miércoles, 22 de octubre de 2008

Despurificando el Medio

Entrevistamos al escritor y periodista Orlando Barone, con motivo de su participación en el VIII Congreso Nacional y I Congreso Internacional sobre Democracia: "Desafíos y oportunidades para la democracia latinoamericana del siglo XXI" que se realizó en la ciudad de Rosario del 1 al 4 de septiembre del corriente año y fue organizado por la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario.
El reconocido comunicador escribe en el diario La Nación, en la revista de análisis político Debate y participa en el programa radial La Mañana que conduce Víctor Hugo Morales por Radio Continental y se emite de lunes a viernes de 9 a 13. Entre sus publicaciones se destacan: la novela La Locomotora de Fuego, Debajo del Ombligo (cuentos), Argentina Primer Mundo (crónicas de un Puerto Libre) y su más reciente Imperdonables, entre otros.
El actual director del I.S.E.R. (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica), con su particular estilo que apela a la ironía, siempre partiendo de un pensamiento crítico que cuestiona y desmitifica el sentido común que buscan instalar en la sociedad los grandes medios de comunicación, habló sobre el rol de los Medios y el periodismo en la actualidad. Las nuevas formas de comunicación.
En el mencionado congreso pudimos entrevistarlo y tener una charla amena donde también nos contó sobre sus comienzos en la labor periodística y sus gustos literarios.

1- ¿Cree que los Medios y periodistas puros son el estereotipo de una leyenda interesada?

Sí. Es una leyenda grandilocuente que, dada la condición humana, lo vulnerable que es la condición humana, el periodista, etc., no debería ni osar decirse; basta con ser un periodista. Después, los demás te adjudican un atributo o una característica. Vos no podés decir yo soy puro, soy independiente, porque de inmediato tenés que empezar a sospechar. No existe una línea que permita decir eso. Además, el mismo concepto periodismo- noticia- negocio, medios que tienen que ser rentables para poder subsistir, implican que hay cosas que transgreden al periodismo presuntamente puro y se internan en intereses, en pequeños negocios, en favores políticos o favores empresarios.

2- Entonces, no existe el periodista puro.

No, no. Existen periodistas más valientes que tienen una línea de conducta, que no siempre trabajan para los ganadores. Creo que la mejor manera de ver a un periodista es cuando un periodista osa no trabajar para los ganadores. Si un periodista siempre trabaja para los ganadores, empezá a dudar.

3- ¿Qué piensa de las nuevas formas de comunicación que han aparecido, como el caso de las páginas web y los blogs, como vías alternativas?

El sociólogo Cristian Ferrer me dio un día una frase que es fantástica, que es “el anonimato sublevado”. Yo creo que hoy todos quieren dejar de ser anónimos, dejar de ser esa grey, ese gran rebaño de la sociedad que no participa con su expresión. En el fondo hay un periodista latente en cada uno; desde el chismoso de barrio que cuenta algo al vecino, que se entromete en el relato del crimen sin saber nada sobre el crimen. Esto aparece con los celulares también, con la espontaneidad que permite la verosimilitud al instante de un hecho, y genera una red de información difusa y caótica sin procesar, donde la fuente sería la fe que tiene un editor (cuando vos instalas una revista se supone que es un lugar donde el que la compra está confiando en eso que va a leer allí, no en coincidir con lo que dice la revista, pero en que lo que está ahí tiene un fundamento periodístico, un fundamento político y cultural). Cuando vos lees un blog de desconocidos, sin fuente, ¿qué es lo qué estás haciendo? Estás sacando de un árbol de frutos infinitos, la fruta que vos creés que te conviene o que es útil, pero no tenés la comprobación ética del origen, etc., y a la vez, por ahí, te enterás de cosas muy importantes. De hecho, los medios importantes están usando, a veces, el periodismo gratuito y generoso que se presta ahí. Creo que es un fenómeno de nuestra época imposible de detener, y creo que va a cambiar la historia del periodismo en pocos años, ya la está cambiando, pero algo, en algún momento va a ocurrir, algo que desconozco qué es, lo desconozco.

4-¿Que lo llevó a ser periodista?

Bueno, primero la idea de que yo tenía una forma de expresión que era el lenguaje escrito, en donde, desde muy chico, había sido alentado por maestros y docentes de que tenía alguna condición. Es como un jugador de fútbol que en el potrero se destaca porque hace una gambeta mejor que otro y alguien dice “vos estás para jugar al fútbol”. Ahora, cuando uno hace algo bien, en realidad, lo hace bien porque tiene ganas de hacerlo bien. Es decir, yo leía mucho, muchísimo, trataba de imitar a escritores famosos en mi época de infancia. Escribía cuentos pequeños o que mi madre atesoraba con mucho cariño, y siempre me destaqué en las letras, y después me fui haciendo escritor de cuentos, de ficciones, y en ese interregno, estudié periodismo, sin graduarme. Estudié sociología también. Pero, en esa estabilidad, empecé a trabajar en un suplemento cultural de Clarín, gráfica digamos, y hacía grandes reportajes a personajes famosos de los años sesenta o setenta digamos, y eso me dio una carnadura periodística que me gustaba tener. Escribía columnas, después recorrí mucho el país para distintos medios, trabajé en muchos medios, sin dejar la escritura, con lo cual yo publiqué algunos libros, aparte del Diálogos Borges- Sabato. Tuve el premio literario de (diario) La Nación, y después fui finalista del premio Plaza y Janés en España pero, de algún modo, yo entronqué el lenguaje del periodismo con el lenguaje literario, y eso me facilitó mucho, sobretodo en el periodismo gráfico.

