miércoles, 15 de diciembre de 2010

Propuesta PC

"Construir alternativa para enfrentar a la derecha"
(La palabra de los comunistas)

El Hotel Castelar fue el escenario de la presentación de la propuesta política del Partido Comunista de cara al año que se viene. Patricio Echegaray fue el único orador ante una nutrida y variada concurrencia.

Integrantes de la Dirección Nacional del Partido Comunista y la Federación Juvenil Comunista, representantes de distintos regionales provinciales, del MTL, el MCL, del Mpsl y de la Corriente Nacional Agustín Tosco (Conat), se dieron cita en el Hotel Castelar para escuchar las palabras del secretario general del PC, Patricio Echegaray, quien delineó los principales rasgos estratégicos del despliegue de la línea política del Partido de cara a 2011.

También estuvieron presentes representantes del arco político progresista y de izquierda de nuestro país, entre otros, el dirigente del Partido Humanista Luis Amman; la legisladora María José Lubertino.

En el escenario, un panel integrado por la titular del PC de Córdoba, Solana López, su par de San Juan, Daniel Torre, y el de la Ciudad de Buenos Aires, Quique Guglielmotti, el secretario de la FJC, Alejandro Forni, y Mario Alderete, flanquearon a Eechegaray quien, tras ser presentado por el Secretario Sindical del Partido, se dirigió a los presentes.

En el comienzo de su mensaje, Echegaray recordó que el debate programático que debe hacerse en la actual coyuntura argentina tiene como marco una crisis que, sostuvo parafraseando a Fidel Castro, es civilizatoria. Y añadió que la crisis se va a mantener y se puede profundizar, una perspectiva “que encierra oportunidades” y que tiene como consecuencia más importante la pérdida de vitalidad de EE.UU., donde la “hiperfinancierización fue mellando sus características productivas con un perfil cada vez más parasitario que le da el carácter de un capitalismo senil”. En este marco de “crisis de ese capitalismo vencedor y soberbio hace no mucho tiempo”, vuelven a ser una realidad “los enfoques actuales de la perspectiva de cambio, del socialismo y del comunismo”.

El titular del PC, valoró la aplicación de medidas anticíclicas que adoptó el gobierno nacional, que hablan de “una reducción de la dependencia política respecto a los EE.UU. y sus aliados europeos”, algo que se vio favorecido por la extensión de la multipolaridad, “lo que debe ser valorado por los revolucionarios como altamente positivo”.

Describió luego que Washington replantea su estrategia, profundizando sus rasgos más beligerantes, agresivos y militaristas, todo esto en un contexto preocupante a partir de la situación que se desarrolla hacia el interior de EE.UU. donde se advierte una “derechización general, en particular con el Tea Party, y el avance de sectores fascistas dentro del Partido Republicano”. Así, luego del “enemigo rojo” y “el narcotráfico” como situaciones paradigmáticas de la fabricación de figuras antagónicas, aparece ahora “el enemigo terrorista” que puede estar en cualquier parte y puede ser cualquiera, “lo que les permite poner al alcance de su prácticamente ilimitado poder militar cualquier parte del planeta”.

“Todo esto debe servirnos para valorar aún más el momento auspicioso que vive América Latina”, recalcó el secretario general del PC, pero alertó que el imperio intenta una gran contraofensiva, “vienen con criterio estratégico, básicamente por nuestros recursos naturales no renovables”, por lo que apelan a cualquier herramienta, incluso a golpes de Estado.

