viernes, 17 de julio de 2009

Preguntas dialógicas



En la era del diálogo, este humilde escribiente tiene algunos interrogantes para plantearle al gobierno nacional y compartir con el mundillo bloguero, a propósito del tan sponsoreado llamado presidencial a la reunión con los distintos representantes del variopinto arco opositor:

¿Se puede entablar una reforma democratizadora, que tienda a la mayor participación e involucramiento de la sociedad en la conformación de los partidos políticos, con las obsoletas estructuras del Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical (también habría que incluir aquí a los viejos partidos provinciales que siguen aplicando prácticas feudales)?

¿Se puede propiciar una convocatoria a las fuerzas más progresistas, populares y democráticas de la política nacional sin bajarle el pulgar al viciado esquema pejotista?

¿Se pueden intercambiar palabras con un vicepresidente de la nación cuya razón de ser es estar en contra de todo lo que dispone el mismo gobierno del que aún forma parte, una exacerbación de su no positivismo?

¿Se puede discutir con las clases dominantes, especialmente con los glotones terratenientes agrupados en la Mesa de Enlace confromada por la Sociedad Rural y sus tres hermanitas menores, una justa redistribución de las riquezas y bienes que se producen en nuestro país, sin afectar sus intereses corporativos?

¿Se puede propender a enfatizar responsablemente, acorde a los tiempos que corren, la reestatización de los servicios públicos con los gurúes del neoliberalismo?

¿Se puede deliberar acerca de fortalecer la integración regional, ampliando el Mercosur, con los incansables cipayos del imperialismo, que nos viven diciendo que Argentina tiene que cumplir a rajatabla con los requisitos que nos exigen el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial?

¿Se puede tratar el tema de los Derechos Humanos con gente como Videla, Massera, Ernestina Herrera de Noble, la jerarquía de la Iglesia Católica, etc.?

¿Se le puede proponer una nueva ley de medios de comunicación audiovisuales a los grandes grupos empresariales como Clarín, Uno, Telefónica, Perfil, etc.?

¿Se puede consensuar un proyecto de país con equidad social e igual de oportunidades para todos con fuerzas políticas tales como Unión-Pro?

¿Se puede llegar a un acuerdo en un armado político con Proyecto Sur, SI (Solidaridad e Igualdad), el Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella, sin la más mínima intención de promover una reforma tributaria, gravar la renta financiera, recuperar los recursos naturales?

¿Se puede conversar con los capitalistas de la industria, el agro, las finanzas y el comercio para sugerir que la crisis económica la pague, al menos en una ocasión, el gran empresariado trasnacionalizado en vez de las clases trabajadoras, como suele suceder en estas pampas?

Por último, ¿se puede aspirar a una mayor democratización del espacio sindical, teniendo como interlocutor privilegiado a Hugo Moyano, al mismo tiempo que se le ningunea la personería gremial a la Central de Trabajadores del Estado (CTA)?

Por Mauro Reynaldi

2 comentarios:

kaos dijo...

La mayoría de lo enunciado no se puede, suena a un "por lo menos intentamos charlarlo" antes de ir a los bifes respectivos con cada sector o sectores de la lucha. Lo digo sin pensarlo demasiado, pero hay gente que le gusta que lo inviten a sentirse partícipe. Y es de diplomáticos con altura convencer al mundo al decir basta de guerras en reuniones superimportantes, mientras se están vendiéndose las armas a los contrincantes en el edificio de enfrente.

Al centro y adentro dijo...

Kaos, hay diálogos posibles e imposibles, depende de la verdadera intención de los actores en pugna. No creo que se pueda llegar a una nueva ley de Servicios Audiovisuales sin enfrentarse a los grandes grupos empresariales propietarios de los medios de comunicación más importante del país, así como tampoco creo que se pueda ir a un orden económico sin afectar los intereses reales de las clases dominantes. El tema es saber si el Gobierno se la va a jugar por el todo, tratando de terminar lo más dignamente su mandato, sin dejarse llevar por las imposiciones que le plantea la oposición, todas tendientes a retroceder en los avances populares.

Estas reuniones determinarán cuanto está dispuesto a ceder cada parte.

Saludos.

Mauro