Roque Pedace: "Los que defienden a las mineras están en retirada"
Argentina cuenta ahora con el Régimen de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente Periglacial. Y la nueva norma es clara: en esos lugares quedan particularmente prohibidas la exploración y explotación minera e hidrocarburífera. Conversamos con Roque Pedace (53), coordinador de la campaña sobre Cambio Climático del Programa Argentina Sustentable (PAS) e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Con el apoyo de más de 100 organizaciones de todo el país, el PAS cosechó más de 150.000 firmas para reimpulsar la ley de glaciares que el Ejecutivo argentino había vetado en 2008.
Las derrotas no tienen padres
- ¿Qué significa para el país la ley de glaciares?
Pedace.- La ley que se aprobó impide el desarrollo de actividades en la zona de los glaciares y en la contigua, en la alta montaña. Es una defensa muy extensa... Hasta donde sabemos es la más extensa del mundo. Si bien todavía no está reglamentada, en principio debiera proteger toda el área con suelo congelado que regula agua, es decir, cuencas hídricas. Es una superficie enorme que tiene incorporadas algunas de las áreas mineras ya concesionadas más largas de la Argentina.
- ¿De quién es el crédito?
Pedace.- Cuando uno analiza los votos llega a la conclusión de que hubiese sido imposible llegar a un resultado favorable sin la concurrencia de todos los factores: todos tratan de adueñarse de las victorias y las derrotas no tienen padres. El pico de la lucha fue el veto de la ley y tuvo dos componentes: el local, fundamentalmente de las asambleas que han tratado de poner, con éxito variado, algún tipo de reparo a las actividades mineras; por otro lado, una lucha generalizada del movimiento ambientalista que trata de defender a los glaciares de su principal amenaza, que es el cambio climático.
La ley avanza sobre las empresas
- Las cámaras de la industria decían que la Ley 24585, de Protección Ambiental para la Actividad Minera, ya los hacía responsables de cualquier daño. De hecho, contempla la realización de informes de impacto ambiental para cada una de las etapas de sus proyectos, incluyendo posibles modificaciones sobre el suelo, agua y atmósfera, y las consecuencias a nivel sociocultural. ¿Por qué era necesaria una ley que expresamente prohibiera la minería en determinados ambientes?
Pedace.- Porque ya hemos comprobado que las concesiones que se hicieron desde la época de las privatizaciones les dieron carta libre para hacer cualquier cosa sin audiencias públicas. La participación social y de la comunidad científica en esas evaluaciones de impacto fue prácticamente nula. La prueba está en que han permitido concesiones en áreas glaciarias, tal como se ha mostrado recientemente en los medios. Eso lo reivindican las empresas: reconocen que están trabajando en áreas de suelos congelados, que es parte de lo que está siendo defendido por la ley. La ley avanza sobre derechos adquiridos de las empresas. No había otra forma de hacerlo que con una ley que les negara lo que otras leyes ya les habían concedido.
- Los mismos senadores que aprobaron por unanimidad el proyecto que luego vetó la Presidenta, y que respaldaban las organizaciones civiles y ambientalistas, dieron la media sanción a un proyecto más amigable con la actividad extractiva. Finalmente, y con una ajustada votación, convirtieron en ley una versión que rechazaban las empresas. ¿Les ganó a los senadores el temor a ser considerados serviles a los intereses mineros?
Pedace.- No se puede explicar un resultado tan ajustado si no es por una confluencia de factores. ¿Qué fue lo que los convenció? ¿Fue la lucha popular? ¿Fueron los argumentos de los investigadores? ¿El temor a que el Gobierno quedara con una política climática suicida? Creo que todo eso, y cosas que probablemente no conozcamos, fue lo que motivó el voto particular de cada uno. La gran lección de esto es que si queremos algún tipo de cambio en la legislación hay que atacar con todos los argumentos. Las organizaciones sociales tienen que deponer sus diferencias, su afán de protagonismo, y entender qué es lo que está en juego.
Puede haber bastante tela para cortar
- ¿Por qué razón se excluyeron los organismos provinciales en la realización del inventario y monitoreo del estado de los glaciares?
Pedace.- Esa es una interpretación errónea, no están excluidos. Se le da la responsabilidad máxima al IANIGLA (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales) porque es indudablemente el único ente que depende del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), es decir, de la Nación. El IANIGLA va a contar con todos porque simplemente no tiene capacidad para hacerlo de otro modo.
