A un año del comienzo de la movida gauchócrata, fomentada por el anuncio oficial de la "polémica" Resolución 125. La derrota electoral del Kirchnerismo en Catamarca. La reimposición mediática de la "mano dura", en esta oportunidad con pena de muerte incluida. Los errores tácticos del Gobierno y el odio anti K de una oposición hueca y amorfa.
Hoy se cumplen doce meses desde que un sector de la oligarquía nacional, autodefinido "Campo" salió y "tomó" las calles del país, haciendo saber su disconformidad con la medida adoptada por el Gobierno, la cual consistía en la movilidad y el aumento en unos puntos del gravamen de la mega renta agropecuaria. El conflicto entre las corporaciones rurales y el Poder Ejecutivo de la Nación, que aún calienta el escenario político, llevó durante el 2008 a un desgaste del oficialismo en cuanto a su capacidad de conducción y gestión pública. La Resolución 125 no prosperó, merced al voto "no positivo" del vicepresidente Julio Cleto Cobos, dando como resultado el triunfo de los grandes productores nucleados en la Sociedad Rural. El new federalismo que profesan los privilegiados empresarios que conforman la Mesa de Enlace, no es otra cosa sino la defensa a ultranza de la concentración de las tierras de los terratenientes de la región más rica de la República Argentina que es la Pampa Húmeda.
El matrimonio Kirchner desde el primer momento no supo cómo controlar la situación, o sea, cómo frenar la "rebelión campestre", pagando caro su falta de claridad en cuanto a qué es lo que realmente quiere. Si desde el inicio del conflicto el Gobierno hubiese expresado que se trataba de una política redistribuitva del ingreso, en vez de dejar que los patrones de estancia se compraran en oferta el sentido común de la población, entonces probablemente no hubiese sido desbordado por la demanda de estos capataces.
El Kirchnerismo pecó por subestimar al rival, por falta de autocrítica y por aislarse, cerrarse en sí mismo. Tal como aconteciera nuevamente el pasado domingo, disputando la contienda electoral de la provincia de Catamarca amparándose en el aparato del Partido Justicialista comandado por el ex gobernador menemista Ramón Saadi. Entonces, a veces perder no es tan grave. Cuesta imaginar un proyecto nacional y popular con bastiones del neoliberalismo del mismo lado.
El gran problema, que no sólo atañe al Poder Ejecutivo nacional, es la batalla cultural que sigue librando y ganando la derecha. Además de la cruzada campestre, de la victoria del Frente Cívico en Catamarca, volvió con toda potencia el discurso de mano dura. Desde los grandes multimedios de comunicación se fogonea una discución arcaica como lo es la instalación de la pena capital. Como si estuviéramos en la selva, se quiere aplicar la ley del más fuerte. Haciendo caso a los dichos de la ultrareaccionaria Susana Giménez debería aplicarse la ley del talión. Lo que no deja de ser un eufemismo para señalar que hay que anular los organismos de Justicia, y darle más poder a las fuerzas del orden para que pongan fin al caos, el cual en realidad, no es más que un producto del mismo sistema de desigualdad social que personajes faránduleros como Susana, sostienen. Socavar el Estado de derecho es la intención de estos discursos que pretenden restablecer viejas épocas donde milicos y curas (siempre avalados por el Poder Económico) decidían sobre quién debe vivir y quién morir.
El gobierno que encabeza Cristina Fernández todavía no define bien para dónde se dirige, pareciera que lo único que importa es callar momentáneamente los gritos de los dirigentes agro rico, y después ver qué pasa. Primero anuncia la creación de un ente regulador del comercio de granos y luego, una vez calmados los ruralistas, da marcha atrás.
Por otra parte el frente oposición está constantemente a la espera de ver cómo tropieza el oficialismo, tratando de sacar provecho. Lo único que distingue concretamente a la oposición es su antikirchnerismo, que es sencillamente el vestido que le ponen a su ideología conservadora, reaccionaria.
Resumiendo la derecha ha vuelto al ataque con todo su arsenal discursivo, mientras que el Gobierno no encuentra la brújula, no puede retomar la iniciativa. Quizá con el proyecto de ley de Radiodifusión pueda recuperar el oxígeno, siempre y cuando apele a la participación popular. De lo contrario, los paladines de la restauración conservadora habrán conseguido su objetivo.
Por Mauro Reynaldi
5 comentarios:
Que quilombo que tenés en el mate querido!!
Que tendrá que ver el pedido de susana Giménez con el reclamo de los gringos para que le bajen un poco los impuestos.
Tratar de oligarca a un productor como ulises Forte o cualquiera de los tantos que cortaron las rutas es como tratarte a vos de periodista imparcial.
esperá unos dias, falta poco para la semana santa, andate esos dias a un lugar tranquilo, el contacto con la naturaleza va a despejarte un poco las ideas.
a mi, en cambio, me pareció clarísimo y un análisis bastante coherente para lo que estamos acostumbrados
saludos!
TE FALTO LA PELEA DE MARADONA CON RIQUELME, AHI TAMBIEN EL CAMPO HIZO LO SUYO
Sí, es verdad anónimo me faltó esa pelea que deleita tanto a los opinólogos variete que se preocupan diariamente por el bienestar del pueblo.
Bueno, ya lo dijo "gambetita" Latorre: "Boca es un cabaret", perdón, la selección argentina, es lo mismo.
A M (una ramera) muchas gracias por tu comentario.
Saludos a todos.
Mauro
Buena opinión.
Solo quisiera agregar, que Susana reacciono como cualquier persona "común" lo hubiera hecho cuando le pasa algo así a un ser querido; obviamente, que al ser alguien mediatico debería medir un poco sus palabras... pero bah... quien lo hace... estamos en la Argentina... o.O
También puede que haya muchos haciendo política con el tema de la inseguridad, pero hay algo muy cierto, cito un párrafo que escribi en mi blog:
"La gente no hace política con este tema; la gente común (el pueblo) pide (a los que están arriba, políticos, jueces y demás) que se haga ALGO con este tema. Solo eso."
Muy bueno el blog!
Saludos de otro blogger rosarino!
Que sigas bien.
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