Martes 21 de abril, a las 20 hs.
HIROSHIMA MON AMOUR (Francia, 1959)
Dirección: Alain Resnais - Int.: Emmanuelle Riva, Eiji Okada.Ciclo:
HIROSHIMA MON AMOUR (Francia, 1959)
Dirección: Alain Resnais - Int.: Emmanuelle Riva, Eiji Okada.Ciclo:
SEMANA DE CINE FRANCES 2009.
Una joven actriz francesa viaja a Hiroshima para rodar un documental pacifista algunos años después del final de la segunda guerra mundial. Allí pasa una noche con un hombre japonés que le hará recordar la historia de su primer amor con un soldado alemán en la Francia ocupada durante la guerra. Intensa película sobre la memoria y el olvido con la guerra nuclear como trasfondo.
Comprometida y singular película de Alain Resnais con guión de Marguerite Duras. La reivindicación pacifista y el peligro de la guerra nuclear son los temas centrales en la película, ambos de gran actualidad en el momento de concepción y realización del proyecto ya que la película se rodó en el momento álgido de la guerra fría en el que el peligro de guerra nuclear fue inminente. Como demostraría pocos años después la crisis de los misiles en Cuba que estuvo de llevar al mundo a una guerra nuclear, el mensaje pacifista de "Hiroshima Mon Amour" era de total pertinencia en dicho momento histórico. Ello contribuyó decisivamente al inesperado éxito de crítica y especialmente de taquilla que tuvo la película en su momento.
Al margen del compromiso y pertinencia de su contenido, la película destaca igualmente por el contraste entre las dos localizaciones de la historia. Por un lado, la pequeña ciudad francesa de Nevers, de dónde es originaria la protagonista y dónde vivió su primer gran amor y experiencia de la guerra durante la ocupación alemana de Francia en la segunda guerra mundial. Por otro lado, las imágenes de Hiroshima, una ciudad en proceso de reconstrucción, y escenario del primer bombardeo nuclear de la historia el 6 de junio de 1945, también resultan impactantes y constituyen un referente en este tipo de trabajo cinematográfico.
Cabe destacar la participación en la gestación de la película de la destacada escritora francesa Marguerite Duras, de quien surgió inicialmente la historia tras un encuentro con Resnais y que escribió un excelente guión. El trabajo de Marguerite Duras ha estado íntimamente ligado al cine ya que ella misma ha dirigido algunas películas como "India Song" (1975), y algunas de sus novelas han sido llevadas al cine como "El amante" (1984).
Buenas interpretaciones en una historia que se centra casi exclusivamente en los personajes principales. Emmanuelle Riva, destaca en una de sus primeras interpretaciones al igual que el actor japonés, Eiji Okada. Aunque se buscó un actor japonés pero con marcados rasgos occidentales para evitar un contraste excesivo, la película fue transgresora en su momento al mostrar una relación entre una joven europea con un hombre de raza asiática.
En definitiva, una obra de referencia cuyo mensaje trasciende la intensidad del encuentro entre dos personas de origen y cultura diferentes y se proyecta hacia la reflexión y la toma de conciencia sobre la guerra nuclear y sus consecuencias. Una de las obras clave de Alain Resnais y por su singularidad un referente importante de la historia del cine.
Por Tomás Soria, El Criticon, alohacriticon.com
Comprometida y singular película de Alain Resnais con guión de Marguerite Duras. La reivindicación pacifista y el peligro de la guerra nuclear son los temas centrales en la película, ambos de gran actualidad en el momento de concepción y realización del proyecto ya que la película se rodó en el momento álgido de la guerra fría en el que el peligro de guerra nuclear fue inminente. Como demostraría pocos años después la crisis de los misiles en Cuba que estuvo de llevar al mundo a una guerra nuclear, el mensaje pacifista de "Hiroshima Mon Amour" era de total pertinencia en dicho momento histórico. Ello contribuyó decisivamente al inesperado éxito de crítica y especialmente de taquilla que tuvo la película en su momento.
Al margen del compromiso y pertinencia de su contenido, la película destaca igualmente por el contraste entre las dos localizaciones de la historia. Por un lado, la pequeña ciudad francesa de Nevers, de dónde es originaria la protagonista y dónde vivió su primer gran amor y experiencia de la guerra durante la ocupación alemana de Francia en la segunda guerra mundial. Por otro lado, las imágenes de Hiroshima, una ciudad en proceso de reconstrucción, y escenario del primer bombardeo nuclear de la historia el 6 de junio de 1945, también resultan impactantes y constituyen un referente en este tipo de trabajo cinematográfico.
