Hoy es el día del periodista y como cada 7 de junio es una buena oportunidad para pensar el rol de la comunicación y de los medios. La pregunta que cunde es: ¿para qué sirve el periodismo? o mejor dicho, ¿para quién/es sirve el periodismo? Esto es: ¿para la sociedad o para los grupos dominantes? Estas cuestiones nos llevan a dar con la verdadera naturaleza de eso que comúnmente llamamos Poder.
Hoy en día, ya no son los gobiernos el Big Brother sino los medios masivos de comunicación en manos del sector privado. A los primeros los podemos elegir cada cuatro años a través del sufragio universal, en cambio, y contrariamente, somos meros espectadores ante la influencia de los mass media. No votamos a los periodistas que aparecen dándonos informaciones en la telvevisión, los diarios, las revistas, las radios, sitios de Internet, etc. Estos comunicadores son los empleados de turno del establishment, y su función es mostrarnos cotidianamente su "realidad", la cual suele diferenciarse y estar a distancias abismales de las necesidades diarias de la gran mayoría de la población. El sistema de medios en el neoliberalismo es por esencia antidemocrático, pues toma a la información como mercancía que se compra y vende y la hace pasar como "libertad de prensa". No todos podemos participar de ese gran circo, solamente los grandes capitalistas que son quienes tienen voz y voto. Este gran conglomerado mediático niega los conflictos que se entrelazan dentro de las sociedades contemporáneas, ocultando la lucha de clases.
La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es la reglamentación que adeuda la democracia, el sistema republicano. Y cuando hacemos alusión a republicano nos referimos a la división de poderes, no a la omnipotencia y omnipresencia del poder económico, del capital concentrado. Esta nueva legislación viene a romper con el periodismo "independiente" (que es independiente de los menesteres reales de los sectores más empobrecidos de la ciudadanía), ofreciendo más voces y exaltando la pluralidad, apelando al sentido crítico y comprometido de los ciudadanos que quieren amplificar nuestra democracia.
Pero debemos entender, como tarea deontológica, que nosotros quienes nos hemos formado en la comunicación social, por el simple hecho de hablar ante un micrófono no estamos ejerciendo la profesión. Si no tenemos nada que comunicar, transmitir, entonces quédemonos en nuestras casas. También para agregar, no podemos afirmar que sean solamente periodistas quienes cobran, tienen un sueldo, porque muchos nos dedicamos a la labor periodística con las mismas ganas y vocación que cualquier trabajador de los oligopolios informativos. Es decir, nos hemos preparado para esta profesión.
La comunicación es social y en tanto tal debe ser abordada con responsabilidad por parte de nosotros los comunicadores, aclarando desde qué lugar político e ideológico nos expresamos.
¡Feliz día del periodista!
Brindamos por la concreción de la democratización de los medios de comunicación. Que es lo mismo que aspirar a la consolidación de la sociedad democrática con justicia social e igualdad.
Por Mauro Reynaldi
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