En este año que terminamos, anotamos en el DEBE: las fracturas de la sociedad argentina puestas en obra durante “el conflicto del campo; la acción de los medios de comunicación, quienes se convirtieron desembozadamente en medios de presión política en función de intereses creados, violando el derecho humano a la información veraz; la alienación de ciertos sectores de las clases medias, obnubilados por el discurso mediático cuasi único y farandulesco, imposibilitados de reconocer siquiera por dónde pasan sus intereses objetivos , sus prejuicios contra los más pobres rayanos en el racismo; la reaparición de viejos próceres del neoliberalismo, quienes se animaron a romper el silenciamiento a que habían sido sometidos por la Crisis del 2001 y 2002. Sin olvidar, la pérdida, a nivel sociedad, de códigos de lucha, específicamente por los sectores del campo y de los partidos autodenominados de izquierda que recurrieron a prácticas fascistas, no sólo contra el gobierno sino contra sus conciudadanos y vecinos.
En el HABER: la continuidad de un modelo político y económico incluyente, que busca (con aciertos y errores) la disminución de las diferencias sociales y una más justa distribución del ingreso. Pese a la opinión de muchos opinólogos profesionales, consideramos un mérito del gobierno, el sostenimiento de sus convicciones políticas y democráticas durante el conflicto del campo, con la mayoría de los medios en contra azuzando a vastos sectores de la población. El espacio otorgado al Congreso de la Nación para la discusión de los grandes temas nacionales: la estatización de los fondos de las AFJP y la vuelta al sistema solidario de jubilaciones y pensiones. La expropiación de Aerolíneas Argentinas. La enunciación de políticas explícitas de intervención estatal frente a la crisis internacional. La política de Derechos Humanos y los Juicios a los represores. El surgimiento de espacios intelectuales y plurales de reflexión como las Cartas Abiertas de distintas ciudades de nuestro país.
Desde CARTA ABIERTA SANTA FE podríamos seguir enumerando, sin embargo, nos parece que debemos detenernos en las fracturas que atraviesan a la sociedad argentina. Entre ellas, la primera, indudablemente, es aquella que enfrenta los intereses objetivos de los sectores empresariales más poderosos (“del campo”, de la industria y de las finanzas) beneficiados por décadas de neoliberalismo, con los intereses de los sectores populares, integrados por aquellos que “viven de su trabajo” y los otros, desposeídos hasta de la oportunidad de un trabajo. Al margen de un juicio de valor referido a las razones que dieron lugar al conflicto, resultó evidente que las diferencias de fondo entre el gobierno y el sector agrario tomaron una consistencia básica fundamental, que puede caracterizarse sintética pero claramente, como la oposición entre la defensa de la intervención del Estado en la economía y aquellos que negando esa intervención sostienen que es el mercado el que debe resolver por su cuenta exclusiva ese enfrentamiento entre intereses.
Este fue esencialmente el gran enfrentamiento del 2008: el objetivo explícitamente enunciado por el gobierno de disminuir las diferencias sociales vía distribución del ingreso, encontró la rápida oposición de los sectores económicos más poderosos, cuyos intereses fueron adecuadamente representados por los medios. Repasemos la agenda de problemas sociales con que éstos presionan al gobierno: Inflación y Seguridad; la justa protesta “del campo”; Seguridad y Seguridad; Crisis financiera internacional y Seguridad.
Respecto este punto, algunas acotaciones: el “problema de la inflación” en realidad nos habla de la resistencia de estos sectores a una distribución del ingreso –vía precios y salarios- que les signifique resignar márgenes de ganancia. El problema de la seguridad refiere siempre a la inseguridad frente al delito y la misma se asocia invariablemente con pobreza. No es ocioso ni casual que el tema aparezca en la agenda de los grandes medios con reiteración exasperante: Es necesario generar mucho miedo , ver al pobre como amenaza para que la sociedad acepte, exija y habilite mayores niveles de represión policial.
En cuanto a la Crisis Financiera Internacional, aparece como el gran justificativo para bajar salarios para así mantener los márgenes de ganancias empresariales en los niveles actuales. Así, el fantasma de la crisis también es parte de la lucha por la distribución del ingreso.
Quedan, sin embargo, algunas cuentas pendientes por parte del gobierno actual, de las cuales nos parece necesario mencionar, por lo menos tres (seguramente son muchas más):
En el HABER: la continuidad de un modelo político y económico incluyente, que busca (con aciertos y errores) la disminución de las diferencias sociales y una más justa distribución del ingreso. Pese a la opinión de muchos opinólogos profesionales, consideramos un mérito del gobierno, el sostenimiento de sus convicciones políticas y democráticas durante el conflicto del campo, con la mayoría de los medios en contra azuzando a vastos sectores de la población. El espacio otorgado al Congreso de la Nación para la discusión de los grandes temas nacionales: la estatización de los fondos de las AFJP y la vuelta al sistema solidario de jubilaciones y pensiones. La expropiación de Aerolíneas Argentinas. La enunciación de políticas explícitas de intervención estatal frente a la crisis internacional. La política de Derechos Humanos y los Juicios a los represores. El surgimiento de espacios intelectuales y plurales de reflexión como las Cartas Abiertas de distintas ciudades de nuestro país.
