En vísperas del tan comercializado día del Amigo (que aquí en Rosario y en otras partes también, tiene una magnitud similar a los festejos por la jornada de año nuevo) me parece apropiado hacer algunas comparaciones con lo sucedido hace poco más de doce horas en la Cámara de Senadores de la Nación. Me voy a permitir una divagación. En determinadas situaciones solemos poner en duda, cuestión, la amistad del prójimo. Dos ejemplos demostrativos de lo que estoy hablando son: cuando algún querido amigo intenta “robarnos” nuestra novia, o como en el film de Philip Frank Messina que lleva el mismo nombre que esta nota y participa Martin Scorsese, cuando se quieren quedar con un trabajo que nos “pertenece”. En ambos casos, la amistad entra en jaque y la asimilamos con la traición.
Lo que aconteció últimamente en el Senado, más allá del hecho de celebrar que hubo un gran despliegue democrático, fue la entronización de una figura de poco relieve, debido a su nula capacidad de liderazgo, que aprovechó la notoria debilidad de su partener para salir a escena y clavar los puñales que faltaban (los otros ya los habían clavado los mismos integrantes del PJ y restantes miembros de la Concertación Plural). El vicepresidente de la Nación Julio Cleto Cobos terminó siendo el arma decisiva, con su rechazo a la resolución 125, que inclinó la balanza para el lado de los ruralistas y logró que su propio gobierno perdiera la más importante batalla (o guerra, ya a esta altura no sabemos diferenciar) desde que los K están al frente del Poder Ejecutivo.
Al nuevo De La Rua le tocó desempatar la votación en la Cámara Alta por la afirmativa o negativa al proyecto oficialista de retenciones móviles al sector agropecuario. Tras un 36 a 36, un Cobos delaruizado pidió en el recinto pasar a un cuarto intermedio (hacer tiempo, tirar la pelota afuera, desligarse de su compromiso) algo que fue refutado por el jefe del bloque del oficialismo y por el de la oposición. Entonces, se votó de nuevo y el resultado fue el mismo, y toda la responsabilidad para el mendocino. Pasadas las cuatro de la mañana del día jueves 17 de julio de 2008 llegó la hora de la definición, el gran dilema del Vice era elegir de acuerdo con quienes había formado el espacio político que los llevó a ganar las elecciones presidenciales de 2007; o votar, según sus convicciones, en sintonía con aquellos que lo habían expulsado de su partido de origen (la UCR) y con lo peor de la dirigencia política criolla. Finalmente, Cobos se decidió por el No, y con esta actitud se ubicó a la par de personajes como Carlos Saúl Menem, Hilda González de Duhalde, Adolfo Rodríguez Saa, el salteño Juan Carlos Romero y el jujeño Gerardo Morales (quien como titular del radicalismo lo expulsara del partido por haberse sumado al gobierno nacional).
El Gobierno ha salido mal parado, aquí un tropezón sí fue caída. Habrá que ver cuánto margen le queda para seguir maniobrando políticas distributivas que afecten el capital concentrado en beneficio de las clases populares. El no poder gravar la extraordinaria renta agraria como se debe para desalentar el modelo sojista es ya una importante derrota cultural para quienes creemos en el rol del Estado como director y articulador de las políticas económicas que tienen como objetivo la justicia y equidad social.
Empero, por otro lado, si bien el gobierno kirchnerista perdió por un voto en el Senado, es un dato positivo no contar más en el mismo equipo con ciertos políticos impresentables, todos ellos típicos referentes de la derecha peronista. Tampoco los aliados radicales K aportaron en demasía al resguardo de las instituciones y la gobernabilidad. Ergo, el Gobierno tendrá que ver que nuevo tipo de alianzas tejé, si se hubiese abierto al debate en tiempo y forma, es decir ni bien comenzada la crisis por el lockout chacarero, con otros sectores del campo popular como el SI (el voto negativo del senador José Martínez de Tierra del Fuego con un tanto más de diálogo podría haberse convertido en afirmativo y hoy estaríamos haciendo referencia al triunfo oficialista) y Proyecto Sur, quizás esta derrota llame por parte de la presidenta a conformar un nuevo espacio con otros agentes que realmente quieran modificar el status quo para crear una Argentina con mayor democratización de las riquezas. Por ende, a la hora de elegir amigos es bueno saber de dónde vienen, conocer a fondo sus curriculums, de lo contrario te topas con seres camaleónicos que cambian de color según los ánimos del éxito.
Por último, no me quiero despedir sin decir que, después de la maratónica jornada en el Congreso, hay una buena noticia para dar, que habla a favor de la dirigencia gubernamental, me refiero a la reestatización de Aerolíneas Argentinas. La empresa española Marsans acordó con el Gobierno que traspasa sus acciones de Aerolíneas Argentinas al Estado Nacional. Esto significa un avance substancial en la recuperación del transporte público, así como esperemos que sea escuchado por el Ejecutivo y pueda encaminarse el proyecto del Tren para todos, lo que implicaría la restauración de la red ferroviaria nacional.