Cabe destacar la participación en la gestación de la película de la destacada escritora francesa Marguerite Duras, de quien surgió inicialmente la historia tras un encuentro con Resnais y que escribió un excelente guión. El trabajo de Marguerite Duras ha estado íntimamente ligado al cine ya que ella misma ha dirigido algunas películas como "India Song" (1975), y algunas de sus novelas han sido llevadas al cine como "El amante" (1984).
Buenas interpretaciones en una historia que se centra casi exclusivamente en los personajes principales. Emmanuelle Riva, destaca en una de sus primeras interpretaciones al igual que el actor japonés, Eiji Okada. Aunque se buscó un actor japonés pero con marcados rasgos occidentales para evitar un contraste excesivo, la película fue transgresora en su momento al mostrar una relación entre una joven europea con un hombre de raza asiática.
En definitiva, una obra de referencia cuyo mensaje trasciende la intensidad del encuentro entre dos personas de origen y cultura diferentes y se proyecta hacia la reflexión y la toma de conciencia sobre la guerra nuclear y sus consecuencias. Una de las obras clave de Alain Resnais y por su singularidad un referente importante de la historia del cine.
Por Tomás Soria, El Criticon, alohacriticon.com
Martes 21 de abril, a las 22 hs.
OLD JOY (EE.UU., 2006)
Dirección: Kelly Reichardt - Int.: Daniel London, Will Oldham.
Dirección: Kelly Reichardt - Int.: Daniel London, Will Oldham.
En el mundo se realizan anualmente un número tan inabarcable de películas que no hay modo de conocerlas, ni pantallas, ni canales de distribución, ni probablemente festivales, y menos público, que las absorba; y esto es así incluso para aquellas más interesantes, vanguardistas o rompedoras. Así las cosas, resulta pertinente la reflexión que sobre el “cine invisible” plantea el ejemplar de julio/agosto de la revista Cahiers du cinema. En uno de sus artículos recoge un listado de “películas invisibles”, películas que ni se han estrenado ni se las espera, entre ellas se encuentra Old Joy, una de las grandes revelaciones del BAFICI 2007 (que pudo ser redescubierta en la retrospectiva que el BAFICI 2009 le dedicara a la directora Kelly Reichardt).
El argumento es mínimo: con el fin de ir a una fuente termal Mark deja a su mujer embarazada en casa para pasar una noche en el campo con su viejo amigo Kurt, al día siguiente, tras el desayuno, alcanzan su objetivo, toman un baño y vuelven a casa un poco más tarde de lo previsto. A simple vista no ha ocurrido nada, pero al finalizar la película hemos asistido a una sutil meditación sobre la amistad, la madurez y el inexorable paso del tiempo, como dice uno de los protagonistas, el “final de una era”.
En esa línea de desarmante sencillez, la película, rodada en 16 mm durante diez días, con un equipo de seis personas y un costo total de solo 80 mil dólares, cuenta con dos únicos intérpretes, Mark (Daniel London) y Kurt (el músico Will Oldham), más la breve presencia inicial de Tanya (Tanya Smith), mujer del primero; no obstante lo exiguo del elenco, este resulta más que suficiente para sostener esta reflexión sobre la amistad “masculina” con brillantez y credibilidad.
A partir del sustrato común que supone compartir entre ambos protagonistas una larga amistad desde la juventud o adolescencia, Old Joy, nos ofrece dos modelos masculinos distintos o de evoluciones masculinas confrontadas. Por un lado, Mark, el responsable, con su pareja en una casa con jardín, está a punto de tener un hijo, no da abasto con el trabajo y, aunque aún esté dispuesto a pasar una noche en el campo, se ha convertido en un acomodado “liberal” que escucha Air america radio, practica la meditación y colabora con la comunidad; por el otro, Kurt, el ácrata, es un individualista barbudo y desaliñado que “nunca se ha metido en nada de lo que no pueda salir por sí mismo”, sus propiedades caben en una furgoneta, lleva una vida errática de aquí para allá y continúa fumando hierba.
El sonido de los pájaros y de un gong que escuchamos sobre los créditos iniciales, y el plano de un ave posado en un canalón que abre el film definen desde el comienzo el tono reposado del mismo. Tras ello contemplamos a Mark sentado en su jardín haciendo meditación mientras que la primera aparición de Kurt en escena, en consonancia con su vida errante y post-adolescente, es arrastrando por la calle unos cachivaches en una carretilla de niño. Después vendrá el viaje en coche, las conversaciones de camino al monte rememorando anécdotas y poniéndose al día, los planos del paisaje en movimiento del noroeste norteamericano, de la carretera, y la estupenda música de Yo la tengo, que se adecua de forma perfecta al ritmo del film y contribuye de forma decisiva a fijar y a predisponer el estado de ánimo pausado y contemplativo que lo envuelve.