Desde CARTA ABIERTA SANTA FE podríamos seguir enumerando, sin embargo, nos parece que debemos detenernos en las fracturas que atraviesan a la sociedad argentina. Entre ellas, la primera, indudablemente, es aquella que enfrenta los intereses objetivos de los sectores empresariales más poderosos (“del campo”, de la industria y de las finanzas) beneficiados por décadas de neoliberalismo, con los intereses de los sectores populares, integrados por aquellos que “viven de su trabajo” y los otros, desposeídos hasta de la oportunidad de un trabajo. Al margen de un juicio de valor referido a las razones que dieron lugar al conflicto, resultó evidente que las diferencias de fondo entre el gobierno y el sector agrario tomaron una consistencia básica fundamental, que puede caracterizarse sintética pero claramente, como la oposición entre la defensa de la intervención del Estado en la economía y aquellos que negando esa intervención sostienen que es el mercado el que debe resolver por su cuenta exclusiva ese enfrentamiento entre intereses.
Este fue esencialmente el gran enfrentamiento del 2008: el objetivo explícitamente enunciado por el gobierno de disminuir las diferencias sociales vía distribución del ingreso, encontró la rápida oposición de los sectores económicos más poderosos, cuyos intereses fueron adecuadamente representados por los medios. Repasemos la agenda de problemas sociales con que éstos presionan al gobierno: Inflación y Seguridad; la justa protesta “del campo”; Seguridad y Seguridad; Crisis financiera internacional y Seguridad.
Respecto este punto, algunas acotaciones: el “problema de la inflación” en realidad nos habla de la resistencia de estos sectores a una distribución del ingreso –vía precios y salarios- que les signifique resignar márgenes de ganancia. El problema de la seguridad refiere siempre a la inseguridad frente al delito y la misma se asocia invariablemente con pobreza. No es ocioso ni casual que el tema aparezca en la agenda de los grandes medios con reiteración exasperante: Es necesario generar mucho miedo , ver al pobre como amenaza para que la sociedad acepte, exija y habilite mayores niveles de represión policial.
En cuanto a la Crisis Financiera Internacional, aparece como el gran justificativo para bajar salarios para así mantener los márgenes de ganancias empresariales en los niveles actuales. Así, el fantasma de la crisis también es parte de la lucha por la distribución del ingreso.
Quedan, sin embargo, algunas cuentas pendientes por parte del gobierno actual, de las cuales nos parece necesario mencionar, por lo menos tres (seguramente son muchas más):
La primera refiere al anunciado proyecto que procura erradicar la aún vigente Ley de Radiodifusión de la dictadura militar, favoreciendo así una democratización de las voces y las perspectivas. (Doc. Encuentro Nacional)
La segunda, referida a la (re)construcción política en el partido de gobierno que en la búsqueda de alianzas electorales, “olvida” profundas diferencias históricas e ideológicas con ciertos personajes políticos como Rico o Reutemann. Ni hablar del giro hacia la derecha del gobernador Scioli con su propuesta de baja de la edad de imputabilidad para los menores, contraviniendo principios constitucionales.
La tercera respecto de zonas oscuras en sus políticas referidas a los recursos naturales y áreas estratégicas para nuestro país. El veto por cuestiones “técnicas” de la ley de Glaciares, aprobada por unanimidad en ambas cámaras muestra la influencia de los intereses sectoriales relacionados con las concesiones mineras y otros aprovechamientos privados de nuestros recursos en varias provincias.
CARTA ABIERTA SANTA FE, mantendrá las posiciones que le dieron origen, la defensa de los intereses nacionales y populares, del nivel de empleo, de la distribución del ingreso, de los planes a favor de los jubilados y pensionados, de la integración Latinoamericana, del desarrollo del Banco Interamericano, de la defensa de los gobiernos democráticamente elegidos y de los derechos humanos y, fundamentalmente, de la conservación de los recursos naturales tales como el agua y las exploraciones del subsuelo, aspectos en los cuales el imperio viene tomando disposiciones cada vez más agresivas.
CARTA ABIERTA SANTA FE, mantendrá las posiciones que le dieron origen, la defensa de los intereses nacionales y populares, del nivel de empleo, de la distribución del ingreso, de los planes a favor de los jubilados y pensionados, de la integración Latinoamericana, del desarrollo del Banco Interamericano, de la defensa de los gobiernos democráticamente elegidos y de los derechos humanos y, fundamentalmente, de la conservación de los recursos naturales tales como el agua y las exploraciones del subsuelo, aspectos en los cuales el imperio viene tomando disposiciones cada vez más agresivas.
Para finalizar, despidamos este 2008 y de cara al 2009, retomemos aquellas intenciones expresadas en el Documento del 1er.entro Nacional de Carta Abierta: “Hoy reafirmamos nuestro compromiso de aportar, desde los espacios CARTA ABIERTA, nuestra capacidad de reflexión crítica y nuestrapotencia creadora para evitar que el proceso político iniciado en el 2003, tan jaqueado en estos tiempos por los sectores más reaccionarios, sea interrumpido, neutralizado o vaciado de contenido. Y en ese sentido, creemos indispensable recuperar la política como asunto de todos, único modo de vigorizar las instituciones, renovar la vida colectiva, y apuntar a una mayor justicia social, condición esencial de la democracia. Ante las acechanzas que se ciernen, es fundamental movilizar los recursos culturales y sociales capaces de brindar un sólido andamiaje a las medidas con las que el gobierno busca sacar a nuestro país del pantano neoliberal en el que estaba hundido.”
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