sábado, 19 de febrero de 2011

Audiencia Juicio Oral a Díaz Bessone, Lofiego, Vergara. Marcote, Scortecchini y Chomicki: resumen 14/02

Cuatro testigos brindaron sus relatos en el día de la fecha (14/02/11).

El primero de ellos fue Carlos Pérez Rizzo, quien fue secuestrado junto a Cristina Costanzo en el mes de octubre de 1976 y permaneció detenido hasta abril de 1984. Inició su testimonio diciendo: “Y voy a hablar de los que no están y nos tienen a nosotros para contar su historia.” Y así fue, sus largos años cautivos y las idas y vueltas desde las cárceles al SI hicieron que Pérez Rizzo presencie muchas cosas que hoy pudo relatar. Su testimonio vuelve a acreditar que Daniel Barjacoba, Sergio “El Turquito” Jalil, María Cristina Márquez, Analía Murgiendo, José Oyarzabal, Cristina Costanzo y Eduardo Laus fueron todos víctimas de la patota que operó en el SI, entre los que se encuentran los imputados en la causa.
Dijo: “La noche del 16 de octubre del 76 nos ponen a todos los varones boca abajo, nos atan, nos esposan con las manos a la espalda, refuerzan los vendajes y nos van retirando del SI. A mi y a Gustavo Piccolo nos dejan, se llevan al resto. Cuando lo sacan el Turco Jalil da nuestro grito de pelea, de lucha. ¡Vivan los montoneros! Y fueron sus ultimas palabras, al menos las que yo escuché. Todos ellos, los siete, estaban relacionados entre si de alguna u otra manera. A la madrugada del 17 cuando regresan los de la patota escucho lo de Los Surgentes salió perfecto.” Luego, estando en Devoto, leyó en el diario que habían sido hallados siete cuerpos a la vera de un camino en la localidad cordobesa de Los Surgentes.
La mora inexplicable de la justicia hizo que por distintas cuestiones procesales un hecho que es único e indivisible, como los asesinatos de los compañeros cuyos cuerpos fueron abandonados en la localidad de Los Surgentes, se eleve a juicio desmembrado. Sim embargo, los testimonios no dejan lugar a dudas. El grupo de tareas del SI es responsable de las privaciones, los salvajes tormentos y los homicidios de estos siete compañeros.
Menciona también a Marisol Pérez. “Era una hermosa rubia de ojos celestes. Me dice cuando me salte la ficha a mi me matan. Vengo escapando del norte, mi compañero le cortaron las manos y lo dejaron desangrar.” Hoy está desaparecida.
Por lo demás, el caso de Daniel Gorosito, también excluído del juicio oral, sigue siendo uno de los más presentes en la audiencia. Recordando a Gorosito dijo: “Daniel sabia que lo iban a matar, lo habían traido de Coronda para eso y sin embargo seguia adelante y no se quebraba. Es admirable, no se que palabras ponerle, es una cosa demasiado trágica y demasiado vital, esa situación de la muerte y la vida... y él estaba con la vida.”
También declaró Eduardo Azum, quien acreditó el cautiverio del Chino Hyon y contó su secuestro y cautiverio en una casa aún no identificada, lo que demuestra la vastedad del circuito represivo.
Luego, dio su testimonio la Secretaria General de la COAD, la Ingeniera Laura Ferrer Varela. Narró su cautiverio durante la dictadura militar desde agosto del 77 hasta dic del 79 y que, al momento de ser ingresar al Servicio de Informaciones, la patota le pide a su padre un pañuelo limpio para vendarla y se la llevan.
Completó una descripción muy detallada del funcionamiento del Servicio de Informaciones, que finalizó con un croquis a pedido del fiscal Dr. Gonzalo Stara.
Al relatar las condiciones de detención, hizo hincapié en la terrible situación en que se encontraban los menores de edad:
“Patricita (la hija de Cristina Bernal), de tres años, se planteaba como que también estaba detenida, cuando la vienen a buscar ella les dio un beso a las compañeras y les dijo “me voy en libertad”.
También señaló que: “En una oportunidad hacen subir a un par de compañeros y les muestran a otros (que los habían hecho bañar y ponerse ropa limpia) y les dicen algo como que “esos se iban a encontrar con unas balas de frente“. Entre ellos estaba el Cali Valle, al que conocía de las luchas estudiantiles contra el tríptico. Otros reconocen a Luis Esteban y a Juana Castellini. Durante la madrugada baja el Sargento Vergara y les dice que ya han cumplido con su deber. Nunca mas los vieron, ni pudieron hallar algún supuesto enfrentamiento.”
También dio un exhaustivo detalle de los nombres, apodos y características de los demás represores, entre ellos del “Cura” Marcote, a quien también llamaban “el sátiro de la bufanda blanca” porque violó a muchas compañeras.
Luego fue el turno de Rafael Augusto Stancanelli, hermano de Alejandro Víctor Stancanelli, asesinado a los 21 años de edad en calle San Luis y Alvear de esta ciudad. Narró cómo se enteró de la noticia a través de un noticiero que dio cuenta de la muerte en un “enfrentamiento” de su hermano.
Mencionó que entre los compañeros de su hermano estaba Carlos Brunato, al que le decían TU SAM. La novia de su hermano le contó que lo estaba esperando a Alejandro en San Luis y Oroño, cuando ve al “gordo TU SAM” quien le grita desde un auto y la secuestra, le preguntaba con violencia dónde estaba el Pato (sus compañeros de rugby le decían así a Alejandro).
“Lo asesinaron por la espalda. No lo tengo resuelto, auspicio que ustedes lo resuelvan de la mejor manera. No necesito protección pero les digo sinceramente, soy docente, trabajo en la universidad, pero la gente que tengo atrás no tendría que estar libre.”
Sobre lo que pudo relatarle su padre antes de fallecer dijo: “Mi padre quería esclarecer y fue varias veces a la jefatura, este Sr. Guzman Alfaro le dice “déjese de joder Stancanelli porque le va a pasar esto” y le mostró cadáveres colgando de los pies. No tengo palabras para lo aberrante de los sucesos que pasaron en esa época, no hay que teorizar, el mal es el mal y estuvo personificado en estas personas.”
Sobre el final, interpeló a Ricardo Chomicki: “CADY, MI MIRADA ES PARA QUE DIGAS QUIEN MATO A MI HERMANO”, y finalizó su emotivo testimonio diciendo: “Lo más terrible se aprende enseguida y lo más hermoso nos cuesta la vida.”
Cabe destacar que en el día de la fecha el Tribunal dio a conocer la resolución en virtud de la cual mantiene el estado de libertad de los imputados en la causa, entendiendo que los mismos han cumplido con las obligaciones impuestas en su acto de soltura.


Comisión de Derechos Humanos
Carta Abierta Rosario
Provincia de Santa Fe

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