Ernesto Tenembaum es, junto a Luis Majul en Argentina, el caso emblemático del periodismo posmoderno. Ese que confunde al poder político con el económico. Que hurga y crítica las formas pero nunca pasa a lo profundo, allí donde están en juego los verdaderos intereses y contradicciones que caracterizan a las sociedades modernas. Se trata de los ejemplares de la prensa "independiente", cuya función es cuestionar a aquellos gobiernos y dirigentes que no respetan su "libertad de expresión" (entiéndase aquí no ser funcionales a sus negocios, o sea, curros). Tenembaum- cuyo nombre de pila se debe a la admiración que tenían sus padres sobre el "Che" Guevara, según cuenta él mismo- a partir del 2008 se convirtió en uno de los principales referentes del canal de noticias TN, perteneciente al monopólico grupo empresarial Clarín. Es la pata progre de la señal televisiva y de radio Mitre. Es quien viene a decirnos, desde su periodismo crítico, incisivo y provocador, que los Kirchner a partir de la llegada de Cristina Fernández a la primera magistratura de la nación han desviado el rumbo. Pues, ya no son lo moderados que fueron hasta diciembre de 2007, cuando gobernaban sin poner en juicio el desempeño de los medios masivos de comunicación.
Claro, como decíamos en la nota anterior Moderados, el kirchnerismo comenzó a cambiar las formas por el fondo. Fue hacia los problemas reales que generó el neoliberalismo tanto en el orden económico como en el sociocultural. Desnudar, aunque sea discursivamente, la injusta estructura económica que impuso el modelo neoliberal, donde un sector minúsculo de la sociedad se quedó con el dominio de todo el país, fue imperdonable para el establishment y la corporación mediática en la cual trabajan Tenembaum y Majul. Ahora estos comunicadores, que sirven a Clarín y el grupo Uno respectivamente, cumplen con su rol de alcahuestes estrellas, intentando hacerle creer a la población argentina (sobretodo a la tilingada que es quien compra sus libros) que los Kirchner son un poder hegemónico que controla todo, absolutamente todo. Difaman a los líderes del Frente para la Victoria s través de marketineras "investigaciones periodísticas", que no son otra cosa más que tareas que les encomiendan sus jefes: Magnetto en el caso del conductor de Palabras más palabras menos y De Narváez, Vila y Manzano por el lado del creador de La Cornisa. Son periodistas estrellas que siempre quedan bien parados ante la opinión pública, debido a que son fieles no a sus convicciones, sino a sus empleadores. Son el ejemplo del periodismo moderado, en el cual también encontramos a Joaquín Morales Solá, Nelson Castro, Santo Biasatti, Mónica Gutiérrez y Pepe Eliaschev, entre otros. Estos personajes de la comunicación masiva diariamente nos brindan toda su moralidad y su amor por el pluralismo informativo. Nos enseñan lo que está bien y lo que está mal en la política nacional. Según ellos debemos seguir los modelos de los países "civilizados" donde los medios no son atacados por la "clase política", se mueven libremente y curiosamente tiran para el mismo lado.
El periodismo moderado cobija a los políticos moderados como Elisa Carrió, Mauricio Macri, Carlos Reutemann, Eduardo Duhalde, Gerardo Morales, Luis Juez, Rúben Giustiniani, Cecilia Pando, Carlos Menem, Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saa, Ernesto Sanz, por citar algunos. Es el periodismo que está comprometido en la defensa de los intereses de los grandes grupos empresariales que controlan la comunicación en nuestro país.
Quizá el día que empiece a funcionar la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la moderación pase a un segundo plano. ¡Ojala!
Por Mauro Reynaldi
5 comentarios:
Creo que confundís empleados con periodistas.
Periodistas puede ser la gente de la revista Barcelona , tal vez Cronica que no tienen un grupo con miles de negocios detrás, desde multimedios, papeleras, campos y ademas dependen fuertemente de los auspicios de "las empresas que confían en el país".
Esta gente son empleados que editorializan según las necesidades del grupo empresario.
Hasta me arriesgaría a decir que son empleados de los departamentos de prensa de esas corporaciones. Viste que cuando cae un avión, las aerolíneas empiezan a realizar "acciones de prensa" para evitar la mala propaganda ?
Bueno esta gente es igual, no les da el titulo, decirles periodista es bastardear la profesión.
Es así Julio, tenés razón vos. Yo sólo quería conservar las formas. En realidad son lobbistas, responden a sus jefes y no les importa las ganzadas que puedan decir o escribir mientras quedne bien con sus empleadores.
Saludos.
Mauro
Tambien creo Mauro que nosotros como publico compramos la basura que estos pseudo-periodistas nos venden por el simple hecho que es mas facil destruir que construir y que dejamos que otros piensen por nosotros.Periodistas como Wainfeld,Aliverti,Verbistsky nos obligan a analizar cada nota y hasta donde deberiamos involucrarnos como ciudadanos.
De hecho participar de estos blogs van en el camino correcto en el sentido de nuestro compromiso ciudadano
Sí, Viktor la clase media, que en realidad hay que llamarla clase mediática, a la cual pertenecemos vive consumiendo estas porquerías. Por suerte encuentro gente amiga que ya no se traga más los sapos de estos sinvergüenzas de la comunicación. De hecho, me puso contento saber que amigos que acompañaron a Proyecto Sur, ahora se están dando cuenta que el fin no es ser opositor a este gobierno sino profundizar las políticas de recuperación de la dignidad nacional.
Saludos,
Mauro
Publicar un comentario