Intendenta:
Cuenta la leyenda que el Rey volvió triunfante de la batalla. Y que ante su obsecuente séquito que desbordaba de elogios, preocupado les dijo: “Otra victoria como esta, y volveré solo a casa”.
No sabemos si conoce a ese rey, ni si será usted tan sabia. Pero le recomendamos su lectura y fundamentalmente, cuál fue su destino. Y más fundamental todavía, el destino de los que, ese día, “perdieron”.
Debemos comunicarle, con mucho respeto como siempre, que acaba usted de cometer el peor error. Acaba usted de declararnos la guerra. De deshonrar nuestra palabra tendida de diálogo. Acaba usted de empeorarlo todo una vez más.
Hace sólo 10 días, mientras comprometía usted su “palabra de mujer” en la pomposa asunción, le ofrecíamos la posibilidad y la necesidad de un diálogo sincero para “sentarnos en una mesa a debatir y a encontrar alternativas y, si se puede, soluciones al conflicto más largo, más genuino y más esperanzador que recuerde la ciudad de Rosario en los últimos tiempos”. Y le dimos ni más ni menos que 100 días para que convoque a ese encuentro. Jamás la apuramos. Y eso que las expectativas eran muchas. Y muchas más las que esa carta nuestra generó en otros. Esos otros que siguen atentos todo este tema. No sabe cuántas palabras afectuosas recibimos después de esa carta. Muchos esperaban, además de nosotros evidentemente, cuál sería su reacción.
Expectativa, mucha.
Su respuesta: aprobar de manera ilegítima, en la última sesión del concejo, los proyectos privatistas para Nuevo Alberdi. Sin consultar con nadie. Y a espaldas de todos.
Lo lamentamos. Fue su decisión.
No le ha importado a usted nada. Ni los años de injusticia. Ni el profundo debate público construido. Ni la ética de este movimiento. Ni el nombre de su partido. Ni siquiera le ha importado a usted la oportunidad que le brindamos a la palabra. Usted y Ustedes. Que de diálogo siempre dicen hablar. Ustedes.
Pero bueno, tenemos dos noticias para darle:
1. No reconocemos ninguna ordenanza que no sea producto del consenso y el debate público y democrático. Por ende, todo sigue igual en territorio. Seguiremos resistiendo y construyendo.
2. No vamos a hacer nada por parar, detener o evitar esta injusticia. No vamos a hacer lo que ustedes quieren que hagamos.
Ya hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, y tal vez mucho más, para tratar de encontrar caminos distintos a los impuestos y que por lo menos una vez, las reglas no sean de sangre y fuego. Que el Estado deje lugar para la política. Para eso tan lindo y que nos gusta tanto a nosotros acá. Pero usted decidió otra cosa. Decidió continuar y profundizar la política neoliberal del intendente que se fue. Decidió contemplar en sus planes a los mismos de siempre. A los que tienen las cartas marcadas. Y así, cualquiera gana.
Pero quizá no leyó bien, o no le leyeron bien, toda nuestra carta. Porque además de decir que “somos (nos guste o no) la pesada herencia que le han dejado”, decíamos que no estábamos dispuestos a seguir perdiendo. Es decir, que no nos interesan las cartas marcadas de los mismos de siempre, porque nosotros construimos nuestras propias cartas.
Para ser más claros: no le estábamos suplicando (en la carta anterior) nosotros a usted que nos ayude. Le estábamos ofreciendo, nosotros, ayuda a usted. Una oportunidad para que muestre que es distinta, para que empiece bien su flamante gestión. Porque ya se lo dijimos, el territorio ya tomó una decisión y se ha organizado para construirla. No depende este territorio de Nuevo Alberdi, de una ordenanza suya, ni de las cartas marcadas de los dueños de las fábricas de cartas.
