El 1 de septiembre empezó la guerra

Sesenta años después del inicio de la Segunda Guerra Mundial, en Argentina empezó otro tipo de contienda. Si bien esta última no provocará muertos, sí marcará el destino de la diversidad informativa de nuestro país.
En este caso, la invasión no fue alemana sobre el territorio polaco; ahora la ofensiva se produce desde un periódico hacia toda la sociedad rosarina.
La acción bélica comenzó con la catarata de artículos de opinión en contra del Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, los firmantes: Luis Majul, Carlos Garetto (junto a Biolcati y el "progre" de Buzzi), Felipe Solá, Ricardo Monner Sans y hasta rebuscados editorialistas de un diario de San Pablo encontrados por el afectado Grupo Clarín.
El bombardeo se dio por parte del diario La Capital de Rosario y se inició por la mañana en la edición impresa, prometiendo "ampliar" en la versión web del periódico. Dicho y hecho, durante el día se dieron sin cesar las embestidas contra el proyecto basado en los 21 puntos básicos por el derecho a la comunicación planteados desde hace cinco años por la Coalición por una Radiodifusión democrática.

Para contextualizar empresarialmente al diario fundado por Ovidio Lagos y decano de la prensa nacional, tenemos que mencionar que pertenece al Grupo Uno propiedad de Daniel Vila y el ex funcionario menemista José Luis Manzano. Aunque la sociedad mediática no termina en ellos dos; ya que, para avanzar con el copamiento de medios informativos, la dupla se asoció (entre otros) al opositor estrella Francisco De Narváez en la adquisición del canal América 2 y América 24. Esta fusión le brindó al legislador colombiano-bonaerense un tratamiento benévolo por parte de sus empleados de prensa y lo vinculó de manera afable con el mundillo del espectáculo (siendo un invitado de lujo en los almuerzos televisivos).

Con este escenario, el Grupo Uno tiene no sólo un fuerte respaldo económico sino también político sumado al monopolio que ejerce a nivel mediático en diferentes ciudades como en Rosario y fundamentalmente en Mendoza donde controla casi todo lo que se dice, se mira y se lee en las tierras del buen vino. Este domino se verá notablemente afectado si se aprueba la nueva ley de radiodifusión y es de esperar un lobby de parte del multimedio contra este proyecto. Pero la acción deliberada, obscena y vergonzosa que propició hoy desde sus páginas el diario que cultivó el informar de los rosarinos llegó al despropósito.

Es posible que la guerra patética que comenzó la dupla Vila-Manzano se adelantara al denunciar penalmente el COMFER a su socio De Narváez por ocultar la propiedad de América TV. Lo cierto es que la invasión fue tormentosa y tramposa.
Saben que junto a Clarín y la oposición conservadora forman el Eje, y será muy difícil que los derroten. Igualmente, del otro lado resisten muchos aliados que tendrán que buscar los puntos de encuentro para lograr de una vez por todas una ley transformadora, democrática y plural.

Sinceramente les digo que las comparaciones no me gustan, menos las guerras. Lo único que tengo claro es de qué lado estoy.

Por Coco Alvarez