En el acto de la Mesa de Enlace a un año de la Guerra Guacha se presenó la nueva política. Un rejunte progre, que no especula y que quiere un país más grande (en siembra de soja). Los protagonistas fueron:
Luis Juez (Partido Nuevo)
Federico Pinedo (diputado PRO)
Carlos Aguad (diputado PRO)
Mario Negri (UCR)
Norma Morandino (diputada Partido Nuevo)
Hilda González de Duhalde (senadora PJ Dididente)
Carlos Rossi (senador Partido Nuevo)
Margarita stolbizer (CC)
Griesela Baldata (CC)
Francisco Ferro (CC)
Gerardo Morales (Senador UCR)
Heriberto Martínez (UCR)
Rubén Giustiniani (PS)
Lo que no queda claro es si los políticos asistentes se desentendieron de las próximas elecciones y se abocarán simplemente a defender los intereses de un sector de la economía que demostró lo único que le interesa: que liberen las retenciones a la soja y así poder dar rienda suelta a los granos que llevan acumulados desde hace varios meses, especulando con un precio mejor. Ya que de manera deliberada, tras la última reunión con el Ejecutivo Nacional, declararon que si no bajan las retenciones a la soja no se podía avanzar. Dentro de este contexto se podría afirmar que los pequeños productores están representados por dirigentes que son funcionales a los que ostentan poder almacenar y especular con la producción y el trabajo.
Lamentablemente parte de la culpa de esta unión, que se transformó en simbiótica, la tiene el gobierno kirchnerista pues dejó reactivar a la derecha política y mediática actuando torpemente en un conflicto de sector que se transformó en político y destituyente.
No en vano ahora todo es cuestionable y toda propuesta anti-k puede ser potable. Desde volver al FMI hasta declarar la pureza de las AFJP, los noventas reencarnaron de manera impoluta; dejando vetusta la idea de un proyecto nacional.
Lo más temible de este proceso de involución nacional no es si estos apoyos políticos públicos y su cómplice confabulación mediática clasemediera le facilitan el acceso al poder a Macri, Duhalde o Carrió. Lo terrible son las consignas con las que llegarán estos a ser nuestros representantes: volviendo al FMI, sojizando Argentina, limitándose a exportar materias primas, sacando del medio al Estado para no entrometerse en la "virgen" renta extraordinaria y consagrando a la gauchocracia como el principal factor de poder del país (nada nuevo, en la dictadura de Videla el presidente de la Sociedad Rural fue nuestro Ministro de Economía).
Otras de las tragedias de este conflicto es que la brújula se terminó de romper y las críticas (incontables) que tenemos hacia el Poder Ejecutivo en cuanto su negligencia ferroviaria, falta de planes concretos contra la marginalidad y avances reales para plasmar una redistribución de la riqueza están mezcladas y perdidas ante las embestidas de sectores conservadores que aprovechan el viento de cola comunicacional para volver a lo peor de un país fracasado hace tan sólo 7 años.
Esperemos que los argentinos no tengamos memoria frágil, para no caer en la comodidad del aquí y ahora. Exijamos las políticas ausentes de este gobierno sin perdernos en propuestas del pasado. Porque mirando televisión, escuchando radio o leyendo los diarios parece que ya no ponemos nada sobre la balanza y no nos acordamos de donde estábamos. Es más.. parece que nada importa:
¿Importa si se estatiza el Banco Hipotecario para posibilitar la casa propia?
¿Interesa una nueva Ley de Radiodifusión, cambiando a la "democrática" de la dictadura?
Ahora no parecen temas importantes, sólo queremos más soja.
Por Coco Alvarez
Hace 11 horas.
1 comentario:
Nunca pensé que los argentinos volveríamos a caer tan rápido en la trampa del FMI.
Claro que tenemos memoria frágil, es un pueblo muy dinámico que nunca le interesó en interés general
Calis
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