Aguas turbias

Nuestro deseo de navegar por aguas cristalinas en la República Argentina se asemeja cada vez más, parafraseando a Simón Bolívar, a arar en el mar. Aquí como en otros países de Sudamérica se vienen gestando movimientos desestabilizadores que rebaten la posibilidad de establecer políticas estatales de tinte distributivo que apuntan a una mayor equidad social. Estamos ante un rearmado de las derechas neoliberales añorantes de la última década del siglo pasado. Los gobiernos de Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez también pasan por procesos similares donde las clases dominantes reacias a ceder algo de su poder y riquezas han provocado, y lo siguen haciendo, lockouts patronales y desabastecimiento. Fiel ejemplo de esto es el activismo de los separatistas de las zonas opulentas de Bolivia.
En el caso argentino, la derogación de la resolución 125 es un triunfo de la Sociedad Rural y de Confederación Rurales Argentina porque a los pequeños productores agrupados en la Federación Agraria se les quita la compensación de fletes, insumos y gastos generales para la producción y el arrendamiento. El Estado se ahorrará las retribuciones, los reintegros que contemplaba la 125. No habrá una gran merma en la recaudación fiscal. Empero, es muy probable que aumenten los precios de los alimentos, ya que con la retención al 35 por ciento la tonelada de soja superará los 1100 pesos.

Al final Hebe no estaba tan equivocada

Como alertara la titular de Madres de Plaza de Mayo, Julio Cesar Cleto Cobos se manifestó y decidió en contra de la política económica impulsada por la Concertación que lo colocó en la Vicepresidencia de la Nación. Cobos votó en sintonía con su conservadora visión de la realidad y ocasionó agrietamientos en la estructura de poder del Ejecutivo. Para Cristina Fernández todo va a ser más difícil y complejo de aquí en adelante. Los patrones rurales, y esa ensalada desabrida conocida con la nomenclatura de oposición anclada en ellos, han ganado la cancha y llegaron para quedarse. No son conformistas, y mientras más hambre y pobreza haya producto de su desaforado afán de enriquecimiento y concentración más impunes serán para el fisco. Después de más de cuatro meses de extorsión al Estado por parte del movimiento agravio, como bien señala hoy en Página 12 la socióloga María Pía López, lo que queda es “un activismo que expresa una subjetividad de derecha en el país: un activismo basado en el individualismo económico más explícito, sin timideces, para explicitar una concepción racista de la vida social”. López diferencia entre una derecha social que domina el espacio público y es casi omnipresente en los medios de comunicación, y una derecha partidaria a la cual todavía le cuesta articular una alternativa de poder y se sube al colectivo que mejor la deja. Y finalmente coincidiendo con el nombre del título de la nota de la ensayista, autora de Lugones: entre la aventura y la cruzada, dolor es la sensación que nos queda tras el triunfo de los confiscadores de sueños y esperanzas populares.

Ese amigo del AMIA

Perdónenme la ironía pero me es menester escribir unas líneas, sin meterme de lleno en la cuestión, sobre el atentado que sufriera la AMIA hace catorce años atrás y relacionarlo con el voto negativo en el Parlamento del ex presidente Carlos Saúl Menem. Las acciones terroristas contra la comunidad judía argentina (primero a la Embajada de Israel y luego a la mutual) se produjeron en los tiempos en que el ex mandatario junto a su tropa circense remataban el país. Los atentados gozaron de absoluta impunidad a causa del negligente funcionamiento de la Justicia durante esa época. El gobierno de Menem ocultó las pruebas, se desligó de la causa garantizando la impunidad de los terroristas, quienes aún no han sido claramente identificados y por ende juzgados. Se rumoreo que fue un ajuste de cuentas de extremistas islámicos al ex jefe de Estado por haber enviado tropas al Golfo Pérsico. Hoy los medios comunicacionales recuerdan el terrorífico daño hecho a la mutual AMIA que se llevó 85 vidas humanas y los canales de televisión transmiten los actos en conmemoración de las víctimas pero no hacen una sola mención acerca de la responsabilidad como encubridor del actual senador por la Provincia de la Rioja. Sin embargo, no hay contradicción, Menem es bendecido por los multimedios, ya que a pesar de su deplorable estado salud asistió a votar en el Senado, favoreciendo entre otros a los patrocinadores de los mass media.

Dar vuelta la página

El Gobierno sufrió un tremendo desgaste pasados más de 120 de días de confrontación con los estancieros y sus sin número de alcahuetes, no claudicó en sus ideales, pero sí cedió hasta delegar la máxima responsabilidad en el Poder Legislativo. El resto de los autodenominados partidos progresistas, del campo popular, le dio la espalda y no acompañó, ni siquiera críticamente con reparos. Perdió algo más que una batalla en su búsqueda por redistribuir equitativamente el ingreso y asegurar la paz social. Hay muchos intereses concentrados que aún cuesta tocar y dependerá de la imaginación y creatividad de Cristina y Néstor Kirchner para enderezar el rumbo hacia una Argentina más productiva, con desarrollo económico e inclusión social. Cambiar el modelo agroexportador, que nos sitúa como a principios del siglo veinte en una posición dependiente de los deseos del primer mundo, parece ser una quimera pero todavía no está escrita la última página del libro. Los Kirchner son el resultado de los mejores y más duros años de militancia en el país, poseen una rica formación intelectual y política, tienen buena oratoria y han demostrado alta capacidad a la hora de gestionar la cosa pública. No son arribistas, han construido un fuerte edificio que no se desmoronará tan fácilmente. Pero deben reconocer sus errores, y no descalificar a todo aquel que se encuentra en la vereda de enfrente. Todavía pueden sumar, no es tarde. El Riachuelo no es nuestro destino, con voluntad política podemos navegar por aguas más claras.
Y a los mediáticos dueños del agro les debo hacer una pregunta para despedirme: ¿No era que todos luchaban por el bien del pequeño y mediano productor rural?

Por Mauro Reynaldi
Licenciado en Comunicación Social de la UNR