Carrió, entre el excremento y la locura

Lamentablemete no se puede evitar la vehemencia del título ni intentar destacar algo del virulento discurso de Elisa Carrió con sus amigos financistas que la escuchaban "entre risas y aplausos" en el encuentro que organizaron los socios del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas. La despreciable declaración de Lilita fue “...lo mejor que le puede pasar es un buen divorcio. También podría quedar viuda, sería divino..." refiriéndose a la Presidenta Cristina Fernández; deseando de alguna manera la muerte de Nestor Kirchner. Claro que luego aclaró "...pero para que no muera nadie, lo mejor es un divorcio...” tratando de bajar levemente sus proclamaciones odiosas y malintencionadas a las que nos tiene acostumbrados.
Con esta repudiable exposición, la repelente señora sigue demostrando que no está en sus cabales; pareciéndose además a las peores exclamaciones de los más nefastos personajes de las dictaduras y los regímenes totalitarios, donde la continuidad de una vida la define (tal como manifestó en su deseo la dirigente de la Coalición Cívica) una persona en estado de complacencia o para evitar "que no muera nadie" ya que estamos buenos.
Sería atinado preguntarles a los periodistas que le destacan ser una dirigente con reservas morales y republicanas ¿dónde las tiene? ¿se le vació el tanque?.
Para ellos van algunas preguntas:
¿Qué tiene de democrática una moralista que manda a expulsar legisladores por no coincidir con ella?
¿Dónde está el progresismo en una persona que tiene a Lopez Murphy y Prat Gay como sus asesores económicos?
¿Cuál es la moralidad de una triste política que le desea la muerte a un ex presidente democrático?
¿Qué tiene de nueva política hacer humor negro en un auditorio con neoliberales que se ríen al igual que lo hicieron los oligarcas ante la idea de matar a líderes populares?
¿Se piensan que con estos escupitajos de odio se logrará una mayor institucionalidad?
Jorge Lanata, Luis Majul, Ernesto Tenenbaum, Nelson Castro, etc. Esperamos gustosos las respuestas. Esperamos con ansia la defensa a su niña mimada, aguardamos que logren algún vericueto para resaltar la pulcritud de la chaqueña.
A diferencia de los colegas, tengo una opinión juzgada luego de tanto escucharla y observar sus idas y vueltas: Carrió o es una basura o está demente. La demencia se podría enteder pero el odio como modus operandi me produce rechazo. Principalmente porque el odio no me motiva todas las mañanas y no me representa una persona que lo pregona todo el tiempo. Es recomendable un veneno que es más sano y también corre por las venas: el deseo de una Patria grande, nacional y popular. Porque con el odio, el establishment, la condescendencia mediática, los ataques de misticismo y las noticias proféticas que vaticinan el default y la quiebra del país no llegamos a ningún lado.
Hay algo que ya terminó para mí y es la paciencia con Elisa Carrió, hasta acá llegó; basta de hacer la vista gorda con la habitué de la cama solar. Si seguimos esperando algo de este tipo de oposición habrá kirchnerismo para rato, y no justamente porque sus políticas sean perfectas sino porque su principal opositora está desequilibrada.

Por Coco Alvarez