¿Se acuerda usted algo de lo que pensaba cuando empezó a militar?, si es que alguna vez lo hizo (perdone, pero no conocemos su historia personal) ¿No pensaba usted que la política lo podía todo? ¿No pensaba que la política era justamente el arma para desmarcarle las cartas a los mismos de siempre? ¿No pensaba usted que eso era posible? ¿No piensa ahora que con estas “victorias” la única perjudicada, deslegitimada, es usted? ¿No le pasó lo mismo con otras iniciativas en el último tiempo? ¿Es así como decide empezar estos 4 largos años?
¿Qué habrá pasado con el tiempo además de tiempo…?
Fue entonces usted a la batalla, por más que estaba nuestra invitación a debatir en la mesa, para cumplir los compromisos con los monopolios. A aprobar, por más que quede un poco desprolijo, su ordenanza privatista para las últimas tierras vacantes de la ciudad. Fue a negarle a su ciudad, que sea ella quien defina qué hacer con esa última oportunidad para todos. Fue, por más que la mitad de los concejales recién llegaban al concejo y ni tiempo de leer expedientes tuvieron. Fue con sus alfiles a cumplir a raja tabla con la receta neoliberal del convenio público - privado.
Dice la leyenda de antes que el Rey (Pirro se llamaba) fue a invadir una ciudad de poca importancia con un ejército de 20.000 infantes, 3000 jinetes, 2000 arqueros, 500 honderos y 20 ó 50 elefantes. Si bien el concejal Sciutto se parece cada vez más a un elefante, por lo torpe, su ejército era más bien módico. Llevaba consigo la impunidad del poder y la bondad del dinero y así tuvieron sus dictámenes de comisión. Y se aprestan hoy a aprobar en el recinto el inconsulto proyecto.
Nosotros hicimos ya todo lo que debíamos hacer. Ya mostramos todas nuestras cartas. Todos los argumentos. Ustedes en cambio, no mostraron nada. Por eso no vamos a reconocer esa ordenanza. La diferencia entre los modos de hacer política están claros y la ciudad los conoce. Nuestra ordenanza, la del Ya Basta! que prohibió por primera vez en el mundo a los barrios privados, no sólo fue aprobada con 18 votos a favor y 2 en contra, sino con 2 audiencias públicas, más de 4 foros de debate con políticos, técnicos, intelectuales, académicos, organizaciones sociales, universidades, periodistas, artistas, etc, etc. Fue un debate público permanente durante dos meses. Su ordenanza, nada. A espaldas, en los pasillos, silenciosamente. Y no seremos nosotros quienes legitimen semejante impunidad.
¿Y por qué decimos que “no vamos a hacer nada para detenerla”? Porque no le vamos a dar el gusto a ustedes de ponernos en el lugar que quieren que estemos. “Incidentes en el concejo por Nuevo Alberdi”, “militantes de Giros produjeron graves hechos de violencia esta tarde en el concejo deliberante por no estar de acuerdo con la ordenanza que estaba por sancionarse con respecto al polémico barrio”. Con ese título sueñan ustedes, los que ya no sueñan. Esa bajada de portada les altera el sueño.
“Violencia”, “Giros", "incidentes”. Nunca pudieron y se mueren por ver esas palabras juntas en letra de molde. Todavía, hoy, después de 6 años, no entienden cómo a nosotros, a “estos zurditos” les dan aire. Cómo hay tantas noticias, cómo se les da credibilidad. Ustedes, que piensan que la política pasa por ahí. No entienden sus pequeñas cabecitas, como es posible esta historia. Y esperan ansiosos, con grandes jaquecas algunos, el día en que cometamos un error. Esperan como ninguno ese día. Y allí nos quieren llevar. Para que esa herencia, esa piedrita, quizá pequeña en su zapato, desparezca mágicamente. Que vuelvan a gobernar en soledad como estos 22 largos años.
Lamentamos decirles, dimitimos al convite.
Estará vacía esa plaza en ese cotidiano día. Habrá el silencio que hay en las instituciones públicas los días esos (como los otros días) donde no pasa nada. No vamos a impedir la sesión. No vamos a evitar que entren los concejales. No vamos a quemar las puertas.
