Ni el Bicentenario, ni el cross a la mandíbula de Camaño, la noticia política del año fue la muerte de Kirchner. El ex presidente volvió y ahora es millones. Para celebrarlo, presentamos el decálogo nestorista según la pluma de Pablo Marchetti y el lápiz de Diego Parés.
Este es el aguante
Hay un Néstor estón, un Néstor punk, un Néstor reggae, un Néstor heavy metal. Un Néstor chabón, un Néstor new wave y un Néstor nacanpop, de mocasines reglamentarios. Un Néstor con dreadlocks, un Néstor con un piercing en la lengua, un Néstor con campera de cuero y tachas, un Néstor psicodélico con remera de batik y pantalones floreados. Lo único que no hay es un Néstor careta, como no hay ningún Kurt Cobain careta, ni un Jimi Hendrix careta, ni un Jim Morrison careta, ni un Luca Prodan careta.
Only rock and roll
La última caretez de Néstor se quedó en El Calafate, en el cuarto del hotel donde, dicen, se cayó haciendo mosh y se partió la frente y ya. Después, todo fue leyenda y hasta no faltaron los caretas que dudaron de su presencia en el cajón. Como el ahogo en su propio vómito, como el cambio total de sangre, como pisar pollitos sobre un escenario Néstor también supo construir su propia leyenda rockera.
Vamo' los pibes
Con Néstor los pibes volvieron a la militancia. Los mismos pibes que hasta hace un año se escabiaban en las calles y amenazaban con convertir a la Argentina en una petepotencia regional, de un día para el otro abandonaron la toma de alcohol y comenzaron la toma de escuelas. Y de ahí, sin escalas, al velorio de Néstor. En la Argentina de Perón, los únicos privilegiados eran los niños. En la Argentina de Néstor, los únicos que no quieren que haya privilegiados son los pibes militantes.
Crispación o dependencia
Néstor no se murió, Néstor no se murió, que se muera. no, no hace falta seguir la cancioncita. Ahora, que Cerati agoniza y hasta al ricotero más fundamentalista pide la pronta recuperación del otrora enemigo pop, las antinomias rockeras parecen haber quedado a un lado. Claro que ahí están otros enemigos, los caretas de siempre, como moneda de cambio para bajar del cielo a Néstor Kirchner, compañero. Porque los pibes militantes saben que, desde el cielo, Néstor sigue crispando. Nada como el espíritu de Néstor para luchar a favor de aquello que Ricky Espinosa definiera tan bien como "caretofobia".
Estadística estadista
Qué jugador, Néstor Kirchner. Si el tipo hubiera planeado su muerte se trataría, sin dudas, de una movida política magistral. Néstor se llevó puesta a la oposición, a los prejuicios que existían sobre él, al doble comando, a la crispación, a la falta de calidad institucional. Murió el político rosquero y nació el político rockero. Murió el transa, nació estadista. En la oposición no lo pueden creer.
Viuda o muerte
¿Quién debería matarse en la oposición para poder hacerle frente a Cristina Fernández en las elecciones presidenciales de 2011? ¿Qué otra viuda puede frenar lo que parece ser una inexorable reelección? Si se mata Duhalde, ¿llegará la hora de Chiche? Si se mata Macri, ¿llegará la hora de Juliana Awada? Si se mata Bergoglio, ¿llegará la hora de Elisa Carrió? Si se mata el diputado Olmedo, el de la campera amarilla, ¿llegará la hora de Rocío Marengo?
Hasta las manos
Si el oficialismo busca despejar cualquier duda sobre su triunfo en primera vuelta debería dar el golpe final. Y para ello es necesario peronizar definitivamente a Néstor. El robo de las manos podría ser una buena opción. Si pudieron con Perón en Chacarita, seguramente entrar al cementerio de Santa Cruz será un juego de niños. Además, de ese modo se terminaría de confirmar que los disparates que dijo Mirtha Legrand sobre la ausencia del cuerpo en el velorio son sólo eso, disparates.
Pesada herencia
Claro que la imagen de Néstor y, sobre todo, de Cristina podría venirse a pique si, en lugar de un robo de las manos a Kirchner le apareciera una hija parecida a Marta Holgado. Esto no sólo sería un golpe muy duro para Máximo y Flor, que verían como una señora gorda y con rodete viene a pelearles la herencia, sino para las aspiraciones reeleccionistas de la Presidenta. Por el momento no hay nada, pero.
Popstar
Se hizo famoso el tenor que cantó junto al jonca, se hizo famoso el mozo al que Néstor le consiguió laburo, se hizo famoso el hijo del pibe que escribió el poema "Quisiera que me recuerden", se hizo famosa la madre que fue con su hija y lloraba desde detrás de las vallas mientras su hija gritaba "fuerza, Presidenta", se hizo famoso el ruralista K que le dijo al oído a la Presidenta "el campo está con usted". Como si se tratara de un "Velando por un sueño", el adiós a Néstor Kirchner fue pródigo en la redistribución de esos 15 minutos de fama que Andy Warhol exigía para todo el mundo. Hasta en esos detalles Néstor pasará a la historia no sólo como un rockstar peronista, sino también como un peronista pop.
Viva Putón
Sí, muchos se hicieron famosos. Pero nadie tanto como los Putos Peronistas. Putos, travas, de todo. Si hasta Néstor fue la gran figura en la Marcha del Orgullo Gay, unos días después. Una lástima que no haya vivido al menos un año más. Porque seguramente en ese tiempo el kirchnerismo aprobaba la despenalización de la marihuana. Un año más y al adiós a Néstor se sumaban también los Faloperos Peronistas y los Fumones Peronistas.
