jueves, 17 de julio de 2008

A buen entendedor...

Somos representantes de un pueblo mezquino, pacato e hipócrita; sencillo por defecto y complejo por omisión.
Que difícil se hace pertenecer sin ser parte, pero es nuestra propia tragedia la que despertó la impotencia e intolerancia.Y nada más…solo que parezca la tercera persona, es decir yo, tu Argentina.
De todo se aprende incluso de lo que se combate, de lo que se pierde, de lo que no fue. Es que todos los que robamos mandarinas alguna vez de una casa, esperamos que sean dulces, sino las robaremos de otra y de otra. Eso sí… de lo que jamás se aprende es de la vergüenza y de la tibieza, que se regurgita y luego vomita.
Ya no queremos que nos den por el lomo ochenta pesos, pero principalmente, porque no nos bancamos el peso de saber quienes somos. Y nos preferimos amantes sesgadas, seducidas y abandonadas, confiadas en que se va a divorciar y todavía “la nada”.
Ante todo gracias, porque si te vas antes que yo, tampoco me defraudes entre el arriba y abajo, manda saludos a todos menos a uno y decile a Dios, que es mezquino, y si quiere ser mi amigo que derogue el tiempo, y de él, el perdido.

Bienvenidos al periodismo trasnochado…

por Juan Mclean

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