martes, 24 de febrero de 2009

Desafíos

Camino a octubre el panorama político se complica cada vez más para las aspiraciones del kirchnerismo. Se le vienen sumando bajas a su staff: algunas que ya eran predecibles como las de Felipe Solá, Carlos Reutemann y Juan Carlos Romero, estaban esperando el momento mediático más propicioso para dar el portazo, otras sorpersivas como las del movimiento Libres del Sur y la de Jorge Obeid.
Las salidas del Frente para la Victoria de los resabios del duhaldismo y del menemsimo debería ser un hecho positivo para el rumbo que pretende tomar el Gobierno nacional, pero esto se ve opacado, ya que al mismo tiempo viene perdiendo adeptos del campo popular. Se producen fugas a diestra y siniestra, y todavía no se sabe con qué, quiénes, saldrá a la cancha en las próximas elecciones legislativas, donde pone en juego gran parte (por no decir casi todo) su caudal político cosechado desde 2003 a la fecha.
El conflicto con las corporaciones agromediáticas continúa dinamitando el terreno de acción del matrimonio K. La Presidenta Cristina Fernández no tiene mucho margen de maniobra si sigue cediendo ante los reclamos de la Mesa de Enlace, como ocurriera con la Resolución 125. La situación ya no es como la del año pasado, ahora los empresarios chacareros no cuentan con una mega renta extraordinaria, empero tampoco viven como indigentes. Obtienen un porcentaje menor del que se llevaban doce meses atrás gracias al desmesurado precio internacional de la soja.
La primera mandataria debe permanecer firme en su política agropecuaria, manteniendo las retenciones a la soja, para evitar que se siga expandiendo el monocultivo, y trabajar más el tema de la ganadería. Los precios de la carne y la leche están muy altos. No condicen con una política que apunte al bienestar popular, a terminar con los atropellos del libre albedrío del mercado.
En síntesis, las alternativas que le quedan al kirchnerismo para llegar con aires frescos al 2011 son: apuntalar alianzas con los sectores del campo popular que están esperando gestos concretos de Cristina y Néstor; y profundizar políticas redistributivas sin caer en el juego extorsivo de los patrones campestres. No todo es el campo, aún queda pendiente una clara política en torno a los recursos naturales.
Si el kirchnerismo no es preciso en sus metas, no comunica adecuadamente lo que quiere hacer hasta que finalice su mandato dentro de dos años y medio. Entonces, gran parte de la sociedad seguirá dándole la espalda. En cambio, si mejora su postura comunicacional, hace los esfuerzos suficientes para cambiar la Ley de Radiodifusión promulgada durante la última dictadura militar, ya no dependerá todo del ánimo de los pingüinos. Será la sociedad en su conjunto quien deba hacerse cargo de tanta malaria, de su aferramiento al pensamiento y las prácticas neoliberales. Los K no están para hacer milagros. Si la mayoría de la ciudadanía argentina, que tiene acceso a los grandes medios de comunicación, se empecina en posiciones conservadoras y reaccionarias, es muy probable que vuelvan a comprar espejitos de colores.
Por Mauro Reynaldi

4 comentarios:

MÓNICA ADRIANA dijo...

Después de agarrarme fiero en el laburo con mis compañeros te digo que llegaste a una gran conclusión: la mayoría no quiere cambiar nada y se cagan en el modelo y la redistribución. Por eso. los hijos de puta del campo, expresan simbólicamente cosas muy fuertes: el himno, la marcha de San Lorenzo(se me helaba la sangre en Leones) la bandera y la virgencita.
Tenemos que replantearnos el porqué de nuestra imposibilidad de llegar a lo popular, a diferencia del menenismo

johnny monsanto dijo...

La gente no quiere espejitos de colores, sino que está harta de este gobierno de mentirosos, corruptos como el menemismo que se la da de progresista. El 80% de la población cambia de canal cuando la payasa de los anuncios diarios anticrisis.No se como van a hacer para llegar a octubre cuando empiecen las protestas en el "interior profundo".

Al centro y adentro dijo...

Mónica. Sí, el gran problema del Gobierno es cómo llegar definitavente a lo popular, cómo ser creibles y contundentes en su discurso para que lo hecho en la práctica no sea tapado por la fuerte campaña mediática que tiene en su contra. Del otro lado sabemos que está lo peor de la política argentina, pero al kirchnerismo le falta decisión, terminar de concretar sus intentos redistribuitivos. Lo que no debe hacer es victimarse, debe sacar fuerzas de dónde sea y hacerle saber claramente a la población con qué se está enfrentando.
Saludos.
Mauro

Mariano T. dijo...

Me gustó eso de bajar el precio de la carne y la leche, así nos desembarazamos de esas molestas vaquitas que contribuyen con sus eructos de metano al calentamiento global.