- Entonces, ¿sí tendrían participación las instituciones provinciales?
Pedace.- Sí. Lo que no van a tener es la posibilidad de vetar. Van a tener que participar en base a la reglamentación. La reglamentación aún no se hizo y es una lucha todavía para dar. Ahí puede haber bastante tela para cortar porque se puede reglamentar en un sentido tal que la haga similar a lo que se pedía en la ley del Senado: que solamente tenga en cuenta los glaciares de roca y no a todo el suelo congelado que regula agua.
Piensan que esto es una cuestión circunstancial
- La nueva ley considera a los glaciares reservas estratégicas de recursos hídricos para uso agrícola. El proyecto que contaba con media sanción del Senado también contemplaba las actividades industriales. Nos invaden la memoria numerosos testimonios que no están de acuerdo con que en la Argentina exista un uso ambientalmente sostenible del agua en la agricultura...
Pedace.- Cualquiera de los usos, el malo y el bueno, requiere del agua. La ley lo único que hace es defender el agua. Dice que son necesarios los glaciares para poder tener agua y que esa agua se pueda utilizar para distintas cosas: para consumo directo urbano, usos industriales, para la agricultura. Creo que en ningún lado se está diciendo que avala los usos que nosotros resistimos.
- ¿Qué medidas cree que pueden tomar ahora las compañías mineras y las provincias que defendieron en el recinto de la Cámara alta el proyecto que perdió la votación?
Pedace.- Creo que van a intentarlo todo: empezando por cuestiones jurídicas, con presiones políticas al Gobierno; van a tratar de que no se reglamente, de que la Corte Suprema tenga una posición favorable a ellas; van a tratar de seguir adelante y de que sean las propias provincias quienes estén obligadas a pararlos. Van a ir por todo porque piensan que esto es una cuestión circunstancial. En el largo plazo, van a tratar de que la legislación sea revertida. Y por supuesto van a tratar de que esto no se extienda al resto de los países. Ahí hay un gran desafío: tenemos que conseguir una posición común de los países andinos en defensa de los glaciares.
Nuestro propio sectarismo es una herramienta que tienen nuestros enemigos
- Y con esta ley, ¿se ven afectados en algo los intereses de Yamana Gold en Andalgalá (Catamarca), Barrick Gold en Famatina (La Rioja) y Vale en Malargüe (Mendoza)? Esos son puntos calientes de la oposición a la megaminería.
Pedace.- Sí. En algunos casos de manera directa, en otros no porque la mina está lejos. Creo que lo que está ocurriendo ahora es un cambio de ánimo: las mineras han sido derrotadas y los que defienden a las mineras están, por lo menos en este momento, en retirada. Por lo tanto, se va a ver fortalecido el movimiento popular contra esas mineras.
- ¿Pueden respirar más tranquilos en esos lugares?
Pedace.- No, sin ninguna duda que no. La única cosa que lo va a conseguir es que haya una política explícita de parte de todos los poderes entendiendo que la defensa de los glaciares va más allá de la circunstancia económica y particular de la explotación minera. Lo que está en juego es una política de largo plazo de defensa de los glaciares e inclusive de cosas que no tienen que ver específicamente con los glaciares pero sí con la política climática. Si Argentina toma una posición dura en cuanto a los glaciares, inevitablemente va a tener una posición muy dura en las negociaciones internacionales para evitar que desaparezcan. Y eso va muchísimo más lejos que la cuestión minera.
- Esto recién comienza...
Pedace.- En varios sentidos. Uno, en cuanto a las relaciones que tenemos las organizaciones con el Estado y la política. Ha sido una enseñanza acerca de qué cosas podemos conseguir del Estado, de que no todo está perdido, de que hay algunas reformas que van en el sentido correcto y otras que no, y que hay que aprovecharlas. Y también una enseñanza en nuestro propio seno, en las relaciones entre distintos movimientos, para mostrar que nuestro propio sectarismo es una de las herramientas que tienen nuestros enemigos.
Por Raquel Schrott - Ezequiel Miodownik (BIODIVERSIDADLA) para Argenpress.info
Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik estudian el desarrollo de conflictos por los bienes naturales en Argentina y el potencial de Internet para la distribución de información dedicada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario