Sin tregua

Pareciera por el título de esta nota que el tema en cuestión es la guerra entre israelíes y palestinos, o mejor dicho, para hablar sin eufemismos, la invasión del territorio que le pertenece a los palestinos por parte de los aliados norteamericanos que gobiernan Israel. Sin embargo, aquí queremos hacer alusión a la disputa interminable entre el gobierno argentino y los representantes de las cuatro entidades rurales (SR, FA, Coninagro, CRA) aglomerados en la denominada Mesa de Enlace. ¡Que veranito éste! El fuego verbal no para. Ahora parece ser que la culpa de que haya sequía en varias provincias del país es responsabilidad exclusiva del kirchnerismo. Según lo que nos ofrecen tanto el discurso mediático como las protestas de los ruralistas, el matrimonio Kirchner no se preocupa demasiado por el malestar que están viviendo los “hombres del campo”. Cristina y Néstor continúan portándose mal, no hacen los deberes y por eso hay sequía. Los K, muy allegados a San Pedro, han propiciado una maldición para que el suelo argentino pierda fertilidad y se mueran nuestras vacas.
Para los rebeldes campestres esto no tiene solución oficial, todas las medidas del Gobierno siempre son insuficientes. Por está razón, a pesar de las altas temperaturas, ellos vuelven a las rutas a ponerle el pecho a las balas. Otra vez los cortes, de nuevo la puja entre el oficialismo y los agrarios. Octubre no se hace esperar. El movimiento chacarero empieza el año electoral con toda su furia para limitar las posibilidades del Gobierno en las urnas. Desde el Poder Ejecutivo nacional responden con anuncios que nunca llegan a materializarse en calma para el sector agropecuario. En la capacidad decisional de la Presidenta estará la clave para salir de esta encrucijada. Si el Gobierno no puede llevar agua para su molino, o sea, no logra callar los caprichos del empresariado rural, entonces le será muy difícil enderezar su rumbo sin ser seriamente afectado por la crisis mundial que se nos está viniendo encima. En el tire y afloje, si vuelve a ceder como sucedió con la Resolución 125, tendrá menos chances de alcanzar sus objetivos (los cuales están puestos en llegar firmes al 2011).

Por Mauro Reynaldi