5- Usted dijo que “La agenda de un periodista obliga a abordar temas específicos. En la literatura, en cambio, el tema lo marca el propio escritor." ¿No cree que la literatura se mueve según una lógica moderna que puede perdurar en el tiempo sin verse alterada, mientras que la labor periodística se guía en base a lo fugaz y a lo efímero?

Sí. ¿Sabés lo que decía Borges? “un diario se escribe deliberadamente para el olvido”. Deliberadamente para el olvido. Todas las crónicas políticas que hoy leés, y las que se escribieron, no perduran. Lo que perdura es una obra literaria, perdura Dostoievski, Crimen y Castigo, perdura Guerra y Paz (Tolstoi), perdura el Dante, es así. El periodismo está hecho para lo efímero, es una agenda de lo cotidiano. Ahora, es probable que en esa “hemeroteca del recuerdo” rescatés algunas notas, algunos testimonios excepcionales, que son pocos, pero que son excepcionales como: los escritos de Truman Capote, Rodolfo Walsh, Roberto Arlt.

6- ¿Qué autores lo marcaron para escribir? ¿Qué es lo que está leyendo actualmente?

Me gusta como poeta (Juan) Gelman, me gusta mucho. Abelardo Castillo me parece un escritor fenomenal. Me gusta Galeano, me gusta Eduardo. Me gusta (Héctor) Tizón. Tengo algunas reacciones prejuiciosas con escritores complejos como Lamborghini, por ejemplo. Pero Tomas Eloy Martínez me parece un escritor brillante, Santa Evita es un libro incomparable, es un fenómeno. Osvaldo Soriano también es un escritor memorable. Y en el mundo estoy leyendo mucho un japonés: (Haruki) Murakami, Sándor Márai, un húngaro, y me gustan mucho algunos clásicos norteamericanos, entre ellos, por ejemplo, Hemingway, Norman Mailer, de los viejos ¿no?, esos me gustan mucho.

7- Cuéntenos sobre la experiencia de escribir Diálogos Borges- Sábato. Su relación con ambos escritores.

Frente a estos dos tipos (por Borges y Sábato) vos no podés quedar inmune. Lo interesante es que un periodista sea como una esponja que permita absorber lo que ese otro, porque es consagrado, ha sido destacado. En vez de querer enseñarle vos al otro, lo que vos tenés que saber es que tenés que aprender. Tu pregunta tiene que tener la curiosidad del aprendizaje, no la curiosidad del sabelotodo. Creo que esa es una primera lección. De esta relación con esos dos tipos - un privilegio, ¿te imaginas? meses con ellos -, aprendí lo que soy.

8- Ha escrito una novela, un libro de poemas, cuentos y crónicas ¿con cuál de estos géneros literarios se siente más identificado, más cómodo para trabajar?

Es difícil porque en realidad yo hubiera querido ser un gran escritor, hubiera querido ser un gran periodista, hubiera querido ser alto y no pude. Soy esto que soy, y entonces en eso siento que hay cosas que puedo hacer mejores. Ojalá pueda escribir un buen cuento o una buena novela como la que creo que estoy escribiendo. Ojalá.

9- Háblenos de su libro recientemente publicado: Imperdonables.

Es un libro de crónicas literarias. Crónicas que salieron publicadas, algunas, otras no, que tienen relación con personajes. Que pueden ir desde Tevez (que me parece una característica biológica, antropológica y psíquica interesantísima), o por ejemplo, un fenómeno como la muerte del Papa (Juan Pablo II) que yo hago una descripción en la que yo me di cuenta – frente a toda esa epopeya y grandilocuencia de la escenografía más grande de la historia-, de que se le veían los zapatos con la suela sin caminar y pensé que el que había sido muerto como el gran peregrino del mundo no había usado sus zapatos. Prueba que siempre hay una mirada nueva sobre algo que todos han mirado (el mundo entero estaba mirando eso). Siempre hay un lugar que otro no mira. Seguramente debe haber otras miradas también. El libro Imperdonables trata de esas crónicas, algunas son herejes, no son complacientes en general. Hablo mucho de la sociedad, critico mucho a la sociedad porque me critico yo.

Por Mauro Reynaldi

3 comentarios:

Unknown dijo...

¿Está en audio también reportaje?

Igual, me parece muy bien transcripto, felicitaciones, epro me gustaría además, escucharlo.

Al centro y adentro dijo...

Hola Lucas. Gracias. Ya subiremos el audio al blog, además de una síntesis de su charla en el Congreso sobre Democracia.
Abrazos.
Mauro

Unknown dijo...

Bárbaro, lo espero. Te cuento que no me anda tu subcripción a los comentarios, no sé si será a mí o que no anda directamente.
Un abrazo.