir el avance de las políticas retrógradas del macrismo, para poder vivir en una democracia que no sea sólo política sino también económica.
Por Molko Rex
A esta movilización promovida por ATE (Asociación de Trabajadores Estatales) se adhirió la CGT liderada por el cuestionado conductor del gremio de los camioneros, Hugo Moyano. Sin embargo, este apoyo refuerza las posiciones del sector obrero, lo potencia, y debilita al reaccionario gobierno porteño. Las políticas del ajuste vuelven a implantarse, tal como sucedió durante toda la década del ’90. Otra vez el mismo verso de que el problema es el gasto público y que la administración estatal está llena de ñoquis. Según los nuevos funcionarios hay que seguir achicando el estado y dejar a la gente sin trabajo, y por ende, en la marginalidad.
Esperemos que el conjunto de los trabajadores se unifique y siga luchando para impedir el avance de las políticas retrógradas del macrismo, para poder vivir en una democracia que no sea sólo política sino también económica.
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