miércoles, 16 de julio de 2008

The Nightmare Team




No sorprende de ningún modo la presencia, en el acto de ayer de los dueños del campo, de dirigentes pro apocalípticos, de baja intensidad de votos, amigos de marcianos, incendiarios de urnas, financistas de la campaña del ex presidente riojano, ingeniero trucho, piqueteros tinellizados, y siguen los personajes de esta nueva horror movie que no cuenta con la dirección de George Romero ni tampoco con la de John Carpenter, sino que está dirigida por el grupo fílmico Mesa de Enlace y producida ejecutivamente por un equipo comandado por las empresas Monsanto, Cargill, Bunge, Dreyfuss, siguen las firmas, y auspiciada con todo entusiasmo por los multimedios comunicacionales. Tuvimos la oportunidad de ver la reedición de la Unión Democrática Argentina de 1955 que propiciara el derrocamiento del gobierno legítimamente constitucional de Juan Domingo Perón. Esta remake también está integrada por el Partido Conservador (que ahora se llama Coalición Cívica), la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista de Santa Fe (que lidera el senador Rubén Giustiniani), los comunistas de Vilma Ripoll, Juan Carlos Alderete, Raúl Castells, también participan la “honorable” y “pluralista” Iglesia Católica, los eternos carapintadas como la señora de “paz y amor” Cecilia Pando, y se han sumado explícitamente en las últimas semanas los duhaldistas pejotistas y cegetistas.
Ya saben, todo aquel individuo que se quede sin convicciones y luche por los valores de la Patria Sojera, encuentra en dicha reversión de la Unión Democrática Argentina la esplendida ocasión de manifestar sus ideas libremente a pesar del despotismo de nuestros gobernantes, quienes nos coartan la libertad de expresión, véase si no el manejo totalitario que hacen los Kirchner de los medios de comunicación masiva, todos los canales emitiendo el acto oficial, y ninguno el de los humildes hombres del agro (de hecho, a la eminencia dirigencial Alfredo De Angeli no lo conoce nadie).
Entonces hoy habrá que esperar ansiosamente el No en el Senado, de lo contrario quedará comprobado que vivimos en un régimen monárquico disfrazado de republicano. Sin el querido Campo, símbolo telúrico por antonomasia, no podremos continuar siendo un país agroexportador (integrado al mundo desarrollado en calidad de dependencia), ya no seremos el granero del mundo. Y todo por culpa de estos peronistas, que ya nos arruinaron en la década 1945-55 y ahora vienen por más. Estos montoneros K nos van a cubanizar si no invocamos urgentemente la mano salvadora del Mercado, que es libre e igualitario.
Por Mauro Reynaldi
Licenciado en Comunicación Social

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