domingo, 9 de noviembre de 2008

Problemas de agenda

Sí, finalmente me tengo que resignar a organizar mi vida a partir de, justamente, partir o no partir, esa es la cuestión!

Organizar esquemáticamente mis semanas entre las que tienen puntitos rojos y las que no, esas en las que soy el yo que conoce casi todo el mundo, por lo menos los de este lado, y las que soy el yo que conocen otros. Obviamente no es el mismo yo (ponerle “yo prima” complicaría aún más mis ideas confusas en este intento de reflexión acerca de mi...digamosle... reflexión de espejo) son dos yoes distintos y convivientes dentro de uno, como caras de la luna.

Probablemente lo culpe al geminianismo practicante de los nacidos en mitad de junio.

De todos modos no se puede organizar una agenda de otra manera que no sea escribiendo solamente puntitos rojos en los casilleros. Puntitos rojos referenciales como los del infinito (punto rojo) que indican el fin del infinito, o mejor dicho, la infinitud del infinito. Digo, marcas de cierre: “antes del viaje tengo que hacer esto” o de apertura “cuando vuelva del viaje tal cosa”.

En síntesis, ¿tendrán en cuenta los fabricantes de biromes la importancia de sus productos en versión colorado? (más en boga que el rojo, aunque es lo mismo, daltónicos fuera de moda!). ¿Sufriremos de los embates de la inflación también en esto?

La verdad no sé, cuando vuelva veo.


Por Lucas Del Chierico
(Misceláneas para Al Centro Y Adentro)

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