El Chivo los pone, Juez los vende

Ya comenzó el ruedo electoral que definirá gran parte del rumbo económico, político y social de nuestro país. De tanto que se habla y redunda, es interesante marcar dos candidatos que juegan fuerte en dos de las provincias más importantes del país; por un lado vemos la coherencia con la que se está manejando Agustín "Chivo" Rossi y por otro la mediática forma que repite hasta el cansancio Luis "huevo duro" Juez.
El cordobés es invitado a incontables programas de televisión políticos, dándole esa cuota de humor que hace falta para entretener con las críticas a las políticas oficiales. Responde con verborragia, simpatía y chistes; todo lo hace fácil y encuentra un único enemigo: el gobierno nacional. Hasta denunció que la Alianza 2.0 no se pudo dar en su provincia porque el mismísimo Florencio Randazzo se encargó de impedirla, es decir que culpa de todos los males al kirchnerismo (perdiendo la oportunidad histórica de criticar los errores reales del gobierno, que son muchos y un candidato "independiente" como él debería aprovechar). Luisito actúa como humorista en la regata televisiva que frecuenta cuando visita Capital Federal, es tentador invitarlo ya que mata dos pájaros de un tiro; por un lado permite al televidente esbozar una sonrisa (ahorrándose la entrada para ver al Negro Álvarez) y por otro defenestra a Néstor (a quien antes le tuvo aprecio), cocktail irresistible para Nelson Castro, Morales Solá y cualquier "periodista independiente".
Para ir finalizando con Juez, y al no tener mucha información de lo que propone, sería interesante remarcar que este en teoría hombre "nuevo" de la escena nacional tiene un trajín político bastante agitado; como lo corrobora la foto (se la agradecemos a Leila de http://lahoraincierta.blogspot.com/) su pasado se emparenta con el actual gobernador de Córdoba (apoyados por Carlitos Saúl) y luego con el "Gato" De la Sota (hasta que lo denunció y Luis logró por ello buena prensa). Digamos entonces que si lo mejor que nos ofrece Luis Juez es su castidad y decencia, tantos años de política encima hacen que su virginidad sea por lo menos dudosa. El candidato que vende huevos para financiar su campaña mide bien y se perfila como el primero de la provincia mediterránea, demostrando que Luisito no es lo único que enajena para ganar elecciones sino que también es un excelente vendedor de humo.

Un caso totalmente distinto es el del candidato a diputado nacional de la Provincia de Santa Fe Agustín Rossi, este cuenta con la carga de reducirse a la simple expresión de "kirchnerista"; término demoledor para lograr una pequeña ayudita de los amigos mediáticos. Pero este no es el único problema que debe enfrentar Rossi en su campaña, otra de las desventajas que padece es ser el tercero en una escena santafesina polarizada por el PJ conserva de Reutemann y la mezcolanza llamada Frente Progresista Cívico y Social capitaneado por Hermes Binner y encabezado en las listas por Rubén Giustiniani. Esta última alianza reune a personajes de varios partidos, varias ideologías y diferentes pasados; desde los que lucharon por la democracia hasta Carlos Favario que fue ministro de gobierno en la dictadura. Será por esto que el diputado provincial del Frente Progresista, Marcelo Brignoni, decidió darle su voto al "Chivo" Rossi en las próxima elecciones a pesar de conformar la alianza que llevó a Binner al poder. Un respaldo importante para las intenciones de Agustín de conformar una lista de base, con sindicalistas e intelectuales.
El "Chivo" eligió el camino más duro para lograr dar batalla en los comicios de junio; optando por trayectorias antes que nombres rimbombantes y convicciones antes que conveniencias. Sin olvidar que desde el mismo oficialismo se le pidió que baje su candidatura para que un PJ unificado saque más votos. Pero Rossi no quiso; prefirió armar un espacio de centro izquierda real, se mire por donde se lo mire; y aunque los resultados no sean los mejores decidió enfrentar en desventaja el vendaval conservador que representan los favoritos en su provincia.
Mirando las encuestas, parecería no ser la mejor opción; aunque si observamos que las muletillas de algunas agrupaciones parten de la moralidad y la transparencia nada mejor que quien apuesta por ponerlos sobre la mesa antes que venderlos bien.

Por Coco Alvarez