Lo que aconteció últimamente en el Senado, más allá del hecho de celebrar que hubo un gran despliegue democrático, fue la entronización de una figura de poco relieve, debido a su nula capacidad de liderazgo, que aprovechó la notoria debilidad de su partener para salir a escena y clavar los puñales que faltaban (los otros ya los habían clavado los mismos integrantes del PJ y restantes miembros de la Concertación Plural). El vicepresidente de la Nación Julio Cleto Cobos terminó siendo el arma decisiva, con su rechazo a la resolución 125, que inclinó la balanza para el lado de los ruralistas y logró que su propio gobierno perdiera la más importante batalla (o guerra, ya a esta altura no sabemos diferenciar) desde que los K están al frente del Poder Ejecutivo.
Al nuevo De La Rua le tocó desempatar la votación en la Cámara Alta por la afirmativa o negativa al proyecto oficialista de retenciones móviles al sector agropecuario. Tras un 36 a 36, un Cobos delaruizado pidió en el recinto pasar a un cuarto intermedio (hacer tiempo, tirar la pelota afuera, desligarse de su compromiso) algo que fue refutado por el jefe del bloque del oficialismo y por el de la oposición. Entonces, se votó de nuevo y el resultado fue el mismo, y toda la responsabilidad para el mendocino. Pasadas las cuatro de la mañana del día jueves 17 de julio de 2008 llegó la hora de la definición, el gran dilema del Vice era elegir de acuerdo con quienes había formado el espacio político que los llevó a ganar las elecciones presidenciales de 2007; o votar, según sus convicciones, en sintonía con aquellos que lo habían expulsado de su partido de origen (la UCR) y con lo peor de la dirigencia política criolla. Finalmente, Cobos se decidió por el No, y con esta actitud se ubicó a la par de personajes como Carlos Saúl Menem, Hilda González de Duhalde, Adolfo Rodríguez Saa, el salteño Juan Carlos Romero y el jujeño Gerardo Morales (quien como titular del radicalismo lo expulsara del partido por haberse sumado al gobierno nacional).
El Gobierno ha salido mal parado, aquí un tropezón sí fue caída. Habrá que ver cuánto margen le queda para seguir maniobrando políticas distributivas que afecten el capital concentrado en beneficio de las clases populares. El no poder gravar la extraordinaria renta agraria como se debe para desalentar el modelo sojista es ya una importante derrota cultural para quienes creemos en el rol del Estado como director y articulador de las políticas económicas que tienen como objetivo la justicia y equidad social.
Empero, por otro lado, si bien el gobierno kirchnerista perdió por un voto en el Senado, es un dato positivo no contar más en el mismo equipo con ciertos políticos impresentables, todos ellos típicos referentes de la derecha peronista. Tampoco los aliados radicales K aportaron en demasía al resguardo de las instituciones y la gobernabilidad. Ergo, el Gobierno tendrá que ver que nuevo tipo de alianzas tejé, si se hubiese abierto al debate en tiempo y forma, es decir ni bien comenzada la crisis por el lockout chacarero, con otros sectores del campo popular como el SI (el voto negativo del senador José Martínez de Tierra del Fuego con un tanto más de diálogo podría haberse convertido en afirmativo y hoy estaríamos haciendo referencia al triunfo oficialista) y Proyecto Sur, quizás esta derrota llame por parte de la presidenta a conformar un nuevo espacio con otros agentes que realmente quieran modificar el status quo para crear una Argentina con mayor democratización de las riquezas. Por ende, a la hora de elegir amigos es bueno saber de dónde vienen, conocer a fondo sus curriculums, de lo contrario te topas con seres camaleónicos que cambian de color según los ánimos del éxito.
Por último, no me quiero despedir sin decir que, después de la maratónica jornada en el Congreso, hay una buena noticia para dar, que habla a favor de la dirigencia gubernamental, me refiero a la reestatización de Aerolíneas Argentinas. La empresa española Marsans acordó con el Gobierno que traspasa sus acciones de Aerolíneas Argentinas al Estado Nacional. Esto significa un avance substancial en la recuperación del transporte público, así como esperemos que sea escuchado por el Ejecutivo y pueda encaminarse el proyecto del Tren para todos, lo que implicaría la restauración de la red ferroviaria nacional.
Por Mauro Reynaldi
Licenciado en Comunicación Social de la UNR
1 comentario:
Muy bueno tu blog...
La victoria es de “entidades del campo”, aliadas ahora en la Mesa de Enlace contra las retenciones móviles. Ellas llevan años de coincidencias a la hora de discutir las condiciones laborales de los trabajadores rurales: votaron contra la jornada laboral de ocho horas y a favor del trabajo “de sol a sol”. Las cuatro rechazaron otorgar un premio estímulo para que los trabajadores terminen la escuela. Las cuatro se opusieron a la entrega de ropa de trabajo para los peones. Así lo evidencia una recopilación de resoluciones de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario, el ente que regula el trabajo en el campo y que integran empleados, empresarios y el Estado, en las que figura la oposición sistemática de las cuatro cámaras rurales a distintos avances en materia de derechos laborales. En los documentos, las cuatro apoyan en conjunto mantener las pautas del Régimen Nacional de Trabajo Agrario, sancionado en 1980 con las firmas de Videla, Harguindeguy y Martínez de Hoz.
No sé cómo pudimos soñar un país más justo en este contexto... sin embargo, estoy convencida que en algún momento vamos a poder...
Saludos!!!
KalmaKampoKaminemos.blogspot.com
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