Dicen que las segundas partes no son buenas. Dato que una vez más quedó corroborado en la madrugada de hoy con la vuelta de Julio Cesar Cleto Cobos al rol protagónico parlamentario, desempatando la votación en el Senado a favor del proyecto opositor del 82 % móvil del salario de los jubilados. 35 a 35 fue el resultado en la Cámara Alta, y así desempató el Vicepresidente de la Nación. Final feliz, ya que las corporaciones seniles lograron su cometido. ¡Pobrecitos los ancianitos! ese fue el lema de la "opo", y de esta materia, todos juntos (UCR, Coalición Cívica, Proyecto Sur, Socialismo, PJ disidente, Macrismo) derrotaron nuevamente al Gobierno, como durante el debate sobre la Resolución 125 que afectaba a los "pobrecitos" productores sojeros. Los nonos y nonas deben agradecerles ahora a sus héroes de la oposición lo bien que van a vivir, en un país donde todavía existe una gran masa de desocupados y subocupados, donde pagan más quienes menos tienen y poco y nada quienes tienen fortunas. ¿Qué raro que el sector opositor no diga nada sobre la falta de la reforma tributaria y sobre lo escandaloso que es que haya tanto trabajo informal en un país que crece anualmente a tasas chinas? De lo inmoral y que atenta contra los derechos humanos que es el trabajo infantil tampoco los opositores, recientes triunfadores, pronuncian siquiera alguna letra al respecto. Claro, si están atrapados en el pasado, por eso defienden a los pocos viejitos beneficiados con la aprobación del 82 % móvil y no se involucran en mejorar la calidad de vida de todos los argentinos apuntalando sobre los más jóvenes que son el futuro de la patria y han sido echados a la basura por el modelo neoliberal que estos políticos defienden.
Empero, yendo al título de esta nota, hay que poner blanco sobre negro, la discusión por el 82 % móvil no le llega ni a los talones a aquella dramática jornada de hace dos años y meses atrás sobre la movilidad en el monto de los derechos de exportación que comprendía la Resolución 125. En ese entonces, se estaban discutiendo dos modelos de nación, de Estado. Sin demagogias de por medio. Ahí se hablaba de redistribuir las riquezas de forma equitativa entre toda la ciudadanía, afectando al sector de la economía que más ganancias obtiene por su producción, el agroexportador. Y hoy, igual que en aquel momento, quienes sonríen son los defensores del neoliberalismo. Las mismas caras están de festejos, mientras se obvian los grandes temas que conciernen al bienestar de la nación. Los proyectos de ley sobre Servicios Financieros y sobre la participación de los trabajadores en el reparto de las ganancias que obtienen las empresas en las que trabajan, tienen más que ver con la justicia social, con la democracia económica que tanto anhelamos quienes queremos un país en serio, y no uno bananero, peor aún, sojero, que fue el que nos dejó este capitalismo depredador desindustrializado al servicio de la especulación financiera.
Seguramente la Presidenta vete lo recientemente aprobado en el Senado de la Nación, y ojalá que volvamos a discutir sobre problemáticas que afectan a toda la población, no al mínimo sector que quiere privilegiar la oposición, porque cuántos jubilados quedarán afuera de este "beneficio" no lo vamos a saber gracias a la cantidad de trabajo en negro y precariedad laboral que aún tenemos en la Argentina.
Y por ultimo, debemos acotar desde estas líneas que el Gobierno exagera señalando que el veto del 82 % móvil vaya a perjudicar su imagen positiva. Con buenas acciones, priorizando la justicia social con medidas redistributivas, seguirá liderando los destinos de la patria y dejando en ridículo a sus adversarios. A no alarmar. Si Cobos es la figura emblemática de la oposición, entonces estamos más que bien.
Por Mauro Reynaldi
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