El país y la región

Indicó también que en esta toma de distancia respecto al neoliberalismo que se verifica en la región se aplican medidas que no son suficientes para consolidar procesos de autonomía, independencia y justicia social, por lo que “estos gobiernos progresistas, populares, izquierdistas, se van a enfrentar a la necesidad de grandes reformas sociales que inevitablemente llevan a transgredir, superar, violentar la frontera entre capitalismo y poscapitalismo”.
Y reflexionó que en nuestro país está abierto el debate “sobre la continuidad o no del rumbo”. “Nosotros insistimos en la necesidad de profundizar y la derecha desde el imperio mediático y sus ideólogos pone sobre la mesa la oportunidad de volver atrás.” Pero “hasta el momento no lograron avanzar, la presidenta Fernández da señales de mantener las orientaciones principales y los intentos de la oposición de gobernar su espacio parlamentario llegaron a fin de año en un completo fracaso y descrédito, impotentes para dar una visión de proyecto, asumieron un perfil obstruccionista y vocación progolpista”.
Tras lo que alertó que no se debe asumir que la derecha son sólo los dirigentes que durante los últimos meses asumieron este triste papel. “La derecha es mucho más que eso, es un poder real y permanente. Tiene grandes espacios en el aparato burocrático militar, en el Poder Judicial, en las grandes fuerzas del bipartidismo, incluso, en la heterogeneidad dentro del gobierno y están centralmente encarnadas por el poder económico”.

Por lo que instó a “no bajar la guardia” ante la actitud de las empresas que generan el fenómeno inflacionario ni ante los que batiendo el fantasma de la inseguridad fomentan el gatillo fácil. Y enfatizó: “la derecha no tiene ninguna propuesta que no sea volver al neoliberalismo, a la brutalidad del capitalismo salvaje por definición”.

Pero también, siguió, hay que emprender un debate con el campo popular, en torno de “proyectos no antagónicos ni contradictorios que hay que desarrollar y exigen un debate dentro de la izquierda con el progresismo, dentro del propio gobierno”. Tras cartón, hizo una breve reseña de algunos logros de la gestión actual y de la encabezada por Néstor Kirchner, en los planos social, laboral, político, internacional y de derechos humanos y puntualizó: “No somos parte del gobierno”, pero “nos esforzamos por saltar algunas vallas de la forma burguesa de hacer política y asumimos una actitud de autonomía”, algo que “nos permite apoyarlo con franqueza y sin ningún prurito en las cosas que nos parecen valiosas y ejercer presión positiva para ayudar a que vaya más lejos, que se radicalice”. Pero asimismo, esa autonomía “nos permite, con lealtad, enfrentar las medidas que consideramos negativas para lo que necesita nuestro pueblo y favorables a los intereses desestabilizadores de la derecha”.

Y agregó que “más allá de crecimiento económico y de una redistribución muy modesta. pero redistribución al fin, no se tocaron los parámetros estructurales de las pautas neoliberales de distribución”, por lo que “la disyuntiva es radicalización o restauración”. Tras lo que recalcó que es preciso cambiar radicalmente el proceso distributivo y para ello “hay que combatir la desigualdad, afectar las grandes fortunas que están exentas de impuestos, ir contra las súperganancias, controlar el sistema financiero, gravar sus negocios y movimientos y avanzar en cambios estructurales en el sistema económico del país”.
Al respecto, no dudó en aseverar que “para llevar adelante el proceso de radicalización y producir pautas que hieran la estructura degenerada del neoliberalismo, es necesario aplicar, desde una voluntad política mucho más enérgica, firme y decidida, un enfoque como el que se aplicó en la década del cuarenta y primera mitad de la del 50” y para ello “hoy hace falta, una voluntad reformista decidida y algo más: una cuota de voluntad patriótico-revolucionaria”.

Echegaray indicó luego que a este gobierno “del justicialismo progresista, le pedimos que sea más justicialista en el sentido del primer peronismo. Tras lo que señaló que “es bueno alertar sobre algunas luces de peligro que se van encendiendo” y citó el acuerdo entre el gobierno y el FMI que permite que técnicos del Fondo participen en el diseño de un organismo que reemplace al Indec. Y reflexionó que “la convocatoria al Consejo Económico y Social no puede dejar de recordar un ejemplo tristemente célebre como el Pacto de la Moncloa, que actuó como condicionante de las capacidades de la clase obrera para luchar por sus derechos”.