Toda esta secuencia de acontecimientos insignificantes nos conduce, a través de pequeñas etapas, de los silencios y las miradas y las insinuaciones de los personajes, a presenciar su tentativa de búsqueda en pos de un pasado común, en pos de una conexión futura y de una confianza perdida por el paso del tiempo y la ausencia de roce verdadero.
En definitiva, Old Joy es un film pequeño (incluso en duración) y sencillo, pero valiente, fresco y auténtico; que no saca conclusiones apresuradas, ni juzga, ni teledirige al espectador y que toca sentimientos esenciales y cuestiones eternas y universales para el hombre (la amistad, la madurez, la comunicación y la coherencia vital). Asimismo, tampoco elude el trasfondo político en el que se desenvuelve (la nefasta presidencia de G.W. Bush), incluso permitiendo una lectura política y social, la correlativa crisis y desorientación política en el campo demócrata y por extensión la desorientación social norteamericana.
El argumento es mínimo: con el fin de ir a una fuente termal Mark deja a su mujer embarazada en casa para pasar una noche en el campo con su viejo amigo Kurt, al día siguiente, tras el desayuno, alcanzan su objetivo, toman un baño y vuelven a casa un poco más tarde de lo previsto. A simple vista no ha ocurrido nada, pero al finalizar la película hemos asistido a una sutil meditación sobre la amistad, la madurez y el inexorable paso del tiempo, como dice uno de los protagonistas, el “final de una era”.
En esa línea de desarmante sencillez, la película, rodada en 16 mm durante diez días, con un equipo de seis personas y un costo total de solo 80 mil dólares, cuenta con dos únicos intérpretes, Mark (Daniel London) y Kurt (el músico Will Oldham), más la breve presencia inicial de Tanya (Tanya Smith), mujer del primero; no obstante lo exiguo del elenco, este resulta más que suficiente para sostener esta reflexión sobre la amistad “masculina” con brillantez y credibilidad.
A partir del sustrato común que supone compartir entre ambos protagonistas una larga amistad desde la juventud o adolescencia, Old Joy, nos ofrece dos modelos masculinos distintos o de evoluciones masculinas confrontadas. Por un lado, Mark, el responsable, con su pareja en una casa con jardín, está a punto de tener un hijo, no da abasto con el trabajo y, aunque aún esté dispuesto a pasar una noche en el campo, se ha convertido en un acomodado “liberal” que escucha Air america radio, practica la meditación y colabora con la comunidad; por el otro, Kurt, el ácrata, es un individualista barbudo y desaliñado que “nunca se ha metido en nada de lo que no pueda salir por sí mismo”, sus propiedades caben en una furgoneta, lleva una vida errática de aquí para allá y continúa fumando hierba.
El sonido de los pájaros y de un gong que escuchamos sobre los créditos iniciales, y el plano de un ave posado en un canalón que abre el film definen desde el comienzo el tono reposado del mismo. Tras ello contemplamos a Mark sentado en su jardín haciendo meditación mientras que la primera aparición de Kurt en escena, en consonancia con su vida errante y post-adolescente, es arrastrando por la calle unos cachivaches en una carretilla de niño. Después vendrá el viaje en coche, las conversaciones de camino al monte rememorando anécdotas y poniéndose al día, los planos del paisaje en movimiento del noroeste norteamericano, de la carretera, y la estupenda música de Yo la tengo, que se adecua de forma perfecta al ritmo del film y contribuye de forma decisiva a fijar y a predisponer el estado de ánimo pausado y contemplativo que lo envuelve.
Toda esta secuencia de acontecimientos insignificantes nos conduce, a través de pequeñas etapas, de los silencios y las miradas y las insinuaciones de los personajes, a presenciar su tentativa de búsqueda en pos de un pasado común, en pos de una conexión futura y de una confianza perdida por el paso del tiempo y la ausencia de roce verdadero.
En definitiva, Old Joy es un film pequeño (incluso en duración) y sencillo, pero valiente, fresco y auténtico; que no saca conclusiones apresuradas, ni juzga, ni teledirige al espectador y que toca sentimientos esenciales y cuestiones eternas y universales para el hombre (la amistad, la madurez, la comunicación y la coherencia vital). Asimismo, tampoco elude el trasfondo político en el que se desenvuelve (la nefasta presidencia de G.W. Bush), incluso permitiendo una lectura política y social, la correlativa crisis y desorientación política en el campo demócrata y por extensión la desorientación social norteamericana.
