domingo, 16 de noviembre de 2008

Definiciones

A menos de un año de las próximas elecciones legislativas, las fuerzas políticas se están armando, realineando sus filas, intercambiando figuritas en pos de calar en el electorado de orientación mediática. La republicana Coalición Cívica busca desesperadamente el apoyo incondicional del gobernador santafesino Hermes Binner (posible presidenciable para el 2011). La consigna es ver empapeladas las calles del país con las caras de Elisa Carrió, Luis Juez y el mencionado Binner, juntitos los tres a los besos y abrazos. Lo único que une a estos dirigentes, sumados al PRO y la hiperdevaluada UCR, es su tozuda oposición al kirchnerismo, a todo lo que pinte populoso. El pueblo, en su obtusa visión, aún no está preparado para votar a hombres civilizados, cae fácilmente en el clientelismo. No obstante lo cual, estamos como en la época en que gobernaba estas pampas Juan Manuel de Rosas. O sea que, por culpa de la participación popular en las urnas, nos gobiernan los tiranos populistas. Entonces hay que establecer el voto calificado como sabia e ingeniosamente sostuviera el profesional Juan Carlos Blumberg.
Por el otro costado, el oficial de la política, los Kirchner todavía no dan el gran salto cualitativo que nos permita cruzar el charco y transitar la misma frecuencia que circundan naciones hermanas como Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela. Néstor y Cristina están empecinados en seguir anclados en la perimida estructura del Partido Justicialista, y por dicha razón se obstinan en bancar a personajes afines al neoliberalismo como el senador Carlos Reutemann y el mandatario cordobés Juan Schiaretti. El ex automovilista es el principal referente del PJ santafesino, hombre cercano al duhaldismo y al menemismo, que ha desplazado en la preferencia presidencial a su coterráneo, el diputado Agustín Rossi, hombre de hierro K, figura renovadora del ala progresista del peronismo.
De la oposición ya sabemos, no hay nada positivo que esperar para el mejoramiento democrático. Persiste en generar focos de conflicto alrededor de temas que bien tratados podrían beneficiar al conjunto de la población.
Por su parte, el kirchnerismo opta por enquistarse en formas obsoletas de la política nacional que tanto mal le provocaron a las clases populares y trabajadoras.
Habrá que ver minuciosamente, cuál de los actores políticos se atreve a nadar contra la corriente del pensamiento neoliberal, que patéticamente continúa siendo hegemónico. El fallo de la Corte Suprema de Justicia que permite la apertura sindical, es un buen paso en ese sentido. Ahora los trabajadores podrán elegir a sus propios delegados, sin tener que someterse al unicato que promueve la corrompida CGT. Esta vez Huguito Moyano y sus amigotes deberán ceder terreno para garantizar la democratización del sindicalismo. Lo que significa toda una definición de los tiempos que vienen.
Por Mauro Reynaldi

2 comentarios:

Luciano dijo...

Mauro: No comparto la posición que asumís frente al fallo de la Corte; la coyuntura indica una situación de suspensiones y despidos por el parate productivo, y da la casualidad que justo sale un fallo que más que democratizar, en la practica va a fragmentar la representación de base, cunado se necesita proteger el camino ganado por el trabajador que recuperó el empleo y ahora está sindicalizado.
Atenti con esto, porque el fallo lo aplauden todos menos el gobierno y el peronismo. Que se hable de democracia sindical no quiere decir que el fallo la propugne.
Saludos

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el voto calificado. Pero en sentido inverso al que quiere "el inyenieri". El voto de los sectores mas necesitados, debería computarse como de mayor valor, pues ellos son los que mas necesitan un gobierno favorable.