De ahí, insistió el titular del PC, que sea importante “avanzar en medidas tendientes a la integración latinoamericana en el plano económico y político”, fenómeno vinculado a la ruptura de las relaciones carnales con EE.UU. “el dato más trascendente y esperanzador de todas las medidas tomadas por este gobierno”.

Por ello, siguió, “hacemos hincapié en que hay que ingresar al Alba, hay que tratar de que se constituya el Banco del Sur, no retacear apoyos a la Unasur, que demostró ser un mecanismo necesario que tiene que seguir siendo estimulado y fortalecido por Argentina”.

Redistribución de la riqueza

Echegaray sostuvo que para poder avanzar en la redistribución de la riqueza, es necesaria una reforma impositiva que “sabemos se retacea para luchar contra la fuga de capitales”, pero recordó que “no habrá nada que los tranquilice mientras vean a un pueblo en movimiento”, por lo que “es necesario avanzar en una reforma impositiva que nos rescate del oprobio de que el aporte fundamental a la recaudación del fisco sea el IVA, el impuesto más regresivo que se pueda pensar”.

Por lo que es preciso, insistió, “terminar con las desgravaciones que gozan grandes empresas, muchas de ellas resultado de las privatizaciones que fueron despojos al patrimonio nacional”, pero también con “las exenciones y estímulos impositivos a industrias depredadoras de los recursos naturales, la minería y el petróleo”.

Asimismo, planteó como necesario el establecimiento de fuertes contribuciones “para recuperar ganancias y para protección y recuperación de esos recursos que no son renovables y deben ser celosamente cuidados”, lo que, reflexionó, “nos lleva a discutir la necesidad de algunas reformas constitucionales, porque por tal como se planteó en la Constitución del 94, los recursos naturales quedaron en manos de las provincias y se crea una gran dificultad para tener soberanía sobre ellos y defenderlos”.

Luego el secretario general del Partido hizo hincapié en la necesidad de “establecer en las empresas recuperadas formas de gestión y dirección en las que participen el Estado, los trabajadores y los usuarios”, al tiempo que postuló que es preciso “transformar el sistema financiero, lo que apunta a sustituir la ley de la dictadura que regula actualmente la actividad financiera”, un proyecto “que es trascendente, por lo que hay que generar todos los estímulos para que pueda ser discutido y aprobado”.

En lo que hace al desarrollo rural, Echegaray dijo que hace falta la sanción de leyes contra los desalojos rurales, las fumigaciones periurbanas, aquellas que se realizan cerca de escuelas y sobre los espejos de agua y que “hay que generar los sistemas de control que alguna vez se aplicaron”, tras lo que se preguntó “¿por qué no se puede volver a una Junta Nacional de Granos?¿ Por qué no se puede volver a una Junta Nacional de Carnes? ¿Controlar el comercio nacional y exterior de estos insumos básicos?” Ya que, dijo, “por más que nos industrialicemos, la Argentina seguirá siendo un gran productor de alimentos en el siglo 21”, y, en esta dirección, señaló que es necesario que “exista un plan de desarrrollo agrario nacional”, sin que esto implique renunciar a seguir impulsando una profunda y efectiva reforma agraria.

Asimismo, postuló que hace falta que se promueva la economía social y, en ese sentido, enfatizó que ese fomento debe dirigirse a las pymes, “que son una línea de desarrollo extraordinario, de ocupación y empleo”, así como, “los distintos tipos de asociaciones cooperativas productivas, las empresas recuperadas y toda esa actividad creativa y productiva que se fue desarrollando en medio de la emergencia y que es una vía apta para desarrollar empleo y para producir distribución de riqueza”.

Espacio democrático

“Hay que afianzar, fortalecer y ampliar el espacio democrático”, indicó el titular del PC y añadió que “el pueblo necesita espacios democráticos, no sólo democracia formal de votación periódica y de funcionamiento de los poderes”.