MUESTRA NACIONAL DEL CINECLUBISMO
Con el lema: “Cuando los cines se retiran los Cine Clubes defienden las pantallas” se realiza en todo el país la “Muestra Nacional del Cineclubísmo”. Organizada por la Federación Argentina de Cine Clubes y con el auspicio de La Federación Internacional de Cine Clubes (FICC), la Cinemateca Francesa, el Instituto Goethe y Cinesud.
La Federación Argentina de Cine Clubes (FACC) cumple el próximo 23 de Abril 54 años y lo festejan los cine clubes a lo largo y a lo ancho del país, con la participación especial del Cine Club Argentino en Paris. Para celebrar este acontecimiento la FACC seleccionó 5 películas de directores referentes del cineclubísmo nacional e internacional, que se exhibirán en simultaneo durante el mes de Abril en más de 30 cineclubes. En Rosario cuenta con la participación de la Alianza Francesa de Rosario, la Secretaría de Cultura de AMR, el Centro Cultural Parque de España, y Buchín Libros, El objetivo de esta muestra es dar a conocer importantes obras cinematográficas intentando al mismo tiempo trasmitir las inquietudes cinéfilas que movilizan al cineclubismo en todo el mundo. Con este motivo fueron seleccionados filmes que pertenecen a realizadores que tienen o tuvieron una vinculación directa con la FICC. A los efectos de lograr una mayor difusión se realizarán proyecciones, en distintas Instituciones culturales de la ciudad, además de la que se desarrollará en el Auditorio Asociación Médica, sede de las habituales funciones de Cine Club Rosario.
Alfredo Scaglia, Presidente de la FACC.
Alfredo Scaglia, Presidente de la FACC.
Miércoles 22 de Abril a las 20 hs. EN: Asociación Médica, España 401.
RATAS, RATONES, RATEROS de Sebastián Cordero (Ecuador, 1999)
Perteneciente al Catálogo Cinesud, el filme cuenta la historia de Salvador, un adolescente que incursiona en hurtos callejeros, sin tener una necesidad real de hacerlo, es más que nada la búsqueda de un límite, el riesgo de cruzar una frontera, como un juego, pero llega a Quito su primo Ángel, ex-convicto y en emergencia, mulato, lastimado, descolocado. Juntos se moverán por Quito y Guayaquil, por calles, rutas, terminal de colectivos, un hospital, en el barrio humilde de Salvador, y en casas ricas a las que se ingresa a robar o a buscar, lo que nunca encontraran: protección. Cordero, hace un trabajo ajustado, profesional sin encuadres que intenten hacer escuela, trabaja como la gente que sabe hacerlo. Ratas, ratones, rateros fue premiada en el Festival de Cine Latinoamericano de Trieste, como Mejor Película y mejor opera prima. En el festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España, también obtuvo el premio Mejor Opera Prima y Mejor Actor.
Perteneciente al Catálogo Cinesud, el filme cuenta la historia de Salvador, un adolescente que incursiona en hurtos callejeros, sin tener una necesidad real de hacerlo, es más que nada la búsqueda de un límite, el riesgo de cruzar una frontera, como un juego, pero llega a Quito su primo Ángel, ex-convicto y en emergencia, mulato, lastimado, descolocado. Juntos se moverán por Quito y Guayaquil, por calles, rutas, terminal de colectivos, un hospital, en el barrio humilde de Salvador, y en casas ricas a las que se ingresa a robar o a buscar, lo que nunca encontraran: protección. Cordero, hace un trabajo ajustado, profesional sin encuadres que intenten hacer escuela, trabaja como la gente que sabe hacerlo. Ratas, ratones, rateros fue premiada en el Festival de Cine Latinoamericano de Trieste, como Mejor Película y mejor opera prima. En el festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España, también obtuvo el premio Mejor Opera Prima y Mejor Actor.
Viernes 24 de Abril a las 20 hs. EN: Alianza Francesa, San Luis 846.
LA MUJER DE LA PRÓXIMA PUERTA de François Truffaut (Francia, 1981)
Uno de los films más sombríos y bellos de François Truffaut. Se trata de un drama de pasiones y amor que transcurre en una atmósfera de gran sensibilidad que no excluye los momentos mágicos. El director galo es un referente indiscutido del cineclubismo francés, ya que, siendo aún adolescente fundó un club fílmico donde conoció al afamado crítico André Bazin, quien luego se transformara en su protector. Además de las actuaciones de Gerard Depardieu y Fanny Ardant, la notable música de Georges Delerue es uno de los tantos puntos altos de la película.