Este es el aguante
Hay un Néstor estón, un Néstor punk, un Néstor reggae, un Néstor heavy metal. Un Néstor chabón, un Néstor new wave y un Néstor nacanpop, de mocasines reglamentarios. Un Néstor con dreadlocks, un Néstor con un piercing en la lengua, un Néstor con campera de cuero y tachas, un Néstor psicodélico con remera de batik y pantalones floreados. Lo único que no hay es un Néstor careta, como no hay ningún Kurt Cobain careta, ni un Jimi Hendrix careta, ni un Jim Morrison careta, ni un Luca Prodan careta.
Only rock and roll
La última caretez de Néstor se quedó en El Calafate, en el cuarto del hotel donde, dicen, se cayó haciendo mosh y se partió la frente y ya. Después, todo fue leyenda y hasta no faltaron los caretas que dudaron de su presencia en el cajón. Como el ahogo en su propio vómito, como el cambio total de sangre, como pisar pollitos sobre un escenario Néstor también supo construir su propia leyenda rockera.
Vamo' los pibes
Con Néstor los pibes volvieron a la militancia. Los mismos pibes que hasta hace un año se escabiaban en las calles y amenazaban con convertir a la Argentina en una petepotencia regional, de un día para el otro abandonaron la toma de alcohol y comenzaron la toma de escuelas. Y de ahí, sin escalas, al velorio de Néstor. En la Argentina de Perón, los únicos privilegiados eran los niños. En la Argentina de Néstor, los únicos que no quieren que haya privilegiados son los pibes militantes.
Crispación o dependencia
Néstor no se murió, Néstor no se murió, que se muera. no, no hace falta seguir la cancioncita. Ahora, que Cerati agoniza y hasta al ricotero más fundamentalista pide la pronta recuperación del otrora enemigo pop, las antinomias rockeras parecen haber quedado a un lado. Claro que ahí están otros enemigos, los caretas de siempre, como moneda de cambio para bajar del cielo a Néstor Kirchner, compañero. Porque los pibes militantes saben que, desde el cielo, Néstor sigue crispando. Nada como el espíritu de Néstor para luchar a favor de aquello que Ricky Espinosa definiera tan bien como "caretofobia".
Estadística estadista
Qué jugador, Néstor Kirchner. Si el tipo hubiera planeado su muerte se trataría, sin dudas, de una movida política magistral. Néstor se llevó puesta a la oposición, a los prejuicios que existían sobre él, al doble comando, a la crispación, a la falta de calidad institucional. Murió el político rosquero y nació el político rockero. Murió el transa, nació estadista. En la oposición no lo pueden creer.
Viuda o muerte
¿Quién debería matarse en la oposición para poder hacerle frente a Cristina Fernández en las elecciones presidenciales de 2011? ¿Qué otra viuda puede frenar lo que parece ser una inexorable reelección? Si se mata Duhalde, ¿llegará la hora de Chiche? Si se mata Macri, ¿llegará la hora de Juliana Awada? Si se mata Bergoglio, ¿llegará la hora de Elisa Carrió? Si se mata el diputado Olmedo, el de la campera amarilla, ¿llegará la hora de Rocío Marengo?
Hasta las manos
Si el oficialismo busca despejar cualquier duda sobre su triunfo en primera vuelta debería dar el golpe final. Y para ello es necesario peronizar definitivamente a Néstor. El robo de las manos podría ser una buena opción. Si pudieron con Perón en Chacarita, seguramente entrar al cementerio de Santa Cruz será un juego de niños. Además, de ese modo se terminaría de confirmar que los disparates que dijo Mirtha Legrand sobre la ausencia del cuerpo en el velorio son sólo eso, disparates.
Pesada herencia
Claro que la imagen de Néstor y, sobre todo, de Cristina podría venirse a pique si, en lugar de un robo de las manos a Kirchner le apareciera una hija parecida a Marta Holgado. Esto no sólo sería un golpe muy duro para Máximo y Flor, que verían como una señora gorda y con rodete viene a pelearles la herencia, sino para las aspiraciones reeleccionistas de la Presidenta. Por el momento no hay nada, pero.
Popstar
Se hizo famoso el tenor que cantó junto al jonca, se hizo famoso el mozo al que Néstor le consiguió laburo, se hizo famoso el hijo del pibe que escribió el poema "Quisiera que me recuerden", se hizo famosa la madre que fue con su hija y lloraba desde detrás de las vallas mientras su hija gritaba "fuerza, Presidenta", se hizo famoso el ruralista K que le dijo al oído a la Presidenta "el campo está con usted". Como si se tratara de un "Velando por un sueño", el adiós a Néstor Kirchner fue pródigo en la redistribución de esos 15 minutos de fama que Andy Warhol exigía para todo el mundo. Hasta en esos detalles Néstor pasará a la historia no sólo como un rockstar peronista, sino también como un peronista pop.
Viva Putón
Sí, muchos se hicieron famosos. Pero nadie tanto como los Putos Peronistas. Putos, travas, de todo. Si hasta Néstor fue la gran figura en la Marcha del Orgullo Gay, unos días después. Una lástima que no haya vivido al menos un año más. Porque seguramente en ese tiempo el kirchnerismo aprobaba la despenalización de la marihuana. Un año más y al adiós a Néstor se sumaban también los Faloperos Peronistas y los Fumones Peronistas.
Por Pablo Marchetti
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