Porque esto ya es mucho más grande de lo que ustedes creen. Hay ya, hoy, otras expectativas y esperanzas puestas en este movimiento y en este territorio.
Sabrá usted, entonces, el tamaño del error que comete.
Tenga la seguridad que nosotros seguiremos. Porque los que combatían ese día a los elefantes del poderoso ejército nunca habían visto antes semejantes alimañas. Pero de a poco fueron sabiendo cómo combatirlas. Y esa victoria “Pirrica”, como se le llamaría después, sería la base para el crecimiento incesante del ejercito “vencido”. Esa ciudad que de poca importancia parecía para el rey Pirro, sería grande después, cuando ya era demasiado tarde.
Esa ciudad se llamaba Roma.
Y vaya coincidencia del destino histórico, y perdone aquí la intimidad de la anécdota, pero en una charla de pasillo del concejo, donde un importante empresario inmobiliario, esos que dijimos mil veces entienden mejor que nadie lo estratégico de la guerra que se libra por las tierras urbanas, pretendía hacer de mediador con el monopolio y que nos conformáramos con lo que ese monopolio nos ofrecía; nos pedía que dividamos el territorio en dos y cada uno con su parte contentos. Sí, eso nos ofrecía, como lo hacen los grandes jefes militares. En medio de la argumentación, y observando nuestra cara de pocos amigos con respecto a su propuesta, nos dijo gritando “¡Pero ustedes tienen Roma! ¡Se quedan con Roma!” Vaya coincidencia ¿no? Desde los libros de historia medieval a los pasillos del concejo municipal de Rosario. Un empresario, de acá, de esos que ustedes conocen bastante. Ese nos ofrecía Roma, a cambio de silencio.
Sin embargo, como a negociar no hemos aprendido, nuestras ansias imperiales no son tales y en la política confiamos, creemos más bien que, como dice la película: “Roma es un sueño ideal”.
Ciudad Futura se llama la utopía que construimos allí donde otros tienen otros planes. Allí estaremos, resistiendo, haciendo crecer un nuevo modelo. Endureciéndonos pero sin perder la ternura jamás. Y si para eso no respetamos alguna ordenanza, después de las muchas que violan ellos, allá pues.
Dice un gran hacedor de ciudades como Jordi Borja (quien a ustedes representaba cuando ustedes representaban algo) que “uno de los nuevos derechos de los ciudadanos es el Derecho a la ilegalidad” y plantea que “paradójicamente tanto los colectivos sociales como, a veces, las instituciones locales deberían asumir el coste de promover iniciativas ilegales o alegales para convertir una demanda no reconocida en un derecho legal”. Si ese es el rol histórico que nos toca en suerte, estamos dispuestos a asumir los costos.
Será usted responsable de todo lo que allí suceda, pues con su decisión le ha dado rienda suelta y legalidad a la violencia del monopolio en territorio. El que avisa, no es traidor. No podrá decir lo mismo usted, que nunca dijo nada y dejó que otros hagan por usted.
Desde el territorio insurgente, escenario de su pírrica victoria
Movimiento Giros
Por la Ciudad Futura, por nuestra utopía
Hacia el Socialismo del SXXI
pd: por si no tiene tiempo de investigar,
Según Wikipedia:
La expresión “victoria pírrica” se ha convertido con el paso del tiempo en sinónimo de éxito logrado a un coste muy alto, y que no siempre merece la pena conseguir.
Según la Real Academia española: adj. Dicho de un triunfo o de una victoria: Obtenidos con más daño del vencedor que del vencido.
“Pero Pirro, después de la victoria, contempló preocupado en el campo de batalla que los romanos sólo tenían heridas en la parte delantera. No habían huido a pesar de enfrentarse a tales mastodontes”.
http://www.girosrosario.org/ I http://www.laciudadfutura.com.ar/ I http://www.ciudadfragmentada.com.ar/
1 comentario:
Pues bien Utopía viene del nombre de a ciudad mítica descrita por Tomas Moro U-Topos, que significa simplemente Ningún Lugar
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