Uno de los films más sombríos y bellos de François Truffaut. Se trata de un drama de pasiones y amor que transcurre en una atmósfera de gran sensibilidad que no excluye los momentos mágicos. El director galo es un referente indiscutido del cineclubismo francés, ya que, siendo aún adolescente fundó un club fílmico donde conoció al afamado crítico André Bazin, quien luego se transformara en su protector. Además de las actuaciones de Gerard Depardieu y Fanny Ardant, la notable música de Georges Delerue es uno de los tantos puntos altos de la película.
Domingo 26 de Abril a las 20 hs. EN: CC Parque España, Sarmiento y el Río.
UNA MIRADA SOBRE EL PRADO QUE LLORA de Pere Alberó (España, 2005)
Esta es una película que pertenece al Catálogo Cinesud. Pere Alberó realiza este documental sobre la filmación de Eleni, la última película de Theo Angelópoulos mientras en Grecia se difuminan las huellas de su pasado, Angelópoulos reconstruye en el norte de las fronteras, dos poblados que serán testimonio del paso de la historia del siglo XX. La historia y sus gentes, llegados desde más allá de alguna frontera, provocan curiosas superposiciones entre realidad y ficción. Angelópoulos fue Presidente Cultural de la FICC.
Esta es una película que pertenece al Catálogo Cinesud. Pere Alberó realiza este documental sobre la filmación de Eleni, la última película de Theo Angelópoulos mientras en Grecia se difuminan las huellas de su pasado, Angelópoulos reconstruye en el norte de las fronteras, dos poblados que serán testimonio del paso de la historia del siglo XX. La historia y sus gentes, llegados desde más allá de alguna frontera, provocan curiosas superposiciones entre realidad y ficción. Angelópoulos fue Presidente Cultural de la FICC.
Lunes 27 de Abril a las 19 hs. EN: Buchín Libros, Entre Rios 735.
ABRE EL HELVÉTICO de Juan Carlos Arch (Argentina, 2003)
J.C. Arch, fue presidente de la FACC y Sec. Latinoamericano de la FICC. A la pequeña localidad, “Nueva Helvecia”, enclavada en el departamento de Colonia en el Suroeste de la República Oriental del Uruguay, la han caracterizado desde sus comienzos como una colonia de un espíritu sumamente emprendedor. Ese espíritu hizo reaccionar al pueblo que ante el posible remate de su única sala de cine, decidieron salvarla comprándola. Llevaba algunos unos años cerrada, cuando a punto de rematarse el edificio y la posibilidad de la instalación de un supermercado los movilizó a todos. Crearon una cooperativa y se pusieron a trabajar para adquirirlo. Hicieron de todo un poco, hasta marchas y desfiles de carrozas y lo consiguieron, colaboraron todos, hombres, mujeres y profesionales que donaron todo su trabajo, hasta la ex dueña que lo entregó a un precio mucho menor de lo que pagaban otras empresas. La película Abre el Helvético narra estos hechos mediante entrevistas, y el registro completo de su función inaugural. Un cine de 1.000 butacas, que contiene el 10 por ciento de toda la población (11.000 habitantes), y que fue y por fortuna todavía es, un símbolo de todos los pobladores que allí aprendieron a soñar y un poco a vivir.
LAS 4 FUNCIONES DEL CICLO SE REALIZAN CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA
J.C. Arch, fue presidente de la FACC y Sec. Latinoamericano de la FICC. A la pequeña localidad, “Nueva Helvecia”, enclavada en el departamento de Colonia en el Suroeste de la República Oriental del Uruguay, la han caracterizado desde sus comienzos como una colonia de un espíritu sumamente emprendedor. Ese espíritu hizo reaccionar al pueblo que ante el posible remate de su única sala de cine, decidieron salvarla comprándola. Llevaba algunos unos años cerrada, cuando a punto de rematarse el edificio y la posibilidad de la instalación de un supermercado los movilizó a todos. Crearon una cooperativa y se pusieron a trabajar para adquirirlo. Hicieron de todo un poco, hasta marchas y desfiles de carrozas y lo consiguieron, colaboraron todos, hombres, mujeres y profesionales que donaron todo su trabajo, hasta la ex dueña que lo entregó a un precio mucho menor de lo que pagaban otras empresas. La película Abre el Helvético narra estos hechos mediante entrevistas, y el registro completo de su función inaugural. Un cine de 1.000 butacas, que contiene el 10 por ciento de toda la población (11.000 habitantes), y que fue y por fortuna todavía es, un símbolo de todos los pobladores que allí aprendieron a soñar y un poco a vivir.
LAS 4 FUNCIONES DEL CICLO SE REALIZAN CON ENTRADA LIBRE Y GRATUITA
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