Quien esto escribe sin ser un especialista en temas financieros, cree que una vez más (¡soy un vivo bárbaro!) estamos en presencia de otra burda maniobra publicitaria para deslegitimar a nuestro Gobierno justo en el momento en que el canje de deuda empieza a tomar forma, fundamentalmente por el cese de resistencia de ingreso del mismo de “inversores” otrora opuestos al mismo (y permanentes concurrentes a los despachos del juez Griessa).
- “. . . La Presidenta me recibió con la sonrisa característica que utiliza cuando busca vender un argumento difícil de comprar . . .”. Una expresión totalmente descalificadora y nada inocente en su enunciación.“. . .
- ". . . La jefa de Estado que tenía, entre sus manos, un decreto que sería tan famoso como la resolución 125 . . .”. Totalmente aplicable “a confesión de parte, relevo de pruebas”; se busca darle al “episodio reservas” el mismo carácter que esa Resolución, es decir, el reagrupamiento de sectores concentrados con sus “empleados políticos” empeñados en el debilitamiento del Gobierno. El “blanqueo” de sus contactos con Federico Pinedo, Cañito y Firulete (Morales-Sanz) y Rodriguez Saa exime de mayores comentarios.“. . .
- ". . . El progresismo nativo defendía a rajatabla los intereses de banqueros foráneos . . .”. Afirmación propia de Pino y Lozano que no sorprende en la tangible unidad opositora pero si el término progresismo en boca de Redrado. Esa falacia, omite deliberadamente el mayor costo financiero de emitir nueva deuda en lugar de utilizar capital propio (reservas). “Casualmente”, el ex secretario de Hacienda del gobierno hiperinflacionario de Alfonsín, Mario Brodersohn, propone la emisión de nuevos bonos (con altas tasas). Claro el autor del festival de bonos más grande desde el 10 de diciembre de 1983 siempre con la misma receta con un único ganador: las entidades bancarias. Redrado convalida ese pensamiento; en efecto el “anticipo exclusivo” registra sus deseos de “volver a emitir títulos en el mercado voluntario” (mayor costo fiscal). También extraña su contradicción al afirmar que Jorge Brito (bancos privados nacionales) apoya el pago con reservas. ¿En qué quedamos Tincho? ¿No eran favorecidos los foráneos (o el inconsciente le jugó una mala pasada)? ¿Está en contra de que se capitalicen los bancos que “mueven el dinero en el país”?“. . .
- ". . . De inmediato nos pidió que fuéramos al Salón de la Mujer para anunciar el plan. Quedé un tanto perplejo; ella se paró, dando por terminada la reunión. Ella fue a maquillarse . . .” Falta que mencione a las carteras de Louis Viutton; esta mediocre intencionalidad en la que no valdría la pena detenerse sin embargo recepta un latiguillo muy difundido en los multimedios, a los que los peronistas estamos acostumbrados desde “los vestidos y las joyas de Evita”. ¿Sorprende? la farandulera terminología de este personaje “autodenominado técnico”.
Los multimedios y los autores económicos de la “economía tradicional”, es decir, liberal (no me gustan agregarle el “neo”), han impuesto en lo atinente al uso de reservas para el pago de la deuda externa el concepto de “reservas disponibles”, como rémora de la convertibilidad; es decir, la diferencia entre las reservas acumuladas y la base monetaria constituyen las reservas de libre disponibilidad. Este concepto es también asumido por todo el arco político, si hasta Mario Cafiero en su nueva versión de “izquierdista” (cuesta ver a un Cafiero de izquierda) critica al Gobierno desde esa visión.
Más contundente es Mercedes cuando remarca que aún en la presente Carta Orgánica del Central “está prevista la posibilidad de que el Tesoro se pueda endeudar con el Banco Central”, por lo que consideró que conviene tomar reservas y no “ir a endeudarnos afuera al 10 o 15 por ciento en dólares”; debiéndose agregar que la actual política macroeconómica permite recuperar reservas como se ha demostrado después del pago único al Fondo Monetario en enero de 2006.
Quizás cuando los radicales –en uno de las declaraciones más hipócritas de esta novel democracia- dicen que “quieren cuidar las reservas del pueblo” no solamente omiten deliberadamente que fueron Los K quienes permitieron su acumulación sino que si hubieran aplicado el concepto de pago con reservas de la deuda, seguramente no se hubiera producido el colapso del 2001 que como bien señalara Boudou ante Gerardo Morales en el Senado “cuarenta millones de argentinos nos tuvimos que hacer cargo de esa gestión”.
Veamos: Tomemos como un promedio de las reservas del año 2001, las existentes al 21 de agosto de 2001 que ascendieron a 18.374 millones de dólares. Situándose la base monetaria (circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el BCRA en cuenta corriente o cuentas especiales) en 13.465 millones de dólares, se deduce que “existían reservas de libre disponibilidad” por 4.909 millones de dólares, es decir, podrían haberse utilizado ese excedente al pago de los intereses (el 46% de los mismos) y la diferencia hasta los 10.725,2 destinarlos a subsidios sociales (atento que el importe total fue ejecutado).
Ahora veamos el ejemplo de Néstor Kirchner cuando resolvió cancelar la deuda total al FMI en un único pago utilizando reservas. El 2 de enero de 2006 (día anterior al pago) las reservas ascendían a 28.078 millones de dólares, constituyendo la base monetaria 18.119 millones de dólares, resultando las reservas de libre disponibilidad 9.959 millones de dólares; habiéndose efectivizado el pago total al FMI por 9.810 millones de dólares, prácticamente no quedaban reservas excedentes de libre disponibilidad (lo contrario a la situación actual).
Néstor Kirchner, quien había asumido la presidencia con 11.045 millones de dólares de reservas en el Banco Central, solamente ocho meses después de la cancelación de deuda al FMI, ya había recuperado las reservas utilizadas. Así, el 27 de setiembre de 2006, las reservas llegaron a 28.132 millones de dólares. Mejor que decir es hacer, es uno de los apotegmas peronistas; frente a los eternos declamadores, en este caso la dupla decadente Morales-Sanz.
Se debe destacar que de esos 6.965 millones, alrededor de 2.000 millones corresponden al pago de obligaciones contraídas con organismos financieros internacionales (autorizados por el art. 1 de la Ley 26076); entonces verdaderamente hablamos de 4.965 millones de dólares, alrededor del 10% de las reservas acumuladas. Comparar este porcentaje con las detracciones (tanto en porcentaje como en valores absolutos) de reservas del 2001 y 2002 (con los efectos por todos conocidos) ya justifica por si solo esta operatoria.
Estas son mis reflexiones que he querido compartir con ustedes.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 26 de abril de 2010.Ricardo González
Secretario de Estudios Fiscales
AEFIP-MDN
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