Por ello, continuó, “hay que ampliar la democracia poniendo el centro en crear mejores condiciones para la movilización y la construcción de poder popular”, algo que “requiere sumar voluntad política para aprobar leyes que hagan ejecutables los convenios sobre desaparición forzosa de personas y de prevención del genocidio, aprobados ya en 1948”, así como “establecer una verdadera estrategia estatal que permita acelerar los juicios, unificarlos y apuntarlos hacia el poder real que sostuvo y se benefició política y económicamente, como queda cada vez más claro con el caso Papel Prensa”.
Pero también recordó que “hace falta voluntad política para modificar integralmente el Código Penal y terminar con una cultura represiva que sostiene el ánimo asesino de policías provinciales, de la Federal, la Gendarmería, la Prefectura y los miles de efectivos irregulares que revistan en las agencias privadas de seguridad regenteadas -y eso es así porque lo exige la ley- por ex miembros de las fuerzas de seguridad, es decir, por ex militares o ex policías”. Y enfatizó: “Hay que limpiar de mafiosos las fuerzas de seguridad”.

Asimismo, instó a “generar más voluntad política para modificar estructuralmente el sistema político en la dirección opuesta a la que contiene la hace poco sancionada Ley de Partidos políticos que aprobaron las dos alas del bipartidismo: el PJ y la UCR”. Y siguió “se trata de ampliar y facilitar la representación popular, no de dificultarla, incluir nuevos mecanismos de consulta, incluso el plebiscito, abrir los presupuestos del Estado y de todas sus instituciones al protagonismo de los trabajadores y los usuarios, para lo que nos podemos inspirar en aquel gran gesto democratizador que tuvo lugar en Argentina hace bastante tiempo, pero que como ejemplo debe estar permanentemente presente: me refiero al enorme ejemplo democratizador que fue la Reforma Universitaria”.

Pero también, indicó, “tenemos que fortalecer la voluntad política para que se derogue la Ley Antiterrorista que es sostenida, no voy a decir por este gobierno, por prácticamente todos los de América Latina, una ley que impulsó el imperio en función de sus nuevos esquemas de dominación”. Y recalcó que esta ley “debe ser derogada”, tras lo que recordó que “hemos presentado un proyecto en esa dirección, para el que pido apoyo, porque es necesario que nos movilicemos por la derogación de esa ley funesta”.

Y reflexionó: “Alguien podrá decir que estas propuestas son sueños irrealizables, pero más utópico es pensar en una Argentina libre e integrada a Nuestra América sin un proceso de democratización verdadero y profundo”, porque “se sabe que no hay posibilidad de superar la crisis mundial y sus efectos sobre nuestro país, si no es en los marcos de la integración regional, y hay que ver como gestos de avance en la democratización la incorporación al Alba y hacer efectivo cuanto antes lo pautado para que funcionen el Banco del Sur y otros mecanismos formulados en el proceso de integración regional, que exige cada vez más que las tropas latinoamericanas que están en Haití se vayan de Haití”, ya que, “como dice Fidel Castro, lo que podemos dar en Haití son médicos y maestros, que estamos seguros que estarían orgullosos de dar ese aporte a un pueblo hermano que tanto sufre, necesita y aportó al proceso de independencia de América Latina”.

Correlación de fuerzas

Pero, siguió el titular del Partido, “nada de estas propuestas es posible si no se genera una correlación de fuerzas favorable”, tras lo que recordó que los planteos antedichos pueden tener la aceptación de mayorías populares, pero que están desarticuladas, “pesan más que su número, sus divisiones, contradicciones y dificultades”, dijo y recordó a John William Cooke que postulaba que “con unidad cualquier correlación de fuerzas puede ser transformada de desfavorable en favorable”.

