Hoy los países de Honduras y Uruguay eligen presidente. En el primero, tras el derrocamiento al legítimo jefe de Estado, Manuel Zelaya, los hondureños vuelven a sufragiar para reemplazar al presidente de facto Micheletti. Estas elecciones no son más que un gran armado de los golpistas para poder seguir gobernando y legitimar, tras los comicios, su poder. Sea cual sea el resultado, la gran derrotada en Honduras es y será la democracia. La única forma aquí de volver al orden democrático, es la restitución de Zelaya a la presidencia, que es precisamente lo que los fascistas que dieron el golpe van a tratar de impedir a cualquier costo. Por esta razón, se espera un gran porcentaje de abstención por parte de la ciudadanía, que no tolera el autoritarismo que impera desde el 28 de junio pasado en la nación centroamericana.
Más al sur del continente, nuestros vecinos uruguayos participarán de la segunda vuelta para definir al nuevo primer mandatario. El frentista José Mujica, quien ganará en la primera tanda, cuenta con la mayor intención de votos, según las encuestas, superando en casi un 1o % al candidato conservador Luis Lacalle, del tradicional Partido Nacional. Está en juego aquí la continuidad del proceso de cambio, que está llevando la centroizquierda, tras décadas de gobiernos de derecha. Mujica, es un reconocido militante de izquierda, un hombre que la ha batallado toda su vida por una sociedad más justa, más igualitaria. Y no es sólo un referente y baluarte para Uruguay sino que lo es también para todo el progresismo latinoamericano. "Pepe" es la esperanza junto a Evo, Chávez, Correa, Lugo, Lula, Ortega, de una América Latina unida e integrada para el desarrollo y la felicidad de nuestros pueblos. Un triunfo del Frente Amplio es lo que necesita la región para seguir el camino de la autodeterminación de nuestra vecindad.
La democracia, su profundización, vuelve a estar en el tapete, en los primeros planos de la política internacional. Es una desafío no únicamente para hondureños y uruguayos, sino para todos los latinoamericanos que queremos terminar con el sistema de injusticia e ignominia social que es el neoliberalismo, para ser libres y soberanos. Soñar nuevamente como lo hicieron nuestros padres de la patria, Belgrano, San Martín, Artigas, Bolívar, entre los más grandes hombres que existieron en estas tierras.
Por Mauro Reynaldi
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