lunes, 20 de septiembre de 2010

El capitalismo que se nos pretende imponer

Por Manuel E. Yepe (especial para ARGENPRESS.info)

Cuando la propaganda del capitalismo llama a las naciones del tercer mundo a implantar o ampliar políticas de mercado, o a rehuir las políticas socialistas de beneficio común, nadie puede saber si se trata simplemente de una burla que refleja la subvaloración que hacen de la inteligencia de los pueblos del Sur o si es una invitación que se les formula a hacerse cómplices del segmento minoritario de la población mundial que explota al mayoritario.
La manipulación de los medios de prensa que ha estructurado el imperio ha hecho que la mayor parte de los ciudadanos de los Estados Unidos, y una buena parte de los del resto de los países que se tienen por “occidentales” o del “norte”, llamen “democracia” a un sistema tan poco democrático como ese que preside Washington aunque en verdad rigen Wall Street y el complejo militar e industrial con eje en el Pentágono.

La política de guerra estadounidense en el periodo transcurrido desde el final de la segunda conflagración mundial, ha devenido estímulo principal para su economía interna y requisito obligado para el ejercicio de su dominación mundial.

La dictadura que Estados Unidos ejerce hoy sobre el mundo con apoyo de las clases opulentas de los demás países del planeta no obstante las serias contradicciones que la globalización impuesta a estos últimos disimula, pasa ahora por momentos que denotan precariedad.

La pobreza extrema, la marginalidad, la falta de oportunidades de educación y de trabajo digno, la emigración desintegradora de la familia con sus secuelas de violencia y drogadicción, todo resulta de un sistema capitalista que ha sido incapaz de dar respuestas mínimas a los acuciantes problemas que ha creado.

La ética individualista que está en la raíz del capitalismo es la madre de todo lo peor de las sociedades humanas de hoy: la corrupción, la apropiación ilegal de las cosas, la especulación, el bandolerismo, la explotación del trabajo ajeno, la privatización de los espacios sociales…

Como ha escrito el genial Eduardo Galeano, “la sociedad de consumo es una trampa cazabobos. No hay naturaleza capaz de alimentar a un shopping center del tamaño del planeta.”

Si el capitalismo pudiera exhibir un mundo de progreso, libertad y justicia sería fácil vender el sistema por todo el planeta y hacer que el Tercer Mundo lo acompañe en esta crisis, pero nada está más lejos de la realidad.

Según datos oficiales de Naciones Unidas, hay en este planeta 6 mil 800 millones de personas, de las cuales mil 20 millones son desnutridos crónicos; 2 mil millones no tienen acceso a medicinas; cerca 900 millones no tienen agua potable; más de 900 millones carecen de vivienda o viven en alojamientos precarios; mil 600 millones no tienen electricidad; 2 mil 500 millones carecen de sistemas de drenajes o cloacas; 770 millones de los adultos son analfabetos; 18 millones mueren al año a causa de la pobreza (la mayoría son niños menores de 5 años); más de 200 millones de niños y jóvenes de entre 5 y 17 años trabajan en condiciones próximas a la esclavitud como soldados, prostitutas, sirvientes o en otras tareas peligrosas o humillantes.

Obviamente, con tal catálogo de linduras, cada día tendrán que ser mayores los gastos y esfuerzos para vender al capitalismo como el sistema que el mundo necesita, mediante el ocultamiento de tantas realidades que cotidianamente laceran a la mayor parte de la población mundial, no solamente en las naciones subdesarrolladas.

Sólo por la fuerza de la propaganda y con la amenaza de las armas, ambas alimentadas con gigantescos recursos financieros y humanos en detrimento de los intereses reales de la humanidad, se mantiene la hegemonía global de Estados Unidos.

Véase cómo, para ejecutar la dominación militar, en medio de la crisis global del capitalismo, Washington ha instalado alrededor del planeta cerca de mil bases militares y libra dos grandes y cruentas guerras para mantener su ocupación de dos países en aras de sus objetivos geopolíticos y los intereses estratégicos de las grandes corporaciones petroleras.

Pero se hará cada vez más difícil hacer entender a los pueblos que es sostenible por más tiempo un sistema que genera tanta injusticia entre los seres humanos y que se muestra inepto en el manejo de las relaciones de éstos con la naturaleza. No se sabe si queda tiempo a la humanidad para reparar, en aras de su supervivencia, el desastre provocado en el medio ambiente por la voracidad que mueve al capitalismo, un sistema que no se puede humanizar, porque su naturaleza intrínseca es inhumana.

Un sistema, comoquiera que se le nombre, que anteponga lo social y la solidaridad a la avaricia y la competencia que impone el capitalismo - porque las necesita para existir- es el único camino de que dispone la humanidad para salvarse a partir de su más preciada aptitud, la inteligencia, aplicada a su elemental instinto de supervivencia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente en desacuerdo.
El mundo es desigual, hay gente que muere de hambre y que tiene una vida llena de miseria. Hasta ahi estoy de acuerdo.
Pero que tiene que ver el capitalismo con todo eso?
En la ultima decada, 200 millones de personas salieron de la pobreza en China.... Desde que China abrio su mercado,porque cuando estaba la revolucion cultural se morian (literalmente morian de hambre).

En Latinoamerica tenemos paises en los que la pobreza baja (Chile, Peru, Brasil) y otros en los que aumenta (Venezuela, Argentina). Las politicas adoptadas en cada pais no son mera coincidencia.

Al centro y adentro dijo...

Jajaja. Que buen chiste. ¿Así que Chile y Perú están mejor que nosotros?
En Argentina, Brasil y Venezuela, con buenas y malas, los gobiernos populares están llevando políticas que terminen con las grandes injusticias que generó el capitalismo de mercado, conocido como neoliberalismo. En Chile y Perú, no, la desigualdad sigue siendo muy grande entre los que más tienen y los desposeidos.

El capitalismo es un sistema injusto y desigual por naturaleza, por algo hay una minoría de países que se hacen llamar del primer mundo y el resto, la mayoría, se lo considera del tercer mundo. Estos están sometidos por la misma lógica del sistema a negociar en inferioridad de condiciones con las potencias capitalistas, saliendo perdiendo en la mayoría de los casos.

rosarigasino dijo...

Este escrito atrasa muchas decadas, se resumiria en que hay países ricos porque hay países pobres a los que explotan..
Claro esta ,todo esto lo podemos decir,gracias a este medio de comunicacion ,producto del malvado capitalismo.

quebrantandoelsilencio dijo...

El capitalismo se basa en la acumulación de riqueza. Teniendo en cuenta que la riqueza disponible en el planeta es finita, parece lógico suponer que el sistema necesita obligatoriamente que la mayor parte del mundo viva viva muy por debajo de su potencial real.
Para el que piense que el libre mercado es la solución sólo tiene que echar un vistazo a aquellos países donde han intervenido el FMI o el BM y vean los resultados de la instauración del capitalismo.

convidada de piedra dijo...

Me gustó el artículo pero no la imagen, te paso esta que a mi criterio lo explica mucho mejor:
http://img.photobucket.com/albums/v445/iftk2/06/021_pics-4.jpg

Al centro y adentro dijo...

Convidada de piedra. Muy buena la foto, la vi.

Rosarigasino. Los medios de comunicación no son producto del capitalismo, la palabra es un medio de comunicación y existe, desde que existe la comunidad.

Saludos

rosarigasino dijo...

Mauro,no hablo de los medios de comunicacion,en mi comentario digo: gracias este medio de comunicacion .Que es internet