Pero señaló que “ante el gran tema de construir la alternativa, la despedida a Néstor Kirchner mostró algo que en los medios de comunicación no aparecía, un sujeto social que necesita y se muestra dispuesto a producir cambios en Argentina. Jóvenes que revaloraban la política como posibilidad de acción transformadora, capas medias que de haber estado opuestas al gobierno revisan sus posiciones y los trabajadores”.

Un sujeto social, prosiguió, “que valora los cambios y quiere y necesita ir hacia delante”, pero que no puede influir desde la desarticulación, por lo que necesita transformarse en sujeto político. Y puntualizó: “Cuando hablamos de una gran fuerza alternativa, nos referimos al fenómeno de la transformación de ese sujeto social en un sujeto político, en una fuerza política nueva capaz de cambiar la correlación de fuerzas y hacer que la radicalización reclamada nos permita discutir los caminos del poscapitalismo en Argentina”.

Y dijo que es allí cuando “van a aparecer las propuestas socialistas para hacer, no socialistas para hablar, y esa fuerza deberá transformarse en una fuerza que agrupe, que ejerza su potencia y energía transformadora”, tras lo que reflexionó que, al menos, hay dos grandes espacios, el del kirchnerismo y el que proviene de la izquierda marxista, “se puede decir que son enfoques progresistas” y que “esas fuerzas que tratan de articularse son un componente fundamental de la gran fuerza alternativa para construir”.

En este sentido, recordó que “nos sentimos comprometidos con el esfuerzo del Encuentro Popular que se expresa parlamentariamente en el bloque que encabezan Martín Sabbatella, Carlos Heller, Jorge Rivas, Ariel Basteiro, Vilma Ibarra”, al que caracterizó como “una fuerza que puede contribuir a articular este espacio de izquierda”.

Y recordó que “quedan otros espacios de izquierda con los que debemos debatir mucho”, pero también que son preocupantes las posturas de Proyecto Sur y otros sectores, su especulación respecto a que una caída del kirchnerismo propiciaría un fortalecimiento de sus posiciones. “Esa es una especulación peligrosa”, postuló Echegaray y recordó que donde se dio una situación similar, la izquierda perdió.

Pero recalcó que “no hay sectarismo ni sentimiento negativo en nuestras críticas a las posiciones de Proyecto Sur, sus vinculaciones con el Grupo A en el Parlamento y su coqueteo con la Mesa sojera”, sólo “creemos que es peligroso desgastar a los gobiernos antineoliberales que se esfuerzan por poner distancia con el Consenso de Washington en América Latina”, porque, “esos desgastes son capitalizados por las derechas”. Y enfatizó que “lo que cabe a las izquierdas consecuentes es defender lo que se avanzó y luchar para profundizarlo. No queremos que se repitan acontecimientos dolorosos en la tradición de la izquierda, que nos afectan a todos, como el que fue tener que ver banderas rojas con el retrato del Che, junto con la flor y nata de la derecha y la oligarquía, con Cecilia Pando como representante de los autores del genocidio, lo que pasó no hace tanto en el Monumento de los Españoles cuando celebraban la caída de la Resolución 125. Nunca más eso, no confundamos al enemigo principal”.

Enemigo principal

Patricio continuó diciendo que “construir la nueva fuerza política, la alternativa, tiene una exigencia que es la de no equivocar el enemigo principal, saber que lo principal del combate es contra la derecha y contra los intentos de restauración, es contra el regreso del neoliberalismo”.
Pero, prosiguió, esto no quiere decir que se tenga que silenciar, disimular o amortiguar “todo debate necesario con medidas erróneas, equivocadas o regresivas de fuerzas de izquierda o del gobierno”, porque “así como apoyamos con lealtad, también con lealtad hay que saber discutir y enfrentar lo que no ayuda, hay que saber reclamar cuando es necesario para avanzar”. Ya que, disimular lo que hace daño no es proteger, es hacerse cómplice y hacerlo favorece a la derecha”.

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