Con la votación en el Senado de la Nación por el adelantamiento de los comicios legislativos, el Gobierno ratificó su mayoría en ambas cámaras parlamentarias. Después del rechazo de la Resolución 125, el kirchnerismo viene saliendo victorioso en todas las contiendas parlamentarias, a pesar de los augurios negativos vaticinados por la oposición política y los oligopolíos mediáticos.
El 28 de junio se votará en todo el país y de esa forma se cerrará el ciclo electoral 2009. Al día siguiente de finalizado el escrutinio, los exponentes de las principales fuerzas políticas empezarán a sacar números para ver cómo llegan a octubre de 2011.
El oficialismo sale con todo a la cancha, a copar la principal provincia del país, va con su figura más fuerte y emblemática, Néstor Kirchner (líder del Partido Justicialista). Se la juega a ganar o morir, por ahora las encuestas le está dando ganador al pingüino, que encabeza la lista de diputados nacionales del Frente para la Victoria (FPV), con alrededor del 40 % de los votos.
En cambio, la oposición parece que no va a arriesgar demasiado, sus integrantes no saben cómo hacer para no pisarse, quitarse espacios entre ellos. Elisa Carrió se bajaría de esta contienda para no competir con la chica Pro Gabriela Michetti, número dos de Mauricio Macri, en Capital Federal. Por el lado del radicalismo tampoco se avizora un panorama alentador en relación a nombres con peso que puedan incidir en el electorado. Por ahora el Vicepresidente Julio Cobos, tiene la cabeza puesta en las presidenciales, especulando con el desempeño que tengan sus correligionarios opositores a mitad de año.
Por su parte, los fragmentos minusculos de la izquierda brillan nuevamente por su ausencia. Sin referentes, conitnuán con discursos y prácticas obsoletas, como si estuviesemos el siglo XIX. Su miopía analítica y conceptual, los lleva una vez más a ir contracorriente del sentir popular. Pasan años, décadas, y siguen considerándose la vanguardia iluminista que viene a concientizar a las clases populares para encaminarlas en el proceso revolucionario, que según ellos está a la vuelta de la esquina de nuestras casas. A todo esto, mientras tanto, juegan para los intereses de la clase dominante ya que cuestionan cualquier iniciativa gubernamental direccionada a promover, aunque sea mínimamente, mejoras en la calidad de vida de las mayorías postergadas.
Por lo que podemos apreciar actualmente, el panorama electoral no vislumbra grandes cambios en el escenario político nacional, pareciera haber una situación de empate entre el Gobierno y la oposición. Cuesta imaginar que se produzca algún batacazo. El kirchnerismo probablemente pierda algunos lugares, debido al desgaste producido por el conflicto con las patronales rurales, y la acentuada derechización de los sectores medios de la sociedad argentina. Empero, esto no significa la consolidación de la Coalición Cívica, el radicalismo o el duhaldismo. Es más bien un síntoma de la crisis de representatividad que vive nuestro país, ocacionada por el tsunami neoliberal. El PJ y la UCR ya no convocan a grandes sectores de la población como lo hacían hasta hace una década y media atrás, aproximadamente. Han pérdido legitimidad al someterse a las presiones del Poder Económico, se han mimetizado y han abandonado las obligaciones para con sus votantes. Perdieron credibilidad al cumplir a rajatabla con los deberes impuestos por el capital trasnacional.
Sin grandes emociones, ni motivaciones, el próximo 28 de junio se vota en la República Argentina para renovar el poder legislativo a nivel comunal, municipal, provincial y nacional. No se esperan grandes cambios, pero el escenario se presenta en forma de hoguera, donde lo único que cuenta es debilitar al rival. De proyecto de nación no se habla, los discursos están atados a la lógica del cortoplazismo. La virulencia y la ausencia de ideas innovadoras saturan el espacio político. Cada cual se agarrará de lo que tiene a mano, mientras el resto de los ciudadanos mira, pasivamente, desorientado. Las propuestas habrá que esperarlas para otro entonces. Lo importante no es competir sino ganar.
Por Mauro Reynaldi
3 comentarios:
Aparte de la crisis de representaitividad, de las supuestas presiones neoliberales, etc, si se da la candidatura de Kirchner, el principal problema será el de fraude, ya que por segunda vez un candidato no se va a poder votar a si mismo por no figurar en el padrón. Lo apunto por que seguramente olvidaron ese detalle.
Saludos
Ahora que saben que pierden, que Clarín da pena, que en los piquetes no juntan 12, sin candidatos, sin proyecto viable...
AHORA ES EL FRAUDE...
La derecha argentina es patetica...
Ideas necesitan...
Monsanto ¿Y el incendio que se venía en el país cuando los agro-boludos salieran a las rutas? ¿Te das cuenta que no pegás una? Sos más Carriotista que Carrio, le comés la soja al chancho, le cortás la ruta a la ambulancia. Lo tuyo fueron los 90, la nostalgia te está matando!!!
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