Seamos justos, seamos igualitarios. Esa es la consigna. Respetemos las instituciones y abrámonos al diálogo con todas y con todos. Lo único que vale es el consenso. ¿Y qué mejor propuesta para esto que democratizar la pobreza, en vez de la riqueza? Ya sabemos: en este territorio al borde de la disolución - que vive permanentemente asediado por el caos y la inseguridad, por eso se está quedando al margen del mundo civilizado-, es imposible repartir los bienes para que la población entera pueda vivir mejor. Entonces, debemos hacer que todos los ciudadanos argentinos vivamos con no más de $ 500 mensuales. De este modo, todo lo que se produce acá va a parar a los grandes organismos financieros internacionales y ayuda a salir de la crisis a las naciones avanzadas, las que sabiamente han manejado el Mercado mundial, y las cuales están en esta situación sin que nadie sepa por qué. Debe ser simplemente otro virus de esos que aparecen cada tanto, como lo fue el comunismo. Si estas potencias, ejemplos de convivencia democrática, de respeto hacia el Otro, superan este mal pasar, seguramente, si nosotros nos comportamos civilizadamente, nos vuelvan a dar una mano.
Dejémonos de joder con eso de que hay que crecer con igualdad. No se puede, es inviable. Este país es subdesarrollado, está en el subsuelo. Las grandes naciones prefieren invertir en “países en serio” como Brasil, Chile, Colombia o Uruguay.
Los casi cuarenta millones de argentinos que somos, tenemos que hacer, como obligación moral (como mandato divino), un esfuerzo patriótico y pasar hambre por unos años (décadas si es necesario) hasta que el mundo vuelva a confiar en nosotros. Creer que somos sustentables.
Acabemos con esos discursos simplistas, anacrónicos, que hablan de ideologizar la política. Esta debe ser administrada por expertos, técnicos preparados no afectos a las pasiones.
Si seguimos remitiéndonos a un pasado (que ya el mismo Francis Fukuyama sepultó cuando consagró al liberalismo como el único pensamiento válido que hará progresar la humanidad), entonces nunca podremos salir de nuestro atraso. No es justo que las clases medias obtengan más recursos que las clases bajas. Por eso, como sacrificio debemos equiparar para abajo hasta que los centros capitalistas pasen esta etapa de malaria a causa de un maleficio subversivo.
Democraticemos la pobreza, universalicémosla. Sacrifiquémonos por el bienestar de las naciones desarrolladas, que portan como bandera: orden y progreso. Rindámonos a sus pies, que ellas nos lo van a agradecer y nos van a recompensar. Démosle las pocas riquezas que tenemos a ellas que saben administrarlas, nosotros todavía no podemos. Estamos faltos de ciencia.
Por Mauro Reynaldi
Dejémonos de joder con eso de que hay que crecer con igualdad. No se puede, es inviable. Este país es subdesarrollado, está en el subsuelo. Las grandes naciones prefieren invertir en “países en serio” como Brasil, Chile, Colombia o Uruguay.
Los casi cuarenta millones de argentinos que somos, tenemos que hacer, como obligación moral (como mandato divino), un esfuerzo patriótico y pasar hambre por unos años (décadas si es necesario) hasta que el mundo vuelva a confiar en nosotros. Creer que somos sustentables.
Acabemos con esos discursos simplistas, anacrónicos, que hablan de ideologizar la política. Esta debe ser administrada por expertos, técnicos preparados no afectos a las pasiones.
Si seguimos remitiéndonos a un pasado (que ya el mismo Francis Fukuyama sepultó cuando consagró al liberalismo como el único pensamiento válido que hará progresar la humanidad), entonces nunca podremos salir de nuestro atraso. No es justo que las clases medias obtengan más recursos que las clases bajas. Por eso, como sacrificio debemos equiparar para abajo hasta que los centros capitalistas pasen esta etapa de malaria a causa de un maleficio subversivo.
Democraticemos la pobreza, universalicémosla. Sacrifiquémonos por el bienestar de las naciones desarrolladas, que portan como bandera: orden y progreso. Rindámonos a sus pies, que ellas nos lo van a agradecer y nos van a recompensar. Démosle las pocas riquezas que tenemos a ellas que saben administrarlas, nosotros todavía no podemos. Estamos faltos de ciencia.
Por Mauro Reynaldi
4 comentarios:
se le salio la cadena mi amigo...
Puede ser Anónimo. Está bueno que de vez en cuando se nos puedan salir las cadenas y expresarnos libremente.
Saludos.
Mauro
¿Algún pelotudo no se da cuenta que habla irónicamente?
Muy buen post, saludos.
Gracias cumpa Jordi.
Saludos.
Mauro
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