La República Fascista

Habló el golpista genocida Jorge Rafael Videla, y gracias a su palabras, terminamos de confirmar el plan sistemático por el cual se llevó a cabo el golpe de Estado cívico-militar del 24 de marzo de 1976.

Este referente del Proceso de Destrucción Nacional reconoció la alianza, connivencia entre las Fuerzas Armadas, la jerarquía católica y el Poder Económico. De esta manera, da cuenta y justifica el pacto clasista que instauró un nuevo orden conservador, elitista y fascista a mediados de la década de 1970 y que continuó el gobierno de Carlos Saúl Menem en los años noventa, pero sin ya el terror, y en democracia.

El menemismo fue la prolongación y profundización del saqueo de nuestro país a manos de corporaciones privadas nacionales y trasnacionales. Por esta razón, no sorprende que el asesino Videla reivindique al ex presidente y actual senador nacional por la provincia de Rioja.

A continuación reproducimos sus dichos en relación a la coalición cívico-militar:

- La Iglesia Católica. “La Iglesia cumplió con su deber, fue prudente, de tal suerte que dijo lo que le correspondía decir sin que nos creara a nosotros problemas inesperados. En más de una oportunidad se hicieron públicos documentos episcopales en donde, a juicio de la Iglesia, se condenaban algunos excesos que se podían estar cometiendo en la guerra contra la subversión, advirtiendo que se corrigieran y se pusiera fin a esos supuestos hechos. Se puso en evidencia que se debía concluir con esos excesos y punto, pero sin romper relaciones y sin exhibir un carácter violento, sino todo lo contrario. No rompió relaciones, sino que nos emplazó a concluir con esos hechos. Expresó lo que consideraba que no se estaba haciendo bien, porque podía corresponder a su terreno, pero no fue a más. Mi relación con la Iglesia fue excelente, mantuvimos una relación muy cordial, sincera y abierta. Incluso teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esta relación de colaboración y amistad. El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Primatesta, a quien yo había conocido tiempo atrás en Córdoba, tenía fama de progresista, o sea proclive a la izquierda de entonces, pero cuando ocupó su cargo y yo era presidente del país teníamos una relación impecable. Y debo reconocer que llegamos a ser amigos y en el problema del conflicto, de la guerra, también tuvimos grandes coincidencias. La Iglesia argentina en general, y por suerte, no se dejó llevar por esa tendencia izquierdista y tercermundista, politizada claramente a favor de un bando, de otras iglesias del continente, que sí cayeron en ese juego. No faltó que algún miembro de esa Iglesia argentina entrara en ese juego, pero era una minoría no representativa con respecto al resto.”

-Empresarios. “Los empresarios también colaboraron y cooperaron con nosotros. Incluso nuestro ministro de Economía de entonces, Alfredo Martínez de Hoz, era un hombre conocido de la comunidad de empresarios de Argentina y había un buen entendimiento y contacto. Hubo algún roce, claro, como suele suceder, porque cada uno defiende sus intereses siempre. Pero, en general, fue una buena relación.”

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-187706-2012-02-16.html