lunes, 22 de septiembre de 2008

Psicóticos


La semana pasada tuve el gusto de volver a ver ese hito de la cinematografía del siglo XX llamado Psycho (psicosis) y dirigido por uno de los grandes creadores de la era moderna, el ingles Alfred Hitchcock y, a su vez, protagonizado por Anthony Perkins interpretando el personaje de Norman Bates, en una descomunal actuación.
Me pareció apropiado utilizar el mencionado film como metáfora de lo que está sucediendo en el mundo a causa del desmoronamiento del régimen capitalista vía crisis financiera norteamericana. La esquizofrenia del sistema dominante, traducida en el dualismo contradictorio libre mercado- intervencionismo estatal, muestra el ocaso del sueño neoliberal conocido como fin de la historia (que no era otra cosa sino el festejo de los empresarios capitalitas por la debacle del comunismo, ya no había moros en la costa). La doble personalidad del sistema: cuando el Mercado anda bien, el Estado debe hacer la vista gorda y desaparecer; cuando las grandes empresas y bancos que representan el Mercado empiezan a tener pérdidas, llegado incluso a la quiebra, el Estado debe entrometerse en la economía para salvaguardarlos.
Es una obviedad que la ideología mercenaria de los dueños del capital no sólo fracasó en los países subdesarrollados sino que, ahora también, viene haciendo aguas por todos lados en las naciones centrales de occidente y oriente.
En la Europa rica, los gobernantes no saben qué hacer con la ola de inmigrantes que “invaden” y les “roban” la felicidad a los ciudadanos decentes del viejo continente. No obstante, nadie dice que esta invasión se produce debido a la falta de oportunidades laborales que tienen los nuevos emigrantes en sus países de origen. Si bien el neoliberalismo no se cansa de fabricar pobreza e indigencia en los territorios más vulnerados del planeta, estos pesares y malestares ya no son dominio exclusivo del tercer mundo, hoy se expanden e instalan en el seno de las grandes potencias imperialistas.
Si la culpa de todos los males la tuvieron primero el marxismo y ulteriormente el terrorismo islámico, ¿ahora los librepensadores de la posmodernidad a quiénes responsabilizarán de los desastres económicos que provocan los propietarios de la razón y la verdad? Los mismos capitalistas están llevando el sistema, que según ellos es único e irremplazable, a la bancarrota y al caos a la humanidad en su totalidad.
Favorablemente para nosotros, los latinoamericanos, la mayoría de los gobiernos de nuestra región no se están atando completamente a las reglas del establishmet internacional, se vislumbran vestigios de otras alternativas a seguir, relacionadas más con lo que tenemos en común con nuestro vecindario que con los caprichos suicidas de los voceros y cipayos del Imperio.
Debemos preguntarnos entonces: ¿quién curará la psicosis de los economistas de la City? ¿cuál será el remedio?, y ¿qué territorio será atacado está vez por los halcones de la Casa Blanca?
Por Mauro Reynaldi

1 comentario:

Eva Row dijo...

Dice Joseph Stiglitz que se cayó el Muro de Berlín del capitalismo.