Compañeros y compañeras audiovisualistas:
Gracias por estar pendientes de lo que esta ocurriendo en Honduras. Este breve recuento del día de ayer se lo envié a la EICTV y se los replico a ustedes. Las cosas están bien difíciles aquí. Hay signos evidentes de que están implementando en forma sistemática y muy agresiva el manual de la doctrina de seguridad nacional que tan bien les funcionó en el pasado. Ha habido muchos secuestros y desapariciones de dirigentes de organizaciones populares. Y lo hacen impunemente: a las 3 de la madrugada cortan la energía eléctrica en toda la ciudad y allí actúan los comandos que entran a casas y se llevan a sus victimas. En otros casos se han dado a plena luz del día. Ayer un sindicalista murió arrollado por los militares cuando se oponía a la toma de la empresa de Telecomunicaciones. Por la tarde, fue reprimida grotescamente la manifestación pacifica que estaba estacionada frente al palacio presidencial desde ayer. Les lanzaron gas lacrimógeno y les dispararon francotiradores desde lo alto de un hotel, luego tropas de tierra apoyadas por dos helicópteros persiguieron a los manifestantes a lo largo de un kilómetro en un boullevar muy transitado, hasta el estadio nacional, solo para encontrarse con otra horda de soldados que los estaba esperando. Allí se provocó una gran desbandada del movimiento, y en la confusión, grupos de encapuchados secuestraron a su vez a varios dirigentes. Según datos extraoficiales hay 4 muertos, pero los heridos (son decenas) llenaron el hospital más cercano, hasta donde por supuesto llegó la policía para ficharlos. Asimismo fue ametrallada una caravana de buses que venía desde el interior hacia la capital con manifestantes que iban hacia Casa presidencial. De eso no se tiene mayor detalle por la fragmentación de la información que estamos sufriendo.
Al egresado de la EICTV, Angel Palacios le cayó un grupo de soldados que le querían quitar su cámara y después de forcejear logró escabullírseles. Como se nos perdió y temíamos que lo hubieran detenido, los compañeros realizadores Ramón Hernández y Manuel Villa salieron en su búsqueda, pero los soldados los hicieron retroceder a golpes de fusil. Afortunadamente Angel apareció como una hora después, sano, salvo y con cámara. Mientras tanto el cerco mediático esta funcionando a la perfección: en los noticieros y diarios todo sigue con total normalidad y calma, como cualquier día común, es más, mucha gente aquí no se da cuenta de nada, aunque esté ocurriendo a pocas cuadras. Para rematar, la ultima red de comunicación que estaba transmitiendo información sobre lo que ocurre, ya fue silenciada y sus coordinadores obligados a transmitir desde el exterior. La dictadura pretende ignorar y le resta importancia a que esta siendo aislada completamente del mundo, que ha sido condenada y deslegitimada por todos los foros mundiales, que todos los países de América y Europa están retirando a sus embajadores de Tegucigalpa, que Guatemala, Nicaragua y el Salvador han cerrado sus fronteras terrestres con Honduras, que el BID, FMI y BM están congelando los fondos internacionales de Honduras. Pero aun con todo esto dicen que se mantendrán firmes durante los 7 meses que faltan del gobierno de Zelaya. ¿A costa de cuánta represión interna y mentiras hacia el exterior?
Se sabe de algunos batallones que se están sublevando, y el jueves próximo el presidente derrocado ha anunciado su intención de volver al país, aun a sabiendas de que los golpistas le tienen preparadas órdenes de captura por todos los delitos del mundo. ¿Qué va a pasar entonces? A nuestro amigo realizador Manuel Villa ya lo han llamado amenazándolo con desaparición y muerte, y decidimos por eso mantenernos trabajando con bajo perfil. Cualquier cosa que le ocurra a él o a otro audiovisualista no será casualidad. Lo realmente aterrador es esperar la madrugada cuando están haciendo los cortes de energía y uno no sabe si vendrán a golpear a la puerta. Ojala el mundo se esté dando cuenta de lo que están haciendo estos bárbaros.
Por Iñigo Uribetxebarria
Al egresado de la EICTV, Angel Palacios le cayó un grupo de soldados que le querían quitar su cámara y después de forcejear logró escabullírseles. Como se nos perdió y temíamos que lo hubieran detenido, los compañeros realizadores Ramón Hernández y Manuel Villa salieron en su búsqueda, pero los soldados los hicieron retroceder a golpes de fusil. Afortunadamente Angel apareció como una hora después, sano, salvo y con cámara. Mientras tanto el cerco mediático esta funcionando a la perfección: en los noticieros y diarios todo sigue con total normalidad y calma, como cualquier día común, es más, mucha gente aquí no se da cuenta de nada, aunque esté ocurriendo a pocas cuadras. Para rematar, la ultima red de comunicación que estaba transmitiendo información sobre lo que ocurre, ya fue silenciada y sus coordinadores obligados a transmitir desde el exterior. La dictadura pretende ignorar y le resta importancia a que esta siendo aislada completamente del mundo, que ha sido condenada y deslegitimada por todos los foros mundiales, que todos los países de América y Europa están retirando a sus embajadores de Tegucigalpa, que Guatemala, Nicaragua y el Salvador han cerrado sus fronteras terrestres con Honduras, que el BID, FMI y BM están congelando los fondos internacionales de Honduras. Pero aun con todo esto dicen que se mantendrán firmes durante los 7 meses que faltan del gobierno de Zelaya. ¿A costa de cuánta represión interna y mentiras hacia el exterior?
Se sabe de algunos batallones que se están sublevando, y el jueves próximo el presidente derrocado ha anunciado su intención de volver al país, aun a sabiendas de que los golpistas le tienen preparadas órdenes de captura por todos los delitos del mundo. ¿Qué va a pasar entonces? A nuestro amigo realizador Manuel Villa ya lo han llamado amenazándolo con desaparición y muerte, y decidimos por eso mantenernos trabajando con bajo perfil. Cualquier cosa que le ocurra a él o a otro audiovisualista no será casualidad. Lo realmente aterrador es esperar la madrugada cuando están haciendo los cortes de energía y uno no sabe si vendrán a golpear a la puerta. Ojala el mundo se esté dando cuenta de lo que están haciendo estos bárbaros.
Por Iñigo Uribetxebarria
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