jueves, 22 de julio de 2010

Mauricio y Miguel. El malo y el bueno de la derecha argentina

Mauricio Macri quiere juicio político y mientras toda su oposición más ex aliados lo acusan, la "progre" Beatriz Sarlo lo defiende culpando a Néstor Kirchner de su procesamiento. Un bizarro embrollo es lo que está pasando en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). El jefe de gobierno porteño parece estar haciendo el papel de Gastón Pauls (Juan Perugia) en la serie Todos contra Juan. Esta sitcom de la política porteña es un eslabón más en la interminable cadena de desaciertos de la derecha criolla, donde la avenida neoliberal se angosta cada día más. Macri, a quien le queda todavía casi un año y medio de mandato, no puede satisfacer ni siquiera a sus propios votantes y se la pasa de papelón en papelón. No da pie con bola, y hasta su colega Francisco de Narváez lo abandona. Empero, lo más triste para quienes queremos más y mejor democracia es que este asunto de las escuchas telefónicas ilegales habla más de una trama policial que política. Acá no está en juego el debate de ideas, la puesta en acto de la confrontación de pensamientos, sino la ineptitud de un partido político como el PRO de gobernar el distrito más importante del país. Es un gobierno de derecha que no puede convencer siquiera a sus propios seguidores. No es como en Rosario, donde también hay una gestión de derecha que lleva siete años, pero que en cambio, ha sabido convencer a propios y extraños, haciéndose pasar como centroizquierda, como socialdemocracia, y conserva chances de continuar gobernando por un período más el año que viene si del lado de enfrente el kirchnerismo no presenta un candidato que seduzca al progresismo que desilusionó la administración Lifschitz.
Entonces, el “niño” Mauricio está en la cuerda floja, ya casi descartado para pelear por un lugar dentro de los presidenciables 2011. En tanto que su par de Rosario, Miguel Lifschitz, va en busca de la gobernación de la provincia de Santa Fe, a pesar de haber sido uno de los gobernantes más conservadores de las últimas décadas en nuestra ciudad.
Lo más positivo que le puede pasar en Capital Federal es que Macri siga y termine su ciclo el 10 de diciembre del año próximo, es decir, que no ocurra la misma barrabasada que aconteció con Aníbal Ibarra. La sociedad porteña deberá despertarse y avivarse para elegir mejor. La alternativa progresista más potable sería Fernando “Pino” Solanas quien hizo una muy buena elección el año pasado, llegando a la Cámara Baja del Congreso de la nación. Pino es a quien apoya este escriba y ve como mejor posicionado para los próximos comicios capitalinos. Enriquecería muchísimo a nuestro sistema democrático que Proyecto Sur sea en el 2011 la nueva fuerza que gobierne la CABA. Asimismo, esperamos que aparezca al mismo tiempo acá en la Cuna de la Bandera, un movimiento progresista y popular que supere en votos y gestión a la actual socialista. Aunque ésta todavía cuenta con mayor aprobación que la macrista. Aunque, gane quien gane, los verdaderos cambios progresistas en los dos centros urbanos más significativos de la Argentina vendrán solamente de la mano de la política y del compromiso de los sectores populares con ella, nunca del toque empresarial.

Por Mauro Reynaldi

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