Desde que Cristina Fernández ganó las elecciones presidenciales en octubre de 2007 pareciera ser, según la visión de la cadena concentrada de medios comunicacionales argentina, que vivimos en el peor de los mundos posibles, ese donde también habitan Bolivia, Cuba, Ecuador y Venezuela. Según esta corporación, caímos en el infierno más profundo. Lo de diciembre de 2001 fue light en relación a esta gestión gubernamental que lleva casi 2 años y medio. Desde entonces, siguiendo esta "inocente" mirada del periodismo hegemónico, estamos siendo gobernados por un régimen dictatorial. Pero hete aquí, resulta que la oposición a esta "dictadura" puede hacer lo que se le canta las ganas, llevarse todo por delante, como si fuera quien gobierna el país.
La corporación mediática insiste en que estamos sometidos a un orden autoritario. En cambio, recomienda terminar con la "crispación K" y apelan a la "moderación", dando como ejemplo la política chilena. Los mass media locales nos imponen como modelo a Chile, que a partir de hoy vuelve a ser gobernado por la derecha fascista que encabeza el empresario pinochestista Sebastían Piñera. Este nuevo presidente sucede a la "izquierdista" Michelle Bachelet, que no ahorró palos para los pobres que desesperadamente salieron a la superficie, tras la reciente tragedia del terremoto. El progresismo chileno a cargo del Poder Ejecutivo, criminalizó la protesta social y no se sintió incómodo siguiendo los postulados del neoliberalismo. Nuestra pluralisima prensa nos quiere hacer ver que en la nación andina conviven la moderación del neopinochetismo y la moderación de la centroizquierda concertadora. Todos juntitos de la mano, a los besos y abrazos. Que lindo ejemplo "democrático", parecido al otorgamiento del premio Nobel de la Paz a Barack Obama. Entonces tenemos que ser dialoguistas y consensuadores como los gobiernos de Chile y Uruguay, que de tan buenos que son no "persiguen" a sus fuerzas armadas que actuaron bajo los imperativos del Plan Cóndor en la década de 1970.
¿Y los Kirchner cómo van a ser moderados si derogan las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, eliminan el indulto menemista a los genocidas procesistas, cuestionan las gigantescas ganancias de la corporación rural, reestatizan las jubilaciones y Aerolíneas, lanzan una nueva ley de medios de comunicación audiovisual, asignan un ingreso universal por niño de $180, y no reprimen la protesta de las agrupaciones que representan a las clases populares?
Sin embargo, los oligopolios mediáticos toleraron el período presidencial de Néstor Kirchner (2003-2007) porque no afectaba sus grandes negociados. No pensaban que la estructura económica del neoliberalismo pudiera ser alterada. En cambio, desde que asumió Cristina Fernández, el "campo" primero, y el periodismo "independiente" después, quedaron al desnudo, mostrando la hilacha. Es decir, dando cuenta de los intereses corporativos y sediciosos que representan, esencialmente antidemocráticos.
Cristina, a diferencia de Néstor, se metió con el poder real. Habló de redistribuir las riquezas, lo que implica sacarles a los que más tienen para repartirlo equitativamente en la sociedad. Sacar de donde sobre para poner donde falta. Ecuación simple que significa mejorar la calidad de vida de la población argentina. Esto, para el pensamiento único mediático, es autoritarismo, crispación, avasallamiento de las instituciones. Es lo que no pueden tolerar, que alguien desde la presidencia de la nación insinúe cambiar el modelo socioeconómico neoliberal. Por ende, siempre pedirán copiar la moderación de la sociedad chilena que elige a Piñera. Siempre enaltecerá a la oposición criolla, que a falta de ideas propias le sobra voluntad para ser la mano de obra barata del establishment.
En síntesis, el empresariado mediático que forma parte de la elite dominante, estaba conforme con el crecimiento económico que llevó adelante el gobierno de Néstor Kirchner. No lo bombardeó porque no se entrometió en sus negocios. Fue un buen administrador, ya que los cambios que realizó afectaron la superficie y no la estructura (génesis) del neoliberalismo. Por el contrario, CFK, comenzó su mandato tratando de revertir esta lógica, poniendo en el tapete la injusticia de este perverso modelo de acumulación capitalista. Aunque ella, que no es moderada, tampoco se ha puesto como objetivo hacer las transformaciones estructurales que modifiquen la enorme desigualdad que existe en el país. A pesar de los dimes y diretes, la brecha entre ricos y pobres es cada vez más amplia, y los moderados continúan diariamente dándonos clases de moralidad sobre el funcionamiento de la democracia y sus instituciones.
Por Mauro Reynaldi
3 comentarios:
Gente el viernes nos juntamos en la plaza de mayo para bancar al gobierno nacional. Es a partir de las 19 y hasta las 22 hs.
Por favor difundan.
Saludos.
Totalmente de acuerdo compañero.
Gracias Julio